Ortifus (I): «El espíritu primario de una falla debe ser la protesta pública»

Primera parte de la entrevista realizada por Álex Serrano al humorista gráfico Ortifus, acompañado del director del documental «A propósito de Ortifus», Ricardo Macián.

Por Alejandro Serrano (Psychonauts magazine)

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Fotografía de Xavi Serra (@malaltdefalles)

Álex Serrano: ¿Qué sentido tiene la sátira hoy, en un mundo que no deja de satirizarse a cada segundo? Véase las dinámicas que genera Internet, Twitter, la cultura del meme, etc.

Ortifus: Porque la sátira en mi viñeta de alguna manera está representando la línea editorial de un periódico que además tiene su versión digital y el sentido de mi trabajo diario consiste en ironizar sobre hechos concretos. Es una forma de reaccionar al mal hacer de algunos políticos, pero de una manera humorística, es decir, que parezca gracioso algo que de entrada es bastante dramático.

Álex Serrano: ¿Cuantos años llevas dibujando para los periódicos?

Ortifus: Llevo más de 35 años haciendo viñetas diarias para periódicos. En Levante-EMV desde 1984, y anteriormente en, Cartelera Turia, La Ciutat, Qué y Dónde, El Pardalot Engaviat, Mostra Notícies, Hoja del Lunes, Noticias al día, Diario de Valencia o el Magazine de La Vanguardia. En ocasiones incluso más de una viñeta al día.

Álex Serrano: ¿Por qué el humor gráfico está en las páginas de opinión?

Ortifus: El humor gráfico está en las páginas de opinión porque verdaderamente es una labor de columnista, más que de un humorista propiamente dicho. El término humor lo defino en el documental diciendo que es una manera de canalizar el mal humor. O sea, lo que uno tiene es mal humor, lo que pasa es que reaccionas con el mejor humor. La ironía es decir lo opuesto a lo evidente. Cuando una persona es muy fea y le dices que es muy guapa, ahí se genera una lectura irónica. Si el periódico es información objetiva, de alguna manera, contrastada, el humor gráfico es subjetivo, va mucho más allá, porque es opinión y porque encima te burlas y demuestras que no eres tonto, que te enteras que tal o cual está haciendo las cosas mal, jugando con la raya de la legalidad. Eso que de repente desaparece un disco duro con información como en el caso de las cuentas de Bárcenas, no se lo cree nadie. Porque en este mundo nos quieren hacer creer que las cosas son sólo lo que un juez dice que sean. Y hostia, no es verdad, algunas veces un juez puede interpretar la ley como nadie lo entendería y no creo que sea justo. Entonces, lo que hace un humorista gráfico es ser la voz de la calle, soltar lo que ve que es falso en ese entramado mediático, pero con la única ventaja de que con sus monos parece que se acepta mejor la crítica.

Álex Serrano: Está más sintetizado…

Ortifus: Mi viñeta es síntesis. Es el mínimo de línea con el máximo de expresión. Es como un código que lo entiende sólo aquél que lo está pensando como tú.

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Álex Serrano: ¿Cómo surge la idea de hacer un documental sobre Ortifus?

Ricardo Macián: La idea del documental no es mía, sino de Óscar Martín, de Xerea Films. Mi relación con Óscar nace a raíz del documental Fallas 37. Así que un día me llama y me propone la idea de hacer un documental sobre Ortifus, y yo a Ortifus -Toni, que dice él, para los amigos-, no lo conocía personalmente, pero como dice el periodista del documental, me picó la curiosidad. Ortifus es una persona que atrae porque tiene un secreto; es decir, cómo una persona es capaz de comunicar tan rápidamente y, tan sintéticamente y con esa agudeza tantas cosas… Es una persona, además, que no tenía ninguna entrevista en profundidad ni documental. Ahora sé que no le gustan las apariciones públicas y que no se siente cómodo ante la cámara, pero era tan intrigante que la idea de hacer un documental sobre él me atrajo mucho.

Álex Serrano: Es una personalidad, que por el mismo hecho de ocultarse, en un mundo donde todos nos exponemos a una imagen pública constante, guarda mucho atractivo.

Ricardo: Sí, es semejante a otros muchos personajes (como El Roto) que trabajan el y desde el interior. Perfiles sobre los que cualquier periodista sueña en indagar por la cantidad de sorpresas que guardan.

Ortifus: Lo que se muestra en el documental es a una persona que en los años setenta pertenecía a un grupo de rock, con los que grabé dos singles, una época en la que la palabra «diseño» no existía -ese término lo inventaron los socialistas en la España de la transición para creer en nuestros propios creadores-, un momento en el que trabajé haciendo dibujo textil y azulejos para Onda y en el que estuve diseñando joyas durante cinco años. Yo iba por ahí con el pelo largo y tenía mi propio representante que vendía mis dibujos porque no podía ofrecerme a una empresa con esas pintas. Todo eso fue hasta los treinta años en los que estuve alternando trabajo y el grupo de música. Entonces leía mucho cómic francés y algunos americanos.

Álex Serrano: Españoles, pocos…

Ortifus: Ten en cuenta que en español no había más que Jaimito, Pumby, Pulgarcito…

Álex Serrano: Y la Codorniz…

Ortifus: Claro, el primer maestro que tengo en español es la Codorniz. Su lema era: “La revista más audaz para el lector más inteligente”, y su intención era bordear la censura. Por eso mismo, sus viñetas eran muy crípticas. Allí aprendí lo que era un jeroglífico, porque cuando no entendías bien el sentido de una viñeta, te veías obligado a descifrarlo para saber qué quería decir. Y cuando lo descubrías, tenías una satisfacción muy grande. Existía una segunda lectura en todas sus viñetas porque había que burlar una censura.

De la Codorniz aprendí muchísimo porque era de lo poco que había en España. Recuerdo que mi madre de pequeño me compraba el TBEO, Jaimito o los clásicos de El Guerrero del Antifaz y El Capitán Trueno. Luego, un poco antes del 75, fue cuando empezaron a publicar unos cómics como El Globo o Zepelin que recogían a autores de fuera. Ahí conocí a algunos que fueron fundamentales, como Johnny Hart, que hacía unas tiras tituladas BC (Before Christ) y Brian Parker que hizo Wizard of Id. Y lo que hacían era increíble, tanto, que transcribía sus guiones para tenerlos siempre presente. En esas colecciones, lo mezclaban todo, lo mismo tiras de tipo social, o cómic de autor de la talla de Moebius, Hugo Prat o Guido Crepax. Todos los grandes. Tengo casi todos los números porque desde ahí empecé a conocer a otros autores que me gustaban mucho, pero en ningún momento pensé que acabaría dibujando para periódicos diariamente.

Álex Serrano: ¿Qué ha significado para ti el dibujo del periódico?

Ortifus: Ha sido encontrar un sitio dentro del sistema que me permite vivir de lo que me gusta. Y servir con mi dibujo a una idea, a un concepto.

Álex Serrano: ¿Y cómo llegaste a las Fallas?

Ortifus: Haciendo humor gráfico. Un día del año 87, un concejal de fiestas, en una reunión, se le ocurre preguntarme si sería capaz de idear una falla, y yo digo: pues claro. Y digo sí porque la relación de un humorista gráfico con la falla es mucho más directa de lo que parece. La única diferencia es el volumen, las tres dimensiones, pero me las arreglaba bastante bien con el modelado.

Álex Serrano: Un humorista gráfico no tiene por qué atenerse sólo al dibujo, puede extrapolarlo a mil formas.

Ortifus: Claro, por eso, lo que echo de menos en las fallas actuales es el contenido. Son muy bonitas, pero parecen vacías de toda crítica. La falla es un soporte público buenísimo para expresar y manifestar ideas. Para mí, una falla es una manifestación, una protesta pública. Ese es el espíritu primario de una falla. No que una falla tenga que ser hermosa y te veas obligado a leer unos cartelitos para saber de qué va. Porque tú ves una figura bonita y no sabes a qué o quién se dirige. El año pasado hice una falla con bancos de jardín que no era otra cosa que un módulo representativo de las instituciones bancarias. Eso es lo que pienso que tiene que ser una falla, es decir, saber a cien metros de ella a quien quieres quemar alegóricamente.

Álex Serrano: ¿Qué nos puedes decir de tus fallas?

Ortifus: Pues mira, hice la falla del Ayuntamiento, en el 88, en las que me metía con las gestiones de las obras municipales retrasadas por la justicia, poniendo a unos jueces que detenían una excavadora. En el 94 hice una falla en la que monté como cien camas, y que representaban la lamentable administración de los hospitales. En el 98 hice la falla de Convento Jerusalén, sobre las clonaciones, era un convento con la lectura añadida de una quema de un convento. En el 2000 hice la de Na Jordana… y en el 2014 repetí. No suelo hacer fallas continuamente porque no es lo mío, las hago de cuando en cuando para demostrar que hay alternativas a lo que hay con más trascendencia y carga crítica. Aprovecho cada dos metros para hacer un gag. Que luego la gente se lo pasa bien y se ríe, porque está de fiesta, perfecto, pero al mismo tiempo se está haciendo una protesta pública. Mis fallas son recordadas sin referencia a sus premios. Esta es una de las cosas que se muestra en el corto, donde se refleja que, a diferencia de otros humoristas, yo he llevado mi obra gráfica a un volumen y unas dimensiones determinadas.
Y lo del documental surgió cuando Óscar Martín productor de Xerea films me dijo: “Toni, por qué no seguimos estirando en la dirección de mi corto anterior dedicado a las Fallas del 37″. Y yo, pues vale. Sí que recuerdo que le dije que a mí no me gustaba ponerme ante las cámaras, que evitásemos esas tomas directas.

Álex Serrano: Es que los rodajes tienen algo de intervención quirúrgica.

Ortifus: Menos mal que el director, aquí presente, Ricardo Macián, tiene muy buen hacer y sabe cómo dirigir. El documental está muy bien trabajado, en todos los sentidos. Cuando vi la película entera es cuando me percaté de esa inmensa labor.
La palabra «humor» despista. Porque se piensa que el humorista gráfico hace humor de tablas, de gente que cuenta chistes, y yo lo digo cuando presentamos el documental, que no se va a ver un corto de risa, para nada. Se trata de desvelar qué persona hay tras la viñeta que día a día vemos en un periódico.

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Álex Serrano: ¿Qué conceptos se desarrollan en el documental?

Ortifus: El documental refleja, por una parte, una serie de definiciones, como qué es el humor, qué la coherencia, qué el sarcasmo, etc. Son definiciones que vamos dándolas partiendo de imágenes y resumiendo un poquito quién hay detrás de esa persona rebelde. Porque a mí, lo que me pasa, es que lo oficial no me lo he creído nunca. Sé que vivimos en una especie de mentira, y lo que hay que hacer es soportarla como sea. Y eso es algo que denunciamos continuamente.

Álex Serrano: ¿Cuál fue tu criterio para articular este documental?

Ricardo: Pues el criterio fue que tenía que hacer una obra corta donde pudiera explicar tantas cosas…

Álex Serrano: Es que en un documental tan corto…

Ricardo Macián: Claro, todo el mundo me dice que se hace corto. Pero es como una mascletà, es decir, es una concatenación de conceptos, ideas, vídeos, filosofía, trabajo… Y la verdad es que fue complicado de tejer. Se podría haber hecho un poco más largo, pero la limitación eran los veinte minutos. Si sobrepasas esa duración, ya no te dejan entrar a festivales de cortometrajes. Y como la subvención era para cortometraje… Yo apuré al máximo y dejé la película en 19 minutos y pico. Que también está bien, porque si te dejan más tiempo puedes caer en explayarte más de la cuenta. La labor de síntesis va con el tema. Era un reto el sintetizar todo lo que quería decir, porque hay muchas cosas: está la vida de Ortifus, su filosofía, el humor gráfico, el periodismo… Dimos voz a gente que le conocía y a la que no le conocía. Y luego nos pilló de lleno la polémica de Charlie Hebdo, en la que hay alguna referencia. También hay paralelismos con lo que pasó con los dibujantes de La Traca, que fusilaron aquí, en Paterna, por el simple hecho de dibujar y criticar. Nos intentamos poner en contacto con políticos que él dibujó para entrevistarlos. Llamamos y algunos no contestaron. Por ejemplo: Rita Barberá no contestó, Grau tampoco, así que al final hicimos un balance, porque él ha dibujado tanto a políticos de izquierda como de derecha, hasta que aparecieron cuatro que dibujó y que además guardan su viñeta, como Esteban González Pons, Fernando De Rosa, Carmen Alborch y Mónica Oltra.

Ortifus, junto con Ricardo Macián.
Ortifus, junto con Ricardo Macián.

Álex Serrano: ¿Qué te llamó la atención de Ortifus?

Ricardo Macián: A base de conversaciones observé que él era una persona coherente, libre, que dibujaba sin miedo. Tiene la gracia del dibujante, a lo Forges, que aunque hace dibujos duros, no cruzan la línea del insulto gratuito, de lo sórdido. Es bastante fino y elegante. Digamos que es un buen humor, o “mal humor”, como dice él en el documental, bastante aceptado. Aceptado en el sentido de que está dentro de lo artístico y coherente tanto con lo que hace como con su pasado y con lo que piensa hacer en el futuro. Y ahí está el periodismo, precisamente, en ser coherente.

Álex Serrano: ¿Cómo ha sido recibido el documental, de momento?

Ricardo Macián: Bien, de momento han reaccionado de forma muy positiva. Aunque, como he dicho, hay gente que dice que se le hace un poco corto el documental, que hay mucha información. Es un cortometraje para ver dos o tres veces. Hay material para casi una hora, porque se tratan temas que se pueden desarrollar por sí mismos. Por ejemplo, lo de La Traca mismo da para un documental. Luego, también teníamos previsto entrevistar a El Roto, a Forges, etc, pero es que no cabe. Ortifus da para mucho. Como ha dicho, fue músico, diseñador de joyas, ha estado metido en las fallas, ha dibujado para multitud de medios… Y luego, a nivel personal, tiene muchos detalles cinamatográficos y muy susceptibles de entrar en un documental. Sin ir más lejos, nace el día de la plantà, en la sede de un banco (Bancaja), que entonces era un edificio noble y sus padres eran los caseros. Cuando él nació; el día 15 de marzo, día de la plantà, su padre, fuster de profesión y apellido estaba plantando la falla de la Ferroviaria. Su primer trabajo fue visitador de bancos y su última falla es una crítica contra los bancos… Su vida es una constante alegoría a los bancos. De hecho, la entrevista la hicimos en un banco, igual que el de la falla.

Trailer «En clave de Ortifus» from Xerea Films on Vimeo.