El ilustrador valenciano Paco Roca ha colaborado en el proyecto.
El estudio de diseño Juan Martínez ha diseñado la identidad corporativa de la bodega Terra d’Art, una pequeña empresa familiar dedicada al vino de autor. Situada en el Valle de Ahillas, entre las poblaciones de Chelva y La Yesa, a menos de 70km de Valencia, esta empresa quería transmitir con su imagen lo mismo que sus vinos: una elaboración especial, artesanal, que aportara una sensación diferente con cada uno de sus productos. En definitiva, una identidad propia para unos vinos diferentes y únicos.
Las viñas de Terra d’Art, situadas en el microclima del Valle de Ahillas, han vivido grandes momentos de esplendor, aunque desde hace años sus vides estaban prácticamente abandonadas. La familia Martínez Palmero decidió volver a darle vida a estos terrenos y crear una nueva gama de vinos de autor. Para ello, han aprovechado una variedad autóctona propia de la zona conocida como “Merseguera” y con la que se realizan los vinos blancos.
Estas características fueron claves para bocetar una identidad total que reflejara la naturaleza de sus propietarios. Así nació un concepto, una imagen, que ha derivado en un símbolo ilustrado por Paco Roca. “Nosotros queríamos mostrar que se trata de una bodega que cuida el producto, que lo manipula con cariño en todo su proceso y que además, lo hacen con sus propias manos. Esta ilustración, realizada por Paco y basada en una imagen mía, no puede ser más fiel al objetivo original. Es absolutamente real. Se trata de Casandra Martínez, una de las dueñas de la bodega, trabajando en la última vendimia”, nos cuenta Juan Martínez.
De esta imagen, surgió la marca que actualmente es seña de identidad de Terra d’Art y que impregna todos los soportes de la bodega: desde las tarjetas de visita, papelería, tríptico o incluso las cajas que usan para recoger la vid. Pero en el encargo no sólo se incluía la marca, sino toda la imagen de la bodega: naming, adaptaciones gráficas, e incluso las etiquetas de cada uno de los vinos. La papelería intenta ser lo más particular posible y similar a la filosofía de la empresa.“Nuestra intención era reflejar la cercanía y cariño que aporta esta familia a su bodega, a sus vinos, su dedicación, y eso nos llevó a intentar personalizar al máximo toda su identidad gráfica. Por eso, tanto el tríptico como las tarjetas de visita, cuentan con sus propias fotografías durante la pasada vendimia. Una manera de enaltecer su trabajo, su cercanía y al mismo tiempo identificarles rápidamente”, concluye Juan Martínez.