Editorial: Un concurso desierto, ¿el mejor resultado posible?

El concurso convocado por CECOVA y la Conselleria de Sanitat, fiel reflejo del desprecio habitual al diseño desde las instituciones públicas valencianas.

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Por Paco Ballester.

El pasado 6 de marzo publicamos un editorial acerca del lisérgico concurso convocado por el Consejo de Enfermería de la Comunidad Valenciana (CECOVA) en colaboración con la Conselleria de Sanitat de la Generalitat Valenciana, cuya finalidad era encontrar una nueva imagen para la Profesión de Enfermería. En aquella ocasión ya dábamos cuenta de lo absurdo de este nuevo concurso convocado desde una institución pública valenciana (y van…) comenzando por la imposibilidad de la participación de diseñadores.

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Ayer, la periodista Pilar G. Del Burgo, anunciaba en las páginas de Levante-EMV que el concurso ha quedado desierto, tras analizar los miembros del jurado los 46 proyectos presentados. No hace falta decir que ningún componente del jurado procede del mundo del diseño o está mínimamente relacionado. Para que conste, el jurado estaba formado por José Antonio Ávila, presidente del Cecova; Luis Ibáñez, secretario autonómico de la Conselleria de Sanidad; Remedios Yáñez, vocal en la C. Valenciana de la Asociación Nacional de Directivos de Enfermería e Isabel Miguel, profesora de la Escuela Universitaria de Enfermería de La Fe de Valencia).

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Tras la publicación de aquel editorial por parte de nuestra revista digital, nos consta que desde ADCV se contactó con las instituciones organizadoras con el ánimo de explicar los errores cometidos en el proceso, exigir la retirada del concurso y ofrecer su colaboración de cara a una nueva convocatoria. Que el concurso haya llegado hasta sus últimas consecuencias indica bien a las claras que o bien desde ADCV se habló con estas instituciones en un idioma incomprensible (tal vez valenciano) o en el peor de los casos, hicieron caso omiso de cualquier recomendación y siguieron adelante con la convocatoria, lo que indica bien a las claras, el desconocimiento, ignorancia e incluso desprecio por la labor del colectivo de diseñadores de la Comunidad Valenciana. Cabe también replantearse si esta fórmula de colaboración, este intento de diálogo es útil.

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La resolución final del jurado justifica el haber declarado desierto el concurso en que ninguna de las opciones aportadas «se adaptaba a los objetivos de la convocatoria». Sin necesidad de hacer sangre de los proyectos presentados (pueden contemplar a lo largo de este editorial, si es posible no apartar la vista de la pantalla, una selección representativa de la calidad de los trabajos), ya que no podemos achacar a la buena fe de aquel enfermero ducho en Illustrator la errónea concepción de este concurso, podemos encontrar en la resolución del jurado una mínima satisfacción. La vergüenza e indignidad de que uno de los trabajos presentados se convirtiera en imagen oficial de un Colegio Profesional de la Comunidad Valenciana hubiera sido otro duro golpe (uno más) para el ámbito del diseño en nuestra tierra.

dissenycv.es-cecova-12Tanto desde las entidades vinculadas al diseño (ADCV) como desde publicaciones digitales como DissenyCV, la misma Gràffica, con Víctor Palau a la cabeza, o Valencia Plaza por voz de Xavi Calvo, hemos denunciado la persistencia en el error y el desprecio sistemático en la convocatoria de unos concursos que empobrecen la imagen del diseño, no dignifican en absoluto el trabajo de los profesionales y en consecuencia, ofrecen resultados totalmente insatisfactorios. Hasta el momento, el diálogo mantenido, vistos los resultados, ha quedado en la nada absoluta. Puede que nuevas caras traigan consigo nuevas sensibilidades que permitan un cambio de rumbo. El diseño en Valencia merece otro trato por parte de las instituciones públicas.