Una Nave de diseño en IVAM

IVAM recupera la trayectoria del grupo de diseñadores La Nave.

El jueves 9 de marzo, el IVAM (Instituto Valenciano de Arte Moderno) inaugura la exposición “LA NAVE 1984-1991”, comisariada por Nacho Lavernia y Dani Nebot, con una selección antológica del trabajo de este grupo de diseñadores en los campos del diseño gráfico y de producto, interiorismo, montajes efímeros y arquitectura.

En palabras de Carlos Bento, arquitecto e integrante de La Nave, «para nosotros es una ocasión especial para la que hemos recopilado y documentado, de forma minuciosa, la labor de La Nave de 1984 a 1991, muy dispersa por los años transcurridos. Consideramos además que supone un apropiado colofón para la Valencia Capital Mundial del Diseño 2022.

La presentación de la exposición será mañana a las 19 horas a cargo de Daniel Nebot y Nacho Lavernia, comisarios de la muestra. Estarán acompañados de los/as diseñadores/as Marisa Gallén, Sandra Figuerola, Luis Lavernia, Luis González, Carlos Bento y Eduardo Albors.

Documental

La exposición servirá de punto de partida para la realización de un documental que cuenta con el apoyo de À punt y en el que participarán profesionales que envolvieron la creación del grupo, como Juli Capella y Quim Larrea, José Francisco Sánchez, Joaquín Mafé o José María del Rivero, además de contar con la aportación de expertos como Xavier Giner o Rosalía Torrent.

Sobre La Nave

La Nave fue un colectivo de diseñadores que nació de la fusión de los estudios Caps i Mans y Enebece (NBC), dando acogida a once profesionales de diferentes disciplinas, desde diseñadores industriales y gráficos hasta artistas visuales, arquitectos y aparejadores: Eduardo Albors, Paco Bascuñán, José Juan Belda, Carlos Bento, Lorenzo Company, Sandra Figuerola, Marisa Gallén, Luis González, Luis Lavernia, Nacho Lavernia y Daniel Nebot.

El grupo se convirtió en un referente del diseño de la década 1980 y deuna manera de entender la disciplina del diseño gráfico e industrial. La creación del Estado de las Autonomías y la necesidad de modernización de las administraciones públicas supuso una eclosión de oportunidades de trabajo. Había que crear y dotar de imagen a nuevas instituciones políticas y sociales y modernizar a otras teñidas del halo gris de la dictadura, desprestigiadas absolutamente en Europa.

La Nave lideró el paso de una concepción clásica a una mentalidad posmoderna que se adecuaba a la nueva realidad social y productiva en la que el valor comunicativo del objeto iba ganando terreno a los aspectos funcionales. Al mismo tiempo, el mercado y su insaciable necesidad de novedad comenzaba a imponerse. Fue el paso intermedio entre el movimiento moderno y su lema «la forma sigue a la función» y la situación actual, en la que el lema podría transformarse en «la forma sigue al mercado».