Carlos Tíscar: «El desconocimiento del diseño está dando resultados desastrosos para la credibilidad de nuestra Comunidad».

El Presidente de ADCV analiza en esta entrevista el panorama actual del diseño valenciano, así como la situación de la propia institución.

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Tomás Gorria.

DissenyCV (DCV): En la profesión, hay un ambiente de incertidumbre, con un evidente descenso en el número de encargos y de actividad. ¿Cómo ves el momento del diseño, a escala creativa y profesional, en la Comunidad Valenciana?
Carlos Tíscar (CT): El diseño es un sector más de los afectados por la mala situación económica y la incertidumbre ante el futuro inmediato, pero pese a todo, el momento creativo sigue siendo excelente. Actualmente hay un nivel muy bueno entre los diseñadores con experiencia y entre los más jóvenes, que ante la escasez de encargos están generando propuestas muy interesantes y valientes. Prueba de nuestra valía es la representación valenciana a nivel nacional, siempre numerosa en exposiciones, artículos, premios de diseño, etc.

DCV: Más allá de las declaraciones retóricas, ¿crees que existe sensibilidad en la Administración sobre el valor estratégico del diseño en la economía? ¿No crees que se está desaprovechando el talento de los diseñadores valencianos y que podría convertirse en un factor importante de desarrollo?
CT: Es muy poca la sensibilidad hacia el diseño, empezando por la manera en la que la propia Administración autonómica gestiona algunos proyectos importantes, desde carteles municipales, mobiliario urbano o logotipos corporativos, por poner solo unos ejemplos. La ingenuidad y el desconocimiento del factor «diseño» está dando resultados desastrosos para la imagen y la credibilidad de nuestra Comunidad. ¿Qué percepción tiene un turista ante un cartel municipal, el banco donde se sienta o la señalización de un museo? Seguro que si todos estos elementos estuvieran muy bien diseñados, la experiencia de este turista y lo que cuente a su regreso sería más positivo.

Precisamente tuve la ocasión de exponer, en una reunión antes del verano, ante el conseller Máximo Buch, la contribución del diseño y su enorme y aún no explotado potencial para la mejora de la economía valenciana, la internacionalización de sus empresas y el prestigio de nuestra Comunidad. El diseño es asequible, aplicable a muy corto plazo y tiene  en Valencia un sector profesional maduro y prestigioso al que poder recurrir. En mi opinión, todo este potencial es bastante desconocido por la Administración autonómica, y no se ve como prioritario.

DCV: La concesión del Premio Nacional de Diseño a Nacho Lavernia y la celebración del acto en Valencia han tenido (cierta) repercusión en los medios. ¿Piensas que los medios prestan la suficiente atención al sector del diseño en la Comunidad Valenciana?
CT: La concesión merecidísima de este premio a mi maestro, Nacho Lavernia, es un hecho que corrobora lo que comentaba en el inicio de la entrevista. Ahora bien, aprovecho para hacer un par de observaciones. El hecho de que el premio haya perdido la referencia exclusiva a nuestro oficio -pues la denominación ha pasado de “Premios Nacionales de Diseño” a «Premios Nacionales de Innovación y de Diseño”- es significativo del insuficiente crédito que se le da a nuestro sector. También es significativa la coincidencia en los discursos en denominar al diseño como “valor añadido”. Aún son muchos los que erróneamente consideran que se trata de algo que no es nuclear o central, sino que es un “añadido”. El lenguaje nos hace prisioneros de los conceptos y hasta que no veamos el diseño como un valor estructural, no progresaremos.

También fue llamativo el discurso del president Alberto Fabra, quien no pudo decir nada de lo que destina la Generalitat Valenciana al apoyo del diseño en nuestra comunidad porque no tiene ninguna línea de actuación específica para ello. En cuanto a la atención de los medios, los especializados hacen una labor estupenda, pero los generalistas no prestan demasiada atención.

Carlos Tíscar, en su estudio en un momento de la entrevista. Foto: T.G.
Carlos Tíscar, en su estudio, en un momento de la entrevista. Foto: T.G.

DCV: Asumió la presidencia de ADCV en un momento muy complicado. ¿Podría hacer un breve balance de su gestión y reseñar el estado actual de los problemas más acuciantes?
CT: Desde luego es un momento muy complicado, con nuestro sector agobiado por la crisis, con las instituciones sin presupuesto para subvenciones, etc. El balance deberían hacerlo los socios. Lo único que puedo asegurar es que tanto yo como la Junta Directiva que presido dedicamos muchas horas y hacemos muchos esfuerzos por seguir adelante, proponer iniciativas y velar por nuestros objetivos. Yo estoy contento con algunas ideas que he logrado implantar gracias al compromiso de toda la junta, como el protocolo “Llamada a proyecto” que procura oportunidades de trabajo para los socios o el haber contribuido a hacer de la ADCV el interlocutor imprescindible para cuestiones de diseño en la Comunidad Valenciana. Poco a poco lo vamos logrando, aunque por supuesto no es mérito solo mío sino de la labor acumulada de todos los presidentes y juntas directivas anteriores.

Nuestros problemas a día de hoy son fundamentalmente económicos, debidos principalmente a la deuda que el antiguo Impiva tiene con nosotros y que corresponde a proyectos realizados en 2011 y a la multa que el Tribunal de Defensa de la Competencia nos ha impuesto por reproducir en una publicación unas tarifas orientativas, fruto de una encuesta entre nuestros socios y que se hizo con el único interés de ayudar a los jóvenes profesionales. Con muchos quebraderos de cabeza hemos conseguido estabilizar la situación, llegar a acuerdos con nuestros acreedores y poder seguir funcionando.

Un papel muy importante para la ADCV ha sido el centro Las Naves, que depende de la concejalía de Innovación. No sólo por facilitarnos un espacio sino por la confianza en nuestra asociación. Gracias a su apoyo y colaboración podemos desarrollar algunos proyectos conjuntamente. Uno de los más recientes es un conjunto de talleres infantiles para que los niños descubran o se familiaricen con el diseño, en colaboración con las Naves; #LASNAVESKIDS, que ha arrancado este mes y tiene una programación trimestral, desarrollándose todos los sábados hasta junio. Son talleres educativos, dirigidos e impartidos por profesionales del diseño y es por ello que se erigen como propuesta diferenciadora de la oferta existente.

DCV: En algunos momentos, debido a las dificultades económicas de ADCV, se ha llegado a plantear su disolución o refundación. ¿Existe todavía esa posibilidad?
CT: No. Aunque en su día pensamos en las peores circunstancias y en la responsabilidad que teníamos, todas las personas que me acompañaron y me acompañan en la junta hemos trabajado y trabajamos en el mantenimiento de la ADCV, eso sí, adaptándonos a las nuevas circunstancias, desarrollando iniciativas y proyectos realistas, haciendo de la necesidad virtud. Fundamental está siendo la ayuda desinteresada de muchos socios, que se han implicado en distintos proyectos para reforzar a nuestra asociación. Y por supuesto, la contribución a través de su cuota de todos los socios y de nuestras empresas asociadas que, en los tiempos que corren, siguen manteniendo su compromiso con el diseño. Desde aquí quiero agradecerles personalmente y en nombre de la junta todo ese esfuerzo.

DCV: ¿Podría explicar la situación real de los proyectos en los que está implicada ADCV, como la VDW, el Bianuario o el Congreso de Tipografía?
CT: La Valencia Disseny Week es uno de nuestros proyectos más importantes. Estamos estudiando cuáles serían los ajustes a realizar en fechas, contenido y contexto para mejorarla, de ahí que hayamos decidido posponerla. Además tengo la esperanza de obtener el apoyo decidido de la alcaldía. Un evento cultural como este redunda directamente en la percepción de la ciudad de Valencia como un potente foco creativo, entre sus residentes y visitantes y genera un efecto llamada para estudiantes y jóvenes profesionales de otros países.

Para el Bianuario estamos considerando fórmulas para su financiación, que en ediciones anteriores se conseguía, aparte de la aportación de los socios que participaban en él, con subvenciones. También se está revisando su formato, con la premisa de mantener la calidad y representatividad.

El Congreso Internacional de Tipografía celebrará sus primeros diez años de existencia y reflejará las aportaciones de este evento a lo largo de ese tiempo a la tipografía en España. Personalmente y coincidiendo con muchos socios, me gustaría que esa trayectoria se reflejase en una publicación, que seguro se convertiría en un libro muy preciado para los amantes de la tipografía y los diseñadores gráficos en general.

DCV: ¿Van a tener visos de continuidad actividades como From Valencia with Design?
CT: En cuanto a From Valencia with design, necesitamos ayuda para itinerarla internacionalmente. Esta exposición, que muestra como el diseño valenciano está siendo reconocido internacionalmente, fue el fruto de una intensa y fructífera colaboración con Las Naves, pero para la itinerancia no estamos obteniendo ayuda, al menos a medio plazo, y eso que no se necesita un gran presupuesto. La hemos solicitado a bastantes representantes de instituciones públicas, sin resultados concretos hasta ahora. Creemos que el mensaje que transmite es inédito y contribuiría a mejorar la imagen que se tiene de la Comunidad Valenciana en el extranjero.