La biblioteca digital Europeana selecciona las quince obras más representativas de nuestro país.
Tomás Gorria.
El cartel realizado por Josep Renau ha sido seleccionado para su inclusión en Europeana, una biblioteca digital de acceso libre, que reúne contribuciones ya digitalizadas de reconocidas instituciones culturales de los 28 Estados miembros de la Unión Europea. Sus fondos incluyen libros, películas, pinturas, periódicos, archivos sonoros, mapas, manuscritos y otros archivos y está cofinanciada por la Unión Europea.
El cartel de Renau formó parte del concurso organizado por el Patronato Nacional de Turismo que encargó en 1929 una serie de carteles representativas de las 51 provincias españolas con el fin de promover España en el exterior. Las obras seleccionadas fueron exhibidas en el pabellón del Patronato en la Exposición Iberoamericana de Sevilla de 1929 y la obra del cartelista valenciano «Baleares, la isla de las maravillas» fue una de las piezas ganadoras. Un año más tarde, Renau realizará, también para el Patronato Nacional de Turismo el cartel Valencia, Jardín de España, este con un estilo más reconocible, y posiblemente de mejor factura gráfica, tipográfica y compositiva que el de 1929. De los cincuenta y un carteles presentados, fueron premiados con mil pesetas los correspondientes a Sevilla (Juan Miguel Sánchez), Baleares (Josep Renau), Barcelona (Federico Ribas), Córdoba (Sáez de Tejada) y Málaga (Ricardo Verdugo); Es relevante comprobar que entre los citados estaban algunos de los más representativos cartelistas vinculados a la guerra civil, tanto en el bando nacional (Sáez de Tejada), como en el republicano (el propio Renau o Castelao). Una reproducción original de este cartel (como ocurre con algunas obras de Renau, como la de la piscina Las Arenas) es una pieza codiciada, y puede encontrarse en los sitios de subasta de internet con precios que estan más allá de 1000 euros.
Los carteles que editó el PNT tuvieron dos épocas diferenciadas,: el Patronato monárquico (1928-1931) y el Patronato republicano (1931-1939). La primera se enmarca en la necesidad de presentar una imagen multiforme del país, tanto a los visitantes de las exposiciones de Sevilla y Barcelona, como a la propia población autóctona, en un intento de prestigiar la propia realidad nacional. La segunda etapa, con una producción mucho menor, tienen una clara intención de propaganda antifascista, con el objetivo principal de alertar sobre la destrucción del patrimonio artístico español.
Otra de las obras seleccionadas por Europeana tiene también cierta relación con el cartelista valenciano. Se trata de la Cartilla Escolar Antifascista, realizada por el diseñador Mauricio Amster para el Gobierno Republicano, en el que Renau ocupaba el cargo de Director General de Bellas Artes, por lo que muy probablemente tuvo que ver en la gestión y el encargo de la obra. Amster era desde 1937 director de Publicaciones del Ministerio de Instrucción Pública, por lo que es muy probable que existiera algun tipo de relación entre Amster y Renau. La Cartilla Escolar Antifascista se edita por primera vez en abril de 1937; el trabajo de tipografía y composición de textos se realizó en los talleres de Tipografía Moderna de Valencia, y tanto la impresión como los trabajos de fotocromía se efectuaron en Gráficas Valencia.
El diseñador Ibán Ramón, especialista en la obra de Renau y la gráfica valenciana de la guerra, ha confirmado a nuestra publicación la vinculación entre Renau y Amster: «el trabajo que vincula a Renau y Amster es el folleto titulado «7 de octubre: una nueva era en el campo» que recoge el decreto aprobado en octubre de 1936 por Vicente Uribe, Ministro de agricultura, por el que se expropian a favor del estado las fincas de los que han participado o colaborado con el movimiento insurreccional. El folleto, de excelente factura y apenas conocido, fue expuesto por primera vez en la muestra que con motivo del centenario del nacimiento de Renau tuvo lugar en La Nau de la Universitat de València en 2007. La portada de dicho folleto está diseñada por el propio Josep Renau y la maquetación y composición tipográfica estuvo a cargo de Mauricio Amster. Se imprimió en los talleres de Rivadeneyra, Madrid.»
Independientemente de la selección de las obras en en esta muestra, es destacable que se incluyan entre ellas piezas del ámbito del diseño gráfico o editorial. En declaraciones efectuadas a DissenyCV, Raquel Pelta, especialista en Historia del Diseño comenta que «aunque es un dato interesante que se incluyan estas piezas en esta selección y denota un creciente interés por el diseño, hay que recordar que conceptualizar estas obras como obras de arte es complicado, ya que fueron concebidas como piezas de diseño, con intenciones claramente comerciales o propagandísticas, en el contexto en que esta misma cuestión era polémica (Renau y Ramón Gaya en Hora de España) o en el propio libro del cartelista valenciano La función social del cartel.»
Por otra parte, la presencia valenciana en esta peculiar selección no acaba en las obras reseñadas. Entre las quince obras seleccionadas aparecen las pinturas Paseo a orillas del mar (1929) de Joaquín Sorolla y La Piedad (1633) de José de Ribera, una señal de la importancia de nuestros artistas plásticos y diseñadores gráficos en el conjunto de la cultura visual española.
