Ideado como un proyecto permeable, atrayendo al viandante al interior de la tienda.
El estudio de diseño de interior de Carmen Baselga es colaborador habitual de Porcelanosa, siendo preescriptores de su producto desde hace años. Hace unos meses, la firma castellonense trasladó a Baselga su voluntad de darle un vuelco a la imagen que proyectaban los escaparates de la calle Colón de Valencia, por lo que la contribución del estudio de interiorsimo surgió naturalmente.
Se buscó en todo momento llamar la atención del viandante para que el escaparate actuara como reclamo, pero sin olvidar que la escena debía ser muy real, un espacio que pudiera tener cabida en un proyecto de vivienda. El proyecto se planteó con una permeabilidad que permitiese su visualización desde fuera no completa pero casi, ya que también hay algo de insinuación para que a la gente quiera entrar y seguir viendo. Otro de los condicionantes solicitados era que tuvieran presencia, a ser posible, todas las marcas del grupo Porcelanosa.
Por una parte para el área de los lavabos se utilizó el concepto “twins”, es decir, dos zonas de lavabo iguales pero con algo que las diferencia; el uso es el mismo, el aspecto formal es idéntico, la diferencia está en los materiales empleados. Esta idea sirve para identificar la zona de cada uno de los miembros de la supuesta pareja que utiliza el baño, y a la vez es la excusa perfecta para mostrar dos combinaciones de materiales diferentes. Se provocó una ruptura entre las dos áreas de lavabo, mediante un leve giro de una de ellas, la más próxima al cristal, además de ir a buscar directamente la mirada del que pasa por la calle, lo que aportaba movimiento a la escena.
Se crearon también dos zonas de agua separadas para baño y ducha, una más identificada con el relax (bañera colocada junto a la cristalera que da a la calle), y otra al fondo con un sentido del agua más regenerativo, más parecido al que tienen los tradicionales baños árabes, aunque estéticamente no tenga nada que ver, en absoluto era nuestra intención que se pareciera, sino dar una idea contemporánea de los espacios de agua de uso doméstico.
El estudio valenciano pensó en el Krión como el material más adecuado para esta zona, ya que permitía crear todo lo que puede necesitar un espacio-ducha, desde el plato en sí hasta los accesorios. De este modo se hizo hasta el revestimiento de pared que en este caso integra un estante corrido para dejar los jabones, los taburetes de apoyo, incluso una jardinera que permite tener plantas naturales en la propia ducha. También con Krion se diseñó la celosía que separa esta área de la del inodoro. Carmen Baselga buscaba que esto fuera una zona de intimidad que acercara a la naturaleza, o más bien a las sensaciones que la naturaleza produce en nosotros. Así pues se tomaron algunas fotografías de las sombras que arrojan algunas plantas sobre los muros o sobre el suelo por efecto del sol, tratando de reproducir esta atmósfera mediante el paso de la luz a través de esta celosía de inspiración vegetal.
Fotografía: Ruben Poré
