Paco Inclán: «Podemos hacer revistas toda la vida, pero no tenemos claro cómo moverlas»

Segunda parte de la charla de Álex Serrano con el escritor y editor de la revista Bostezo.

Texto: Álejandro Serrano (Pyschonauts magazine)

Lee la primera parte de esta entrevista: Paco Inclán: “Mantener el formato e independencia de Bostezo es todo un reto”

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Alejandro Serrano: ¿Cómo llegaste a editor?

Paco Inclán: Yo empecé estudiando periodismo, aunque no he llegado a trabajar como periodista del modo convencional. He intentado seguir otra línea. Escribir y viajar eran las principales motivaciones que me llevaron a estudiar periodismo. Y bueno, lo he conseguido. Lo de sentirme editor ha venido con la práctica. Y a su vez el trabajo de edición me ha servido mucho para desarrollar el proceso de escritura. «Tantas Mentiras» condensa esa inagotable búsqueda de estilo a través de la edición. Catorce años he tardado en saber cómo quería contar las cosas. Creo haber encontrado la fórmula. Aunque no es infalible.

Alejandro Serrano: Me llama la atención que revistas como la vuestra, Verlanga o Lletraferit, tuvierais suficientes expectativas para generar un negocio más o menos estable de todo esto. Que es algo que generaciones posteriores casi ni se plantean.

Paco Inclán: Si nosotros hubiéramos hecho un análisis previo de cómo estaba el mercado, no nos hubiéramos lanzado a ello. Necesitas también algo de inconsciencia y entusiasmo. Está guay hacer algo que siempre te ha gustado, pese a las complicaciones que tiene.

Alejandro Serrano: ¿Qué te ha dado la editorial a nivel personal?

Paco Inclán: Viajar y acumular experiencia, porque a lo largo de la carrera han surgido muchos proyectos. Además, al editar en papel llevas un producto físico que puedes mostrar… Estuvimos preparando un número de Bostezo en una residencia para artistas en California, hemos estado un par de veces organizando actividades en Guinea Ecuatorial, hace poco nos invitaron a hablar sobre fracaso en unas jornadas de emprendimiento en Zaragoza, he coordinado un proyecto radiofónico en la frontera entre Colombia y Ecuador y colaborado en otro en el sur de Chile… Y eso, claro, a nivel personal, me ha enriquecido. Ha sido como una escuela. Y ahora mismo me siento más seguro como editor que cuando empecé. Todo a base de más error que ensayo. Ahora tengo más seguridad que al principio en el trato con los autores a la hora de sugerirles cambios y matices en sus textos. El otro día, en una entrevista en El País le preguntaron a Jorge Herralde, después de casi cincuenta años en su labor como editor: “Señor, ¿qué es un editor?”. Que Herralde todavía se tenga que explicar significa que no se entiende todavía la figura del editor.

Alejandro Serrano: ¿Qué es un editor?

Paco Inclán: Yo digo que, si el autor es el padre de un texto, el editor es su abuelo. Por eso, cada texto de los que publicamos en Bostezo lo siento como propio. Si alguien me dice que el texto de tal o cual autor no le ha gustado, también me afecta, porque lo siento mío. Es mi nieto. Y esto es algo que me encanta. A raíz de Bostezo nos han surgido otros trabajos de edición. Por ejemplo, hemos editado a Estellés en euskera. Como ves, seguimos con la línea de grandes negocios.

Alejandro Serrano: Está la cocaína y editar a Estellés en vasco.

Paco Inclán: Pero creo que la edición es muy necesaria.

Alejandro Serrano: Ese falso espejismo que crea Internet con el “todos somos iguales” ha desprestigiado la figura del crítico y la del editor.

Paco Inclán: Es necesaria una mirada más objetiva sobre los libros, eso es indudable. Además de escapar de cierta crítica banal, de decir solo si tal o cual texto está bien o está mal. Un editor te va a indicar dónde pierde ritmo, qué puede sobrar, qué añadir… Un buen editor profundiza en los textos.

Alejandro Serrano: También esa mirada tan celebrativa de la cultura. A veces uno echa en falta más honestidad en las críticas.

Paco Inclán: Sí, la hiperestimulación nos lleva a celebrar todo lo que hacemos. En Internet todo es maravilloso, pero luego vas al evento en cuestión y no es lo que te esperabas, ni mucho menos.

Alejandro Serrano: Ahora ya no es tanto vivir esa experiencia y narrarla, sino congelarla en un momento con la cámara de fotos, y ya la veremos en casa.

Paco Inclán: Claro. En «Tantas Mentiras» primero vivo la experiencia y luego la cuento. Aunque no estoy viviéndola para luego contarla, sino que ya veré luego si se funciona como relato. No sé, igual sí que se ha perdido esa necesidad de la experiencia.

Alejandro Serrano: ¿Cómo ves el panorama actual de revistas locales?

Paco Inclán: Hay una cultura de revistas impresas en Valencia que creo que continúa con la tradición de esta ciudad con las publicaciones. De hecho, en valenciano está Lletraferit, que es una publicación que ya existía hace veinte años y la han recuperado en una segunda etapa. O Ecléctica recupera la cabecera de una revista que se publicó entre Alcoi y Valencia en los años veinte del siglo pasado. Creo que cuantas más revistas hayan mejor para las propias revistas, porque se mantiene vivo el sector. Luego, en fin, todo es precario… En las mesas redondas de publicaciones culturales valencianas que organiza Inma Pérez de la librería Dadá salen problemáticas comunes: la financiación, la distribución, lo digital… Ahora, sabiendo que lo digital tiene mayor peso, necesitas una fuerza mayor para mantenerte en un formato impreso. Para defendernos cuando nos dicen «hombre, por veinte veces menos tienes una revista digital».

Alejandro Serrano: Mantener ese espíritu de lo impreso es complicado.

Paco Inclán: La gente no para de bombardearte sobre las ventajas de lo digital.

Alejandro Serrano: “En Internet follarás más”.

Paco Inclán: Claro, entonces, hay que armarse de una voluntad de hierro y decir que nacimos en papel y moriremos en papel. Y así se mantienen revistas como Lletraferit, Concreta, Canibal, Ecléctica, Saó, Bostezo… Y para una ciudad como Valencia es interesante. Luego el tema de la distribución es otra cosa. No queda claro cómo se distribuyen las revistas. Sí que existe una red de distribución de libros, pero no está tan claro cómo se distribuyen las revistas. Es más azaroso. Y eso es otra dificultad.

Alejandro Serrano: Sin embargo, cada vez se ven más revistas en librerías, ferias, tenderetes…

Paco Inclán: Sí, por ejemplo, la librería Dadá apuesta mucho por las revistas. Varias librerías apuestan por tener un catálogo de revistas bien construido. Pero no está tan clara la distribución. En Valencia, no hay una empresa de distribución de revistas y fanzines. En Madrid hemos encontrado una, después de mucho buscar. Las principales dificultades, al final, se reducen a pura logística. O sea, que podemos hacer revistas toda nuestra vida, pero no tenemos tan claro cómo moverlas.

Alejandro Serrano: ¿Y hacia dónde se dirige la revista? ¿Y Paco?

Paco Inclán: Bueno, la revista ahora mismo está en una etapa de stand by para repensar si es posible una segunda etapa, que esperemos que sí. Vamos a lanzar una llamada, en los próximos meses, para llegar a más gente. Quizá seamos los mismos que cuando empezamos. No lo sé. Pero bueno, con Bostezo seguimos haciendo proyectos. Hemos colaborado en la edición de dos libros dirigidos a familias homo y monoparentales. Acabamos de regresar de realizar varias actividades en Malabo, la capital de Guinea Ecuatorial. A mediados de mayo estaré en la Feria del Libro de Praga buscando autores checos para editar en castellano. Todo eso está relacionado con las actividades paralelas que han surgido alrededor de nuestra cabecera. Estamos también convocando talleres de literatura, periodismo… Y eso va a seguir.

Y luego, personalmente, con «Tantas Mentiras» a ver a dónde me va a llevar. Para mí ha sido muy estimulante publicar con una editorial como Jekyll&Jill, que es la editorial en la que aposté desde el principio. Se han quedado muchas historias fuera, así que es posible que haya una segunda entrega. Me gustaría seguir trabajando en esa línea de crónica ficción-no ficción.

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Alejandro Serrano: Está teniendo muy buena acogida, ¿no?

Paco Inclán: Sí. Me gusta cuando alguien me dice que se ha reído con el libro. Para mí activar el mecanismo del humor en la escritura me parece un reto. Y eso es algo que siempre busco. Me encantaría que os descojonarais en cada línea, pero no es fácil. Ahora, es muy satisfactorio cuando me dicen que se rieron con algunas historias del libro porque el humor aporta una mirada relajada de la realidad, te hace pensar de manera más distendida, lejos de las grandes solemnidades. Está bien que haya gente que haga esa reflexión solemne y dramática, pero creo que también se pueden desactivar ciertos planteamientos y hacer una crítica desde el humor y la autoparodia. En el libro, el narrador, en muchas situaciones, se ríe sobre todo de sí mismo.

Con el resto de proyectos seguiremos apostando por las culturas periféricas. Lo de Guinea Ecuatorial es fascinante. Es un país que escribe y piensa en castellano pero al que no se le presta ninguna atención. Hay muy poco apoyo editorial. Y en todo el país hay un par de librerías. A estos escritores sí que habría que preguntarles por qué escriben. Pero existen y los hemos querido rescatar en el último número de Bostezo, en el que dedicamos un especial a la literatura ecuatoguineana. Seguiremos apostando por esas actividades periféricas, que es también desde donde nace Bostezo, desde una periferia geográfica y de conocimientos. Por eso, no es tan descabellado pensar en un proyecto de un número dedicado a Albania. Es decir, qué está pasando en un país de mayoría musulmana en el corazón de Europa y del que tampoco sabemos nada. En «Tantas Mentiras» también he querido recoger muchas de esas situaciones periféricas.

Alejandro Serrano: Incluso en la misma cotidianidad.

Paco Inclán: A mí siempre me ha interesado ese cuarto trastero de la historia. Es decir, qué sucede fuera del foco mediático. Situaciones sin visibilidad que van en paralelo a las que sí trascienden. Igual es un defecto, pero siempre me ha intrigado saber qué pasa allí donde nadie presta atención. Alguien ha dicho por ahí que las historias de «Tantas mentiras» son “hechos aparentemente poco extraordinarios” y eso me gusta, aunque siempre intento rescatar algo especial de todas las situaciones. Por eso, tanto en Bostezo como en lo que escribo, apuesto por ese tipo de historias vividas y escritas desde los márgenes.

Alejandro Serrano: La cotidianidad se ha convertido en algo extraño. La hemos mediatizado tanto que ya el hecho de tirar la basura es una cosa un poco marciana.

Paco Inclán: ¿Me estará mirando alguien?

Alejandro Serrano: Esa neurosis… Esa tensión en la que parece que algo, en cualquier momento, va a estallar.

Paco Inclán: Algo, en cualquier momento, se va a abrir y va a oler muy mal. No sé, cuando me preguntan por el futuro del papel yo les pregunto por el de Internet, que es algo que me preocupa. ¿Hacia dónde va Internet? ¿Tiene fin? ¿Va a petar? El futuro es complicado, pero para todos. Pero bueno, al menos tengo la satisfacción de haber hecho algo que siempre había deseado. Siento que he cumplido un sueño. Porque a veces hay sueños que valen la pena dejárselos como sueños, porque son tan grandes y bonitos que cuando los desarrollas dices «pero qué jodido es esto». Luego hay otros que la realidad te los transforma en otra cosa, que está muy bien también. Aunque claro, cuando yo soñaba en esta revista no existían las cajas amontonadas en un garaje y toda esa tortuosa logística.

Alejandro Serrano:: Lo jodido que es cumplir un sueño y lo satisfactorio que es, a su vez.

Paco Inclán: Como escribir.

Alejandro Serrano: ¿Te duele escribir?

Paco Inclán: Sí, para mí es una experiencia dolorosa. No tengo facilidad para escribir. Como no parto de la imaginación sino de algo que vivo primero, tengo que salir fuera y tomar nota. Y luego, construir el texto me parece un trabajo muy pesado. Tampoco escribo del tirón si no que los trabajo hasta la extenuación. Puede llegar a ser doloroso porque llega a obsesionarme. Es verdad que también he aplicado mucho de la edición a la escritura. A veces digo que lo que más me gusta de escribir es editarme.

Alejandro Serrano: ¿Quién es el ilustrador de la portada de tu libro?

Paco Inclán: El músico gallego Víctor Coyote. Él mismo se diseña las portadas de sus discos, los carteles de sus conciertos, es ilustrador también… A mí la portada me encanta. Creo que simboliza muy bien el contenido del libro, de sus historias de cantina. Hay mucho bar, muchas horas de bar. En casi todas las historias hay un momento en el que el protagonista se refugia en un bar o en un baño.