Xavier Giner: «Las empresas valencianas del mueble que apostaron por el diseño como valor estratégico se han sostenido en el mercado» (3 de 3)

Tercera y última parte de la entrevista de Álex Serrano a Xavier Giner, profesor en EASD Valencia.

Viene de: Xavier Giner: “Es necesaria una mentalidad empresarial que entienda la importancia estratégica del diseño” (2 de 3)

Texto y Fotografías: Álex Serrano (Psychonauts Magazine)

dissenycv.es-xaviginer1Álex Serrano: ¿Qué expectativas tienes con el mueble Valenciano? ¿Crees que Ikea lo revitalizará o más bien le quitará mercado?

Xavier Giner: Me parece que el destino del mueble valenciano se jugó hace ya algunos años. Soy de los que cree que hay que ser muy respetuoso con los empresarios. Si alguien que lleva una empresa le va bien, para mí eso ya es digno de respeto. Ellos saben mucho mejor que yo lo que les conviene pero creo que el sector del mueble valenciano, en un momento dado, tuvo la oportunidad de apostar por el diseño como un valor estratégico pero muchos optaron por vender mucho a bajo precio y esa vía, al final, se agotó.

Lo que queda del sector del mueble valenciano, es o bien un sector que apostó por un producto más exclusivo, y por unas líneas de producción más tradicional o bien un sector que apostó por un producto capaz de producir y ocupar un lugar en el mundo, de tener ó de encarnar bien valores. Hay ejemplos de sobra, puedo decir: LZF, Gandía Blasco, Vondom, Viccarbe, Punt Mobles, etc, todas ellas apostaron por hacer del diseño un valor estratégico y finalmente se han ido sosteniendo en el mercado.

El diseño, como decía al principio, no es patrimonio de la gama alta de productos. Ikea tiene una muy buena relación con el diseño, ha sabido conjugar diseño y precio bajo y tiene un producto de una calidad mínima suficiente a un precio razonable, a veces con un diseño bueno y a veces mínimo, pero creo que la industria valenciana del mueble, la que queda, debería entender que o se alía como productor con Ikea o apuesta por el diseño, y esta no es una apuesta, vamos a decirlo así, superficial, sino que implica una auténtica transformación de lo que serían los conceptos empresariales.

La apuesta por el diseño no consiste sólo en contratar al diseñador, sino en saber hacer un encargo. Efectivamente, la contratación lo mediatiza y lo desarrolla, pero el gestor lo tiene que entender, cosa que requiere de cierta maduración. Creo que en estos momentos hay que mirar el modelo de los países nórdicos, como Dinamarca por ejemplo, que es un país pequeño con una industria pequeña pero con un posicionamiento del mercado muy potente. Cuantitativamente son pocos, pero cualitativamente, tienen un peso importante. Pasa lo mismo con Finlandia, Suecia, Holanda, etc. Creo que el modelo valenciano del sector del mueble y de otros sectores, tendría que tomar estas referencias.

A mí no me preocupa Ikea, me preocupan otras propuestas de objetos que son monstruosas, feas y que solo promueven el mal gusto. El mal gusto, tan presente, me resulta más problemático, porque creo que ahí hay más peligro y su efecto nocivo es mayor que el de mil Ikea.

Hay mucho objeto feo y hay mucha gente con mal gusto que no es consciente que además tiene mal gusto y esto pasa en la gama alta, media y baja de consumo. Eso sí que me parece un problema, no sólo del sector del mobiliario, sino en general, de los sectores productivos.

Entiendo que ahí, la apuesta por el objeto de calidad y de cualidad es la alternativa. Tiene que haber una coherencia entre la gerencia, la comercialización, la producción y el diseño en las empresas y esa coherencia tiene que estar al servicio del producto resultante. En el sector del mueble valenciano eso no se hizo en su momento y de hecho ha sufrido una crisis brutal, con independencia de IkeaIkea, aquí, en Valencia, ha sido más el pretexto que la causa.

Álex Serrano: ¿Es necesario cambiar los modelos productivos?

Xavier Giner: No podemos plantearnos la producción sin plantearnos la distribución, el consumo y los usos. Esa lógica hay que abordarla bien y hay que establecer nuevas estructuras que permitan la articulación de pequeñas empresas con redes de comercialización, de consumo y distribución de sus productos. No puede jugar la partida por sí solo, hay que entender que si nos juntamos somos más poderosos, más fuertes que si nos separamos. Hay algo que es absurdo, pero cierto; cuando llegué al mundo del diseño, la teoría de marketing de la época decía que había que dividir y separar, que no era bueno que en un mismo lugar estuvieran varios elementos que vendían lo mismo, eso no es verdad y el tiempo lo ha demostrado. Cuantas más zapaterías hay en la calle, más zapatos venden todos, por lo que a la hora de distribuir y vender, hay que entender las formas de funcionamiento y comprender que se pueden compartir redes de distribución de determinadas maneras o que determinadas alianzas pueden ser beneficiosas para todos.

Si uno quiere hacer como Ikea y no tiene el tamaño de Ikea, llevarlo a cabo es muy complicado. Uno tiene que encontrar qué posibilidades tiene y qué posibilidades le dan. Hay una cuestión más de horizontalidad, más colaborativa entre empresas y estructuras que puedan ser complementarias. Evidentemente, hay cosas que no se pueden poner juntas y otras que sí, se trata de una colaboración positiva por ambas partes. He visto en algunas ferias que Sancal y LZF van juntos, por ejemplo. ¿Por qué no hay más colaboraciones así? Creo que hay que pensar nuevas maneras de posicionamiento para la pequeña y mediana empresa. Los instrumentos están, simplemente hay que cambiar la mentalidad y encontrar otras maneras de gestionar. Una matización, una pequeña o mediana empresa no es una réplica en pequeño de una grande, esa comparativa es errónea, ambas son de una “zoología” diferente y por lo tanto también sus modos, y ahí, Internet, el mercado online, los blogs, puede dar poder y visibilidad.

Álex Serrano: ¿Crees que reproducimos los modelos mediáticos de los que tanto nos quejamos?

Xavier Giner: Creo que desde el punto de vista de los modelos mediáticos la lógica ha cambiado enormemente con el tema de los blogs y las redes sociales. Hubo un tiempo en el que las revistas de diseño tenían la función social de promover y difundir las estéticas, grupos y orientaciones del diseño, pero todo eso ha saltado por los aires. La riqueza, las posibilidades, la fuerza que tienen los fenómenos que da Internet, tienen una resonancia enorme. La inmediatez, la rapidez y la circulación de información, han cambiado radicalmente los parámetros. Dando clase te das cuenta de que por ejemplo, hace veinte años, la dificultad para un estudiante de diseño era acceder a información actualizada pero ahora no, ahora es justo lo contrario, hay que gestionar bien la avalancha de información.

Hay una cantidad de información enorme y para un estudiante existe un problema de cómo gestionarla para convertirla en información operativa que le sea útil al proyecto que esté desarrollando. Hace treinta años era justo lo opuesto, era poder acceder a una información actualizada y muy especializada. El Centro de Documentación del IMPIVA fue un oasis para mi generación.

El reto que tenemos actualmente, tanto los estudiantes como los profesores y los diseñadores profesionales, está en tener criterio, saber analizar, sintetizar y transformar esta cantidad de información en información operativa y no quedarnos aplastados por esa avalancha. Esta nueva manera de difundir información ha cambiado los parámetros del trabajo y de la formación.

Álex Serrano: ¿Cuáles son tus referentes en el ámbito del diseño?

Xavier Giner: Cuando doy clase me cuesta hacer entender este concepto, porque los alumnos tienden a buscar una especie de identificación, de referencias que les sirvan a ellos como modelos a imitar. Me explico: hay diseñadores que me interesan mucho por su trabajo, su propuesta o su manera de desarrollar un concepto, aunque a veces no sean diseñadores cuyos trabajos compraría. Tengo un espectro de referentes muy variados, por ejemplo, me interesa el modelo de diseño de la escuela de Ulm, con su diseño racional y analítico, pero también me interesa el diseño conceptual así como todo diseño que me hace pensar, que me hace vibrar, que me cambia el chip, por decirlo así, que me sorprende, me descubre algo o me da una mirada sobre los objetos que yo no había percibido, y que por su aportación, puedo percibir. En ese sentido, soy de espectro amplio, tengo una paleta muy amplia de referencias: Marcel Breuer, Charlotte Perriand, Dieter Rams, Verner Panton, Enzo Marí, Ettore Sottsas, etc.

Me voy a permitir una cita que es de otro campo, Lacan decía: “uno sólo es responsable de los maestros que elige”. Los maestros no son responsables de ser elegidos por sus alumnos, pero estos sí son responsables de los maestros que eligen.

Resolver el enigma enorme de reunir belleza y utilidad, es de las cosas más difíciles que hay en esta vida. Es decir, encontrar algo que desde la agudeza del ingenio produzca satisfacción y sirva para algo, resolver esa fórmula, es una de las cosas más complejas.

Álex Serrano: ¿Y en cuanto a teóricos?

Xavier Giner: Me formé con la Escuela de Ulm y me siento deudor de esa formación. Gui Bonsiepe, por ejemplo, es alguien que adoro, Tomás Maldonado, Giulio Carlo Argan o Gillo Dorfles, Roland Barthes, Jordi Lllovet, … tengo una cierta devoción por mis maestros, aquellos que me enseñaron a mirar el diseño. Leo con mucho gusto a Deyan Sudjic, y Ezio Mancini o Marc Augé.

Y luego está la otra vertiente, que es la que tiene que ver con el psicoanálisis, la que me permitió leer el objeto en la dimensión que el objeto tiene con la satisfacción, como Sigmund Freud, o Donaald W.Winnicott,y de un modo muy especial Jacques Lacan y Jacques-Allain Miller. Éstas son las fuentes en las que yo me he formado y las que vuelvo con frecuencia.

Pero además, soy muy curioso, no creo en las especialidades cerradas y sí creo mucho en la transferencia y en la transversalidad para poder entender la complejidad de los fenómenos contemporáneos.

Álex Serrano: ¿Después de multitud de trabajos, años de enseñanza… y más años. ¿Qué te ha dado la experiencia de los años?

Xavier Giner: Llevo ya 25 años dando clases de y sobre diseño. He aprendido que el diablo sabe más por viejo que por diablo y que la experiencia es un grado. He aprendido a ser infinitamente más abierto que cuando era joven, que era mucho más fundamentalista y dogmático. He aprendido que me interesan más las buenas preguntas que las respuestas. Creo que lo más difícil de enseñar es precisamente lo que no se puede enseñar y es el deseo de saber. El deseo no se enseña se causa, esta es la gracia y la dificultad de la enseñanza.

Lo que me gusta de la enseñanza es que me mantiene muy despierto, muy vivo. Es cierto que la gente que estudia diseño, lo hace por vocación, lo cual está muy bien. Hay gente que estudia derecho o medicina por la seguridad que le pueda transmitir la profesión, por suerte, eso no ocurre en el campo del diseño y eso, aunque pueda parecer al principio un problema, es una suerte para los que damos clase, porque hace a los alumnos despiertos y curiosos. Muchas veces hago la broma de que somos un ecosistema que hay que proteger porque está en vías de extinción; como el lince ibérico, el diseñador ibérico, es una especie en extinción.

La lógica del sistema va en la dirección de abandonar la vocación, de apostar por la ganancia y a mí lo que me fascina de la enseñanza del diseño es su viveza. Te encuentras a gente que se pelea consigo misma, con los conceptos y con las cosas, que pone toda la carne en el asador y que tiene esa sensación de vértigo y de riesgo que da el hecho de que cuando uno propone algo en diseño, no propone algo que le es ajeno, sino propone algo que es parte de él. Un dibujo o una propuesta, es una pieza que se ha desgajado con dolor y angustia del propio cuerpo. He aprendido a valorar esas cosas. El proceso de creación es un proceso de transformación guiado por una angustia productiva, si se puede decir de esta manera. Hablando con claridad, yo soy de los que cree que no todo el mundo puede ser creativo. Llega un momento en el que un estudiante de diseño se tiene que tirar a la piscina de cabeza y luego ya verá qué pasa. No es posible anticipar el proceso creativo. La racionalidad del proceso creativo no es una racionalidad ni deductiva ni inductiva, es otra. Dar la información masticada no funciona en el diseño. Aquí funciona otra cosa y se ve en el aula todos los días. Hay que incitar, hay que causar el deseo de saber, más que transmitir un saber. Es la gran dificultad porque parece fácil, pero es lo más complicado. Es mucho más fácil atiborrar con sabiduría a un alumno que causarle el deseo de saber.

Es verdad que el alumnado ha cambiado mucho en estos 25 años y que el sistema educativo, en general, fomenta comportamientos pasivos y acríticos. El alumno que viene a nuestros centros educativos viene de un sistema educativo en el que está acostumbrado a que le den y no tanto a buscarse la vida, y lo que en un centro de diseño enseñamos, básicamente, es a buscarse la vida. Es decir, un diseñador no es maestro de nada, pero tiene una curiosidad infinita y una capacidad para transformar en información operativa. En ese sentido, lo que le interesa del saber, es saber hacer algo con él, es poco académico y sin embargo es muy resolutivo, muy capaz de transformar las cosas. Eso está muy bien y es lo que hay que conservar porque el sistema educativo, tanto el superior como el secundario, van en la dirección de situarle como el receptor y al profesor como una especie de mediador, de facilitador de la información lo que genera la inercia de la pasividad y va en detrimento de la posición activa del alumno. Ese sistema educativo tiene poco que ver con la práctica del diseño. Por eso decía que somos como el lince ibérico, porque en los centros de diseño se trabaja justo en la dirección opuesta, en ese buscarse la vida y saber resolver las situaciones.

Álex Serrano: ¿Hacia dónde se dirige Xavier Giner?

Xavier Giner: No lo sé. Una de las cosas que he aprendiendo con el tiempo, con la experiencia y el análisis, es que, por decirlo así, sigo mi destino. Voy por dónde él me lleve. No soy tanto causa como efecto. Busco, pero finalmente, lo que me determina son los encuentros y lo que he encontrado no siempre ha coincidido con lo que he buscado. Me mantengo abierto a los encuentros, a ese espíritu de insatisfacción, de curiosidad, que para mí es un signo de lo vivo.

Sé que me gustaría seguir dando clases porque es algo que me encanta y que me resulta muy productivo. Para mí, la docencia tiene ese punto de hacerme trabajar para poder estar ahí. Sostener esa función con un mínimo de dignidad me gusta mucho porque me mantiene vivo, de lo contrario, no sé qué sería de mí. En ese sentido, una de las deudas que le debo a la enseñanza, entre otras cosas, es estar vivo, activo, conectado con lo último, con lo que está latiendo en este momento. ¿Hacia dónde voy? No tengo ni puñetera idea, allá donde quiera que el destino me lleve intentaré sostenerme de la mejor manera posible. Me gustaría escribir y de alguna manera, intentar ordenar el material que tengo acumulado, pero no sé si seré capaz de hacerlo.

Álex Serrano: ¿Algún ensayo sobre el diseño?

Xavier Giner: Sí, me apetece hacerlo y debería hacerlo, pero soy muy disperso, no tengo la disciplina de la academia. Me interesa más lo que no sé que lo que sé, ese es el principal problema. Siempre he seguido lo que no sé y dejado un poco de lado lo que ya sé y como consecuencia, no escribo sobre lo que sé porque me aburro. Tengo una postura más de estudiante que de docente, así que no sé si seré capaz de hacerlo algún día.