Los premios de diseño destacan el trabajo realizado por estudio Espirelius para el Centre Cultural La Nau.
La marca y diseño gráfico de la exposición «Stanbrook 1939. El exilio hacia el norte de África» realizada por el estudio valenciano Espirelius para el Centre Cultura La Nau de la Universitat de València, ha sido destacado en la última edición de los premios Anuaria. La muestra, que pudo verse el año pasado en La Nau, contó con diseño expositivo de Pepe Beltrán y la colaboración del autor de cómic Paco Roca. La exposición narraba la desgarradora historia de las 2.638 personas que subieron a un barco (sin un destino definido) y la de tantas otras que no consiguieron subir y que acabaron, en algunos casos, suicidándose en el mismo puerto. La exposición también hablaba del exilio de muchas familias y de sus drásticas consecuencias.
El Stanbrook era un buque carbonero de origen británico, con capacidad para 24 tripulantes, que efectuó la última evacuación de refugiados republicanos del puerto de Alicante el 28 de marzo de 1939, cuatro días antes del final de la Guerra Civil Española. En Alicante quedaron más de 15.000 refugiados atrapados en el puerto que fueron posteriormente conducidos por tropas italianas a distintos campos de concentración.
El Vicerrectorado de Cultura de la Universitat de València encargó al estudio Espirelius la imagen gráfica de la exposición y su aplicación a diferentes soportes: cartel, banderolas o folletos. Para la realización de la imagen gráfica se seleccionaron, en colaboración con el comisario de la exposición, dos documentos fotográficos como punto de partida. La primera fotografía era una toma de la popa del Stanbrook en el momento de su partida. En ella se veía la muchedumbre que abarrotaba las cubiertas y el barco escorado hacia la izquierda, con la bandera británica ondeando al viento, que hablaba de la solidaridad del capitán [1]. La segunda fotografía era la imagen más conocida del Stanbrook, el barco atracado en el puerto de Alicante, con las cubiertas llenas de personas [2]. Se trabajó en paralelo con ambas fotografías, eligiendo finalmente la segunda de ellas.
La imagen debía ser rotunda, dura, dramática. Para ello se contrastó más la fotografía simplificando sus colores a blanco y negro. Se despojó de todo aquello que pudiese distraer al espectador, sólo se quería hablar del Stanbrook y de las personas con nombres y apellidos que formaban ya un cuerpo con él.
Se eliminó la franja blanca de la proa, el nombre del barco, el ancla, las amarras que lo sujetaban al puerto y las personas de la parte inferior derecha que lo vinculaban con él. También se suprimió al hombre que aparecía en la esquina superior derecha pues tomaba mucho protagonismo. Con todo esto, se consiguió generar con la imagen una flecha dirigida hacia la derecha y hacia arriba, que le ayuda a avanzar en su travesía. Se elevó la línea de horizonte para hacer más angosto el espacio y someter a los refugiados a mayor presión visual, se giró la embarcación para generar mayor inestabilidad y tensión.
Gracias a estos cambios, el Stanbrook aparecía ante el espectador como una sombra fantasmagórica. Al subir la línea de horizonte también se amplió el lienzo por la parte inferior, generado un mayor espacio donde situar la información. A la elección de los colores que debían convivir con el negro llevó la idea romántica de ese carguero que llegó al puerto de Alicante a cargar tabaco, naranjas y azafrán y que recogió vidas que transportó al desierto. El color elegido fue amarillo anaranjado, como el color de sus mercancías y como el color del desierto, último destino de los exiliados. Se reservó el color blanco para hablar de la luz y la esperanza unidas al nombre del barco.
Para generar la marca se buscó una letra de palo seco similar a la que tenía el barco rotulada en su casco, sobria y libre de serifas.
Fue en ese continuo trabajo donde se encontró el guiño que tal vez pasa desapercibido para muchas personas, pero que atrae a quien lo descubre. Se construyó el perfil del Stanbrook con la grafía de su nombre: el final de la palabra Stanbrook, la letra “K”, se asemeja a la forma que tienen los barcos al verlos de perfil cuando reflejan su proa en el agua; se escaló la letra “B”, y de este modo se obtuvo la chimenea que completa el perfil del carguero. Posteriormente se ordenaron los elementos que conforman el título y el subtítulo. El año –1939– se encajó entre la chimenea y la proa, y el subtítulo sirvió de apoyo, de mar que conduce al Stanbrook al norte de África.