El estudio valenciano crea la identidad para la Casa de la Música ubicada en l’Alqueria de Julià.
El presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri anunció recientemente que el conjunto Alqueria de Julià (también conocido como Horta de Julià) sería rehabilitado en su integridad y sería destinado a centro de enseñanza musical. Hay que recordar que la Alqueria de Julià, situada en Nou Molés (calle Castán Tobeñas), es un Bien de Interés Cultural (BIC), propiedad de la entidad financiera y hasta el momento se encontraba en un lamentable estado de abandono. El conjunto constaba en origen de edificio y jardín, aunque hoy en día solo se conserva el primero, considerado uno de los escasos ejemplos de alquería valenciana datada en el siglo XVII (1675) y que oscila entre los estilos manierista y barroco, conteniendo en su interior cerámica tradicional valenciano y un techo esgrafiado de gran valor histórico. De este modo, la Alquería de Julià será la nueva Casa de la Música de Valencia y albergará la Federación de Sociedades Musicales de la Comunidad valenciana tras el trabajo de rehabilitación que se realizará hasta 2018 con una inversión prevista de 1,8 millones de euros. La alquería funcionó durante un tiempo como colegio público (C.P. Santa Bárbara), hecho que hoy en día se aprecia en el rótulo que conserva en su fachada.
El estudio valenciano Filmac, con Kike Correcher y Alicia García en cabeza, ha sido el encargado de dotar a este proyecto de identidad. Como señala el propio Correcher, la divergencia arquitectónica del edificio les llevó a basar la identidad en el significado histórico del lugar y su proyección de futuro, teniendo presente los usos compartidos de jardín y explotación agraria: «En mi opinión, uno de los grandes patrimonios culturales de nuestra ciudad (y que no defendemos como se merece) es la huerta, y el otro es la música (que además es un elemento que vertebra toda la Comunitat). Así que decidimos poner la marca al servicio de un proyecto de futuro que puede ayudar a visibilizar el movimiento asociativo musical valenciano, y hacer un guiño al origen agrario del lugar».
Filmac optó por un símbolo «muy simple» que relaciona dos geometrías con significado práctico: la de los surcos paralelos de la huerta, base del sistema de regadío, y la del pentagrama que permite escribir música. «Para nosotros -afirma Correcher- es una metáfora muy clara: el pentagrama como la tierra en la que se siembran notas para que florezca la música. De alguna manera, la música de la tierra sería una manera de aludir al aspecto autóctono del fenómeno de las bandas de música valencianas». La tipografía escogida es la Futura de Paul Renner, que como explica el responsable de Filmac, «en parte es un guiño a la memoria del barrio, ya que la mayoría de sus vecinos identifica la Alquería con el colegio Santa Bárbara, que es el uso que ha tenido durante los últimos años».