Eduardo Moreno: «La Tempesta tiene la pegada de un clásico con una escenografía cuidada al detalle»

Charlamos con el escenógrafo de «La Tempesta», obra actualmente en cartelera en Teatre Rialto.

«La Tempesta» de William Shakespeare: Hasta el 5 de abril en Teatre Rialto. Una producción de l’Institut Valencià de Cultura (IVC) con dirección de Roberto García.

Eduardo Moreno.

Texto: Paco Ballester
Producción de la entrevista: Tomás Gorria.
Fotografías: Institut Valencià de Cultura

DissenyCV: Eduardo, para aquellos que no te conozcan, ¿Quién es Eduardo Moreno?

Eduardo Moreno: Soy escenógrafo y director técnico, nacido en Málaga, pero ejerciendo de madrileño desde hace mucho tiempo. Inicié estudios de ingeniería, pero el teatro se interpuso en mi camino y decidí seguirlo. Trabajo en PRÍAMO, un estudio de diseño para espectáculos en vivo que abarca escenografía, iluminación y audiovisual con una rama de producción técnica de nuestros proyectos.

DissenyCV: ¿Cuál ha sido tu relación con el teatro? ¿Ha cambiado con el paso del tiempo?

Eduardo Moreno: El encuentro fue fortuito, antes tenía una relación convencional, distante, como la de cualquier joven. Pero un día, en el noble empeño de buscar curro con 20 años, aparecí de buena mañana en un escenario totalmente a oscuras con un único foco encendido y un tipo subido a 7m de altura forcejeando con él para enfocarlo hacia donde quería. Aquella imagen me capturó y aquí sigo intentando descifrarla.

He tenido la suerte de pasar por muchos roles, desde la tramoya hasta incluso hacer mis pinitos como director artístico, pasando por la regiduría (sin duda lo más divertido que se puede hacer en un escenario), o el trabajo en oficina técnica, de coordinación y producción. Y sinceramente espero que esta relación siga en movimiento.

DissenyCV: ¿Cómo comienzas a interesarte por el ámbito de la escenografía? ¿Por qué la escenografía puede ser el vehículo adecuado para una determinada filosofía en torno a este aspecto teatral?

Eduardo Moreno: En mi etapa técnica tuve la fortuna de trabajar con enormes profesionales del teatro tanto en el ámbito nacional como con compañías extranjeras y aprender no solo las técnicas sino los mecanismos que hacen al teatro un lenguaje universal: la esencia del hecho escénico, el acuerdo público-actor, lo que los anglosajones llaman la suspensión de la incredulidad, y el papel esencial que juega en ello la plástica que, con una buena carga de convención, abstracción, trucos (magia) y sobre todo un enorme componente lúdico, puede influir tanto en el espectador.  Había que intentarlo, y sin duda me crucé con gente que me lo facilitó…

DissenyCV: ¿Qué valor añadido aporta, en tu opinión, la escenografía a un espectáculo teatral? Y en concreto, ¿a La Tempesta?

Eduardo Moreno: Creo que el valor de una propuesta plástica ha de ser consustancial a la intención de la obra en conjunto, es decir su valor reside en el grado de afinación que tenga con el resto de los ingredientes de la composición escénica: texto, interpretación, música, vestuario.

Es fácil dejarse llevar por la idea de que cuanto más grande, más espectacular sea un espacio escénico, más valor puede aportar, pero insisto en que creo que el acierto, el disfrute del espectador, viene cuando la escenografía está ahí, participa activamente del mensaje esencial de la propuesta. Y en La Tempesta, modestamente, creo que cumple el encargo de dar cobijo a esta comedia de asombros que nos traíamos entre manos.

DissenyCV: ¿Cuál es tu primera aproximación a una obra como La Tempesta?

Eduardo Moreno: Mi primera aproximación, después de la propuesta de Roberto García, es la lectura del original, en la versión bilingüe de Cátedra para empaparme del texto tal cual y poder compararlo, medir la distancia entre el original y la adaptación. Roberto traía una imagen muy clara, La Tempesta iba a suceder en un parque de bolas, el típico sitio donde celebran los cumpleaños los niños, Próspero’s Island.

Nuestro protagonista crea esta ilusión gracias a sus artes mágicas, aprendidas en el exilio, para llevar a cabo sus propósitos. Esa imagen dramática del naufragio con el que arranca la trama tendría lugar en una piscina de bolas que engulle y desorienta al séquito y queda a merced de los caprichos de Próspero y Ariel. El punto de partida es fantástico.

DissenyCV: ¿Cuáles son las claves que empleas para dar forma al diseño de escenografía de La Tempesta?

Eduardo Moreno: Hay otros muchos condicionantes que atender para dar forma concreta a la propuesta del espacio, más allá de lo estético. Este proceso se inicia con un desglose pormenorizado de las necesidades de la puesta en escena, los personajes de cada cuadro, entradas y salidas, transiciones, efectos y atmósferas concretas. Una vez analizadas bien todas estas necesidades es preciso volver a lo estético, al concepto de partida, para entrar en la composición: qué forma va a tener ese parque de bolas, por ejemplo.

Pero claro, todo esto ha de suceder en un contexto de producción, económico y técnico, que normalmente suelen suponer más limitaciones que otra cosa, pero no dejan de ser el vehículo por el que podemos expresarnos, así que hay que atenderlo con el mayor detalle. La apuesta del IVC en este aspecto es clara, vamos a sacar el máximo rendimiento a nuestros recursos.

Conocido pues este marco, la isla toma forma de un espacio, en 3 alturas, dos de ellas practicables, con una piscina de bolas de colores, ocupando el centro del escenario, comparte planta con una cama elástica a la derecha del espectador, y en el lado contrario una escalera de acceso al piso superior, compuesto de una pasarela lateral, el acceso a un tobogán que desemboca en la piscina, y un marco central como fotograma dentro del fotograma. La tercera altura soporta la cúspide, el cartel del establecimiento “Próspero’s Island”, de donde parte una estructura metálica con forma de silueta de montaña. El telón que envuelve todo es una red de estrellas hechas con bolas de colores que se iluminan.

La idea de jugar con tanto color y tanta saturación nos obliga a plantear una estructura lo más discreta posible, y unos afores y accesos que permitan el movimiento ágil de entradas y salidas, por cuantos más sitios mejor. Lo demás iban a ser luces y plástico de colores. En esto nos limitamos a 4 colores básicos muy saturados, rojo, amarillo, verde y azul.

DissenyCV: El tratarse de una de las obras más “desconocidas” de Shakespeare y, por tanto, no ser protagonista de tantas adaptaciones, ¿se trata de un punto a favor a la hora de buscar soluciones escenográficas más libres?

Eduardo Moreno: Aún siendo así, se ha adaptado en innumerables ocasiones.  La libertad en esa búsqueda reside en su vigencia, es tal la conexión de Shakespeare con la condición humana que toda época tiene necesidad y derecho de encontrar su propia Isla de la Tempestad, su Castillo de Elsinor o su Bosque de Birnam.

DissenyCV: La Tempesta, cuando fue concebida, no estaba en principio destinada a ser representada en los espacios tradicionales de la época. Más bien en petit comité. ¿Afecta esto de algún modo a tus elecciones en cuanto al diseño de escenografía?

Eduardo Moreno: No estaba al tanto de esta circunstancia, pero es curioso que la nuestra nace con las hechuras del Teatre Rialto, que ya aporta una relación con el público muy especial, un petit comité propio con un número reducido de butacas, pero con una conexión muy directa con el escenario.

DissenyCV: ¿Cuál ha sido el proceso de colaboración con Roberto García, director de la adaptación que podemos ver en Teatre Rialto?

Eduardo Moreno: Roberto aporta tal cantidad de dedicación y talento, que convierte la exigencia en algo fácil. Concibe su visión de la obra con tanto detalle, en tantos aspectos, que me lo pone muy fácil por su enorme capacidad de juego. Las propuestas se conectan unas con otras, se generan coartadas con las tramas o el resto de la puesta en escena, e incluso la música y el sonido interactúan y definen el espacio. Reconozco que nos lo hemos pasado muy bien.

DissenyCV: Una de las claves de la obra es su condición, en cierto modo, de teatro dentro del teatro. ¿Has tenido en cuenta esta condición a la hora de plantear el diseño de escenografía?

Eduardo Moreno: Estaba muy bien definido en la versión. La obra empieza en el Teatro, a telón cerrado, con el personal realizando sus labores de mantenimiento, Próspero crea esta ilusión dentro del escenario, y al abrirse el telón se muestra la escenografía que él quiere para sus planes. Mi trabajo es la obra de Próspero. Igualmente, todos los espacios del decorado son usados como platós independientes que incluso son observados desde otras partes de la escenografía por personajes ajenos a la escena. La despedida del protagonista vuelve a aterrizarnos en el teatro, la magia se desconecta y se desvanece la ilusión.

DissenyCV: Por otro lado, la acción de La Tempesta transcurre en una isla, un espacio, en principio, limitado en el aspecto físico. ¿Refleja la escenografía de la obra esta limitación?

Eduardo Moreno: Efectivamente, parece limitado, pero en el fondo es un recurso tan idealizado que ofrece múltiples configuraciones en la mente del que lo imagina. Nosotros solo mostramos una parte, el resto se conforma en la cabeza del espectador. Únicamente jugamos el límite de la orilla del mar que coincide con la línea de telón, el resto de los espacios, no necesariamente contiguos, aparecen con el ritmo de la sucesión de escenas, en ocasiones solapadas.

La limitación física la aporta en este caso el escenario del Teatre Rialto, que es lo que se conoce como un quesito: las paredes de los hombros no son paralelas, sino que confluyen de boca a foro en una chácena mucho más estrecha que la embocadura. Esto condiciona de una manera esencial la propuesta de la escenografía.

DissenyCV: ¿Cuál es el motivo de articular el espacio escénico en diferentes alturas? ¿Qué aporta tanto a la propia obra como al recorrido de los espacios y movimientos que realizan los actores?

Eduardo Moreno: A mi me encanta, siempre que puedo lo hago. Conquistar la altura es un reto y un gran placer compositivo. El ancho de nuestro fotograma (embocadura) suele estar en proporción con nuestros personajes y sus interacciones  pero no así en la altura. Poder superponer cuerpos en altura amplia sobremanera los planos escénicos desde donde actuar. Además, como apuntaba antes, hay mucha acción de observación de otras escenas, Próspero vigila desde las alturas el discurrir de su plan.

DissenyCV: Me interesa especialmente las elecciones realizadas en cuanto a iluminación. ¿Por qué has apostado por la introducción de neones en colores tan sumamente llamativos?

Eduardo Moreno: La iluminación led de colores saturados, presente en todos los rincones del espacio, es una decisión esencial en la estética de la obra. Igualmente es una técnica que me gusta utilizar por el enorme potencial que aporta. Está muy conectado con el concepto de ilusión, la luz que deslumbra permite que no se vea el truco. El color saturado nos lleva a una estética pop, con un claro componente infantil, pero muy resultón, y las posibilidades de control de esa luz nos brindan mucho juego teniendo en cuenta el marcado carácter musical de la propuesta. En este aspecto ha sido un lujo trabajar con mis compañeros diseñadores de iluminación Miquel Llop (IVC) y Marc Gonzalo, que se lo han pasado igual de bien que yo.

DissenyCV: ¿Cuál es el propósito de la introducción de espacios de juego sobre el escenario? ¿Conectan de algún modo estos espacios con el propio carácter de juego que introduce Shakespeare en la relación entre sus personajes?

Eduardo Moreno: Todo es juego. Próspero maneja al resto de los personajes, pero cada uno tiene su jugada. El componente lúdico es total, puede ser muy divertido y aterrador al mismo tiempo. Es el contraste sobre el que Roberto articula la acción. Asimismo, nos sirven como potenciadores del carácter cómico y musical de la obra.

DissenyCV: La Tempesta contiene también numerosas referencias a la magia. ¿De qué modo has conseguido trasladar estos elementos mágicos al escenario del Teatre Rialto?

Eduardo Moreno: La magia es quizás una de las señas inequívocas de La Tempesta, Ariel es la clave, y Roberto la utiliza en forma de asistente virtual omnisciente, personificado o no, según le dé, y al que nos conectamos directamente a través de la luz led. Se mueven a su antojo responden a su voz o interactúan con la música. Las apariciones y desapariciones de los personajes por los sitios más insospechados también era una máxima y asimismo contamos con alguna que otra sorpresa de efecto especial…

DissenyCV: Y una última pregunta, ¿por qué deberían acudir los espectadores a ver esta adaptación de La Tempesta?

Eduardo Moreno: Creo que es una experiencia fabulosa: la pegada del clásico con una puesta en escena original y cuidada al detalle. Pero al margen de ello creo que es una gozada asistir al recital de talento y oficio que dan Teresa Lozano y todos y cada uno de los integrantes de un elenco sobresaliente, para quien ha sido un placer concebir esta isla.