Primera entrega de las crónicas de Juan Carlos Fanés tras su paso por el Salón Internacional del Mueble de Milán.
Comenzamos con la primera entrega de las breves crónicas que nos envía (vía whatsapp) desde Milán, Juan Carlos Fanés, estudiante de diseño de producto de EASD Valencia. Desde luego, no esperen una crónica sesuda sobre lo que ha acontecido en iSaloni, sino la de un joven estudiante de diseño que además de disfrutar de los contenidos de la Feria, también disfrutará de la ciudad. Juan Carlos nos propuso esta colaboración y aceptamos encantados para dar una visión distinta de la presencia (numerosa, por otra parte) valenciana en la más importante Feria de diseño del mundo. Allá va.
Diario de Juan Carlos Fanés.
Milán, día 1.
Empezamos la jornada desayunando un cruasán y el característico café italiano. Como todo en esta ciudad, me sorprendo de o barata que son las cosas aquí. El metro esta siempre abarrotado de gente y tiene mucho más tránsito que en Valencia. Bajamos en a la altura del Duomo y.. ¡qué pasada! Todo es inmenso: Vaya catedral, menuda arquitectura.
Nos dirigimos a la charla de Alessandro Mendini y Fabio Novembre. Mendini es uno de los más prestigiosos diseñadores italianos y colaboró en la creación de Memphis; es un verdadero placer conocerlo y poder hacernos una foto con él. Me encanta su manera de proyectar y su filosofía sobre el diseño.
Tras visitar alguna de las exposiciones, aprieta el hambre, que no sólo de iSaloni vive el hombre, así que decidimos comer un panzerotto, esto es, una típica comida italiana en una trattoria muy próxima al Duomo.
Tras la comida, seguimos visitando exposiciones (como la de Nendo) y podemos comprobar en vivo y en directo alguna de las cosas que hemos estudiado en la EASD. Más tarde nos acercamos a la Academia de Bellas Artes de Brera para ver el proyecto de una amiga incluido en una muestra colectiva de estudiantes; las instalaciones son espectaculares.
Pensábamos acercarnos a San Babila a tomar un aperitivo en la exposición de Patricia Urquiola, pero antes de llegar a la expo nos hemos acercado a la tienda de Ferrari. Es impresionante, muy grande y llamativa. Finalmente, y para no desmerecer, hemos acabado de copas en Via Tortona (no demasiadas, ya que pensando lo que cuesta el café, háganse la idea del precio de las copas) y rápido para el hotel. Mañana, más.