El estudio valenciano Pedro González fue el encargado de realizar el rediseño previo de esta marca de salazones.
Angomar es una empresa familiar fundada en 1978 con fabricación propia de salazones tradicionales de alta calidad. Esta firma decidió recientemente fortalecer la marca y para ello ha contado con la agencia valenciana Brandsummit, encargada de redefinir el planteamiento estratégico de la marca, tras el proceso de rediseño de la identidad corporativa de la empresa a cargo del estudio valenciano Pedro González. Para el diseño de la imagen se decidió encuadrar al producto en su entorno natural: el mar. A través del azul, con un PANTONE® único en el sector, se buscó evocar al océano, coronado con toques plateados para comunicar la calidad, elemento que no se veía reflejado con la imagen anterior.
Una vez fijado el nuevo logo y el tema visual de los envases, se procedió a adaptarlo a toda la cartera de Angomar, teniendo que modificar algunos formatos para poder mostrar el producto, otorgándole protagonismo y demostrando “transparencia” de cara al consumidor final, al mismo tiempo que se mostraba la calidad del producto, superior a la establecida en el sector. Para ello, el estudio Pedro González elaboró un manual de packaging destinado a resolver las distintas presentaciones de producto.
En el apartado previo del debe, productos de alta calidad que no lograban transmitir un mensaje contundente, con una imagen de marca anticuada y diluida que no resaltaba en el punto de venta y que sufría muchas alteraciones en los más de sesenta productos en cartera, con más de veinte envases diferentes (film, bolsa, etiquetas, cajas…), generando una heterogeneidad visual que afectaba la asociación marca-productos en la mente del consumidor. Debido a ello, el principal objetivo para Brandsummit fue reposicionar la marca para que fuera percibida como moderna, saludable y de alta calidad.
Tras los estudios internos se constató que la falta de homogeneidad en la imagen de la marca estaba afectando su recuerdo y por lo tanto la intención de compra en la mente del consumidor, así que se decidió filtrar toda la gama de productos, reducirla y dividirla en cuatro categorías, enfocadas en diferentes tipos de hábitos de consumo. A pesar de que se fijaron cuatro familias, la estrategia estableció que todas debían llevar una misma imagen y unas mismas connotaciones para hacer mancha en el lineal, de manera que se reconociera fácilmente que pertenecían a Angomar pero con algún distintivo visual que identificara a cada producto.
La imagen de brand block que se buscaba ya estaba establecida, el toque final se logró con el diseño de un icono y unos atributos nutricionales para cada familia, cada uno con un código de color diferencial pero bajo la misma línea estética.
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