Una reforma basada en los conceptos de geometría, piel y luminosidad.
Geometría, piel y luminosidad han sido las claves del proyecto realizado por el estudio de diseño de interior de Carmen Baselga para transformar una vivienda convencional en un espacio singular y adecuado a la forma de vida de los propietarios.
A partir de una planta bastante irregular, aproximadamente triangular, con típica distribución de pasillo, se desarrolló un proyecto basado en juegos geométricos que nacen de la propia intención de ordenar el espacio; la propia dificultad de origen es la que hizo evolucionar hacia estas formas que imprimen carácter a la vivienda.
Al tratarse de una reforma integral, fue posible redistribuir la casa y plantearla desde cero. El objetivo era crear tres espacios completamente independientes; un espacio común que incluye salón-comedor-cocina, y dos espacios de intimidad, una suite principal que incluye dormitorio, vestidor y baño; y otra suite, en este caso para un adolescente, con su baño y con su estudio anexos al dormitorio y una pequeña terraza.
El separador diseñado para el acceso proporciona una protección visual semipermeable y acota el espacio proporcionando sensación de mayor privacidad e intimidad potenciada también por la luz que emerge desde la base.
La cocina aparece como corazón de la casa, pero con una presencia discreta al mismo tiempo. La isla emerge del suelo manteniendo el mismo material cerámico del pavimento tanto en el plano de trabajo donde se integra la placa de cocción como en los costados laterales que mantienen el mismo ancho del formato de baldosa.
La idea era que una misma superficie recorriera el espacio dando soporte a las necesidades más básicas de la vivienda, caminar, manipular alimentos, ducharse… consiguiendo una continuidad entre las superficies horizontales y verticales, tanto visual como táctil.
Buscando esta continuidad tanto en la naturaleza de las superficies como con el tamaño delas piezas, surgió la posibilidad de trabajar con el porcelánico de gran formato (360cm x 120cm) que ofrecía Neolith, y que encajaba perfectamente con esta idea.
Así pues, era importante el tacto y protección de las diferentes superficies de uso. Todo lo que tocamos o nos toca debe producir sensaciones agradables atemperándose con facilidad según la época del año (vivimos en el Mediterráneo y el tacto de los suelos cerámicos directamente con los pies es un placer). Por otra parte el color del porcelánico escogido fue un blanco ligeramente roto que proporciona la luminosidad que necesitaba la casa dado que está situada en un primer piso, de esta forma la poca luz que entra incide sobre el suelo y se proyecta en el espacio multiplicándose.
Otro de los recursos utilizados fue compensar el tamaño de los baños con un techo retroiluminado y un revestimiento mural de espejo justo en la pared principal.Por otra parte, por la importancia que dada al yagua en este proyecto, las griferías instaladas en toda la casa son de Grohe. Así mismo, los sanitarios son de Noken.
Fotografía: Images Positive.