Revisamos la particular trayectoria de este diseñador gráfico afincado en Valencia.
Descubrir el diseño.
La llegada de Modesto Granados al mundo del diseño gráfico no fue un aterrizaje al uso. “Yo estaba en 2º de BUP cuando me suspendieron todas las asignaturas. Obviamente, los profesores me aconsejaron que el instituto no era lo mío”. Entonces, cabe preguntarse qué le gustaba en realidad a Granados. “Dibujar cómics”. De ahí el descubrimiento por parte del diseñador valenciano de la Escuela de Artes y Oficios de Valencia, en la que se impartía una asignatura relacionada con el mundo de la historieta. “Yo en aquellos momentos no sabía qué era el diseño”, admite Granados, pero coincidiendo con su estancia en la Escuela, se celebró en la Lonja de Valencia una exposición dedicada a Javier Mariscal. “Aquello fue un descubrimiento: tipografías, colores… Eso era lo que yo estaba buscando”. A partir del segundo año en la Escuela de Artes y Oficios, Granados se desinteresa progresivamente por el mundo del cómic -”En realidad yo era muy mal dibujante”, confirma sin tapujos-, y pasa a interesarse de una manera seria por el diseño gráfico.
Primeras actividades como profesional
Como ya sucedió con el instituto, Granados abandonó la escuela para buscar trabajo. Su primer destino fue una pequeña imprenta, donde a lo largo de un año trabajó de manera progresiva como impresor, más tarde como diseñador-impresor, y por último tan sólo como diseñador. Tras esta primera experiencia, Granados decidió montar un estudio junto al también diseñador Fandos Torrente. “Duró un año y medio. Teníamos muchas ganas, pero éramos muy inexpertos”. Su siguiente experiencia profesional no tardó demasiado en llegar. El diseñador Juan Martínez buscaba colaboradores para su estudio y en la entrevista de trabajo surgió, como el mismo Granados afirma, “un flechazo profesional”.
Teruel existe y el retorno
En 1998, Modesto Granados cambió radicalmente de modo de vida. Se mudó a la localidad de Cedrillas (Teruel) y allí se hizo cargo de una granja-escuela. “Fue un intento de cambio de vida que no resultó. Echaba de menos la vida en la ciudad, la familia, los amigos…”. Unos meses después, Granados regresa a Valencia para trabajar brevemente con MacDiego, e incorporarse de inmediato a XanoXano, estudio de diseño ubicado en Picanya con Ramón Cosme y Pepe Canya a la cabeza. “Ese tiempo fue realmente divertido. Todos los viernes de julio organizaban unas paellas a las que acudían el todo Valencia -diseñadores, artistas, fotógrafos-… Yo me quedé en XanoXano hasta que se disolvió, cuando Canya se incorporó a Engloba”. Modesto Granados siguió a Canya hasta la empresa de comunicación, una aventura que duró exactamente “hasta el 11-S, lo recuerdo perfectamente”. De ahí, Granados dio el salto hasta el departamento de comunicación de Lladró.
Nuevo estudio propio
El diseñador valenciano compatibilizó el trabajo en la firma valenciana de porcelanas con la fundación, en 2004, de su propio estudio. “En ese tiempo había trabajo, pero la realidad es que yo sobrevivía como freelance para Lladró. En un momento determinado realizo un encargo para Bodega Montaña -uno de los trabajos de los que más contento estoy-, y a partir de ahí, trabajo para otras empresas del sector”.
Con la fundación de su propio estudio (ya sea trabajando desde casa o en espacios de otros profesionales), Granados nota un cambio en su modus operandi: “La pasión de los primeros años con el tiempo se va atemperando”. Aunque echa de menos aquellos primeros años, Granados reconoce que ahora “maneja mejor los tiempos”, lo que confiere a su trabajo diario una cierta estabilidad, en consonancia con la madurez profesional alcanzada.
Panorama del sector e influencias
En cuanto a la situación actual del gremio, Modesto Granados considera que “nosotros empezamos currando de machacas y después nos montamos el estudio. Hoy en día hay una proliferación de estudios de gente que inicia la aventura profesional al poco tiempo de terminar las clases, por la falta de oportunidades laborales”.
Hablando de las tendencias actuales en el diseño, Granados apunta que le preocupan “bastante poco”. Añade que “me importa que el resultado sea el óptimo para el proyecto. No me importa que se publique o no se publique”. Como influencias, Granados cita a Paul Rand, Javier Mariscal o Paco Bascuñán, entre muchos otros, quienes han aportado al trabajo del diseñador valenciano algunas influencias que se manifiestan en un denominador común: la búsqueda constante de la sencillez. “No me gusta el ornamento excesivo, trato de averiguar qué es lo que necesita el encargo, y a través de esa búsqueda hallo la solución”.
En cuanto al grueso de su trabajo, Modesto Granados mantiene que el referido a Bodega Montaña (antes mencionado), sigue vigente. “Hay que esperar un cierto tiempo para poder evaluar el trabajo realizado, tomar distancia”, sostiene. Uno de los encargos con los que Granados ganó un gran reconocimiento fue su trabajo para Alicante como Puerto de Salida de la Volvo Ocean Race: “hice la identidad corporativa, el manual de implantación de la marca, señalética del evento, publicidad en multitud de soportes, etc.”
¿Y ahora?
En un futuro próximo, Modesto Granados dirige su día a día a tratar de “no cerrar el estudio”, y al mismo tiempo, reorientarse hacia el diseño web, con proyectos como los de Loco Club, el site para el chef valenciano Paco Morales o la nueva web de la inmobiliaria Rimontgó, una página que contará con un sistema de búsqueda innovador, ya que el usuario podrá realizar una “búsqueda por sensaciones”. Respecto al diseño para web, Granados sostiene que “exige una labor de reciclaje profesional importante, porque contiene multitud de opciones que no existen en el diseño gráfico al uso, además de problemas inherentes”.