Sandra Figuerola: «A mis alumnos les animo a llegar al límite para crear algo diferente»

Álex Serrano charla con uno de los nombres clave en la historia del diseño contemporáneo valenciano.

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Texto: Álex Serrano (Pyschonauts Magazine)

Álex Serrano: ¿Cómo llegaste al diseño?

Sandra Figuerola: Estudié Bellas Artes, aunque no me interesaba demasiado la vida solitaria del artista bohemio. La participación en un concurso de carteles y el hecho de ganarlo me dio a conocer una nueva profesión, la del diseño, que en esos momentos era muy incipiente. Más tarde dos de mis compañeros de estudios y yo entramos a colaborar con el estudio de diseño Caps i Mans. Después de un año, una serie de circunstancias dio lugar a la creación del estudio La Nave.

Interior del estudio de La Nave
Interior del estudio de La Nave

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Álex Serrano: ¿Se trató de un entendimiento rápido?

Sandra Figuerola:  Ese mismo año se gestó. Recuerdo que parte del equipo de Caps i Mans fue a una feria en Milán y regresaron muy ilusionados, con la idea de unir varios estudios: NBC (Nebot, Bascuñán y Company), Marisa Gallén, el mío propio… Fueron unos inicios intensos, ya que estábamos en pleno cambio político, de la dictadura a la democracia, y en el ámbito del diseño, estaba todo por hacer.

Álex Serrano: Entonces supongo que habría mucha confusión entre la figura del artista y la del diseñador.

Sandra Figuerola: No creas, hay más confusión ahora porque las fronteras son difusas y la creatividad es el discurso principal para ambas disciplinas. No creo que las etiquetas sean importantes, a mi siempre me han dado igual. Por ejemplo, en el caso del diseñador Stefan Sagmeister, una parte de sus proyectos son muy conceptuales y se acercan muchísimo más a la dinámica del artista que a la de diseñador, que lógicamente se ciñen a unas condiciones específicas del encargo. Al final, el discurso creativo y el proceso mental es el mismo.

Álex Serrano: ¿Crees que un buen encargo hace un buen diseño?

Sandra Figuerola: Sí, siempre ayuda la naturaleza del encargo, aunque no es requisito indispensable, pero sí que es importante. Creo que en Valencia falta un buen nivel de encargo. Aunque tenemos empresas muy punteras que trabajan de forma habitual con profesionales, también hay otras que no cuentan para nada con nosotros, y o bien copian a los líderes o directamente no apuestan por el diseño. También creo que con un mal encargo se puede hacer un buen diseño. Esa era la filosofía de La Nave, que a todo proyecto se le podía dar la vuelta y convertirlo en un buen encargo, ya que puedes llevarlo a un terreno personal de investigación, de singularidad… convertirlo en algo interesante.

Álex Serrano: ¿Crees que Valencia es un foco creativo fuerte?

Sandra Figuerola: En Valencia creo que hay un potencial creativo muy importante. Hace poco leí un reportaje sobre ilustradoras valencianas, y la verdad es que quedé fascinada pese a que a muchas ya las conocía: Paula Bonet, María Herreros, Kabuki 56…

Álex Serrano: ¿Y no te da la sensación de que antes el diseño era más arriesgado? Ahora parece que hay más autocensura. Y resulta paradójico, porque antes no había ni la mitad de infraestructura que hay ahora, ni la mitad de gente hablando sobre el papel del diseño en la sociedad.

Sandra Figuerola: Quizá antes era más audaz, pero muchas veces pecaba de exceso y la audacia, a veces, era frívola y gratuita. Ten en cuenta que veníamos de una época bastante anodina, históricamente hablando, y cuando se nos abrieron las puertas, entramos todos los creativos ilusionados y motivados con ganas de hacer muchas cosas, La década de los ochenta fue una época de locuras y excesos en muchos campos, pero también de audacia, frescura y libertad. En fin, los famosos ochenta. Creo que el tiempo ha atemperado un poco esto. Estoy contigo en que a veces veo demasiada monotonía y me gustaría que la gente arriesgara más.

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Álex Serrano: ¿Crees que el gobierno le da la espalda al sector del diseño?

Sandra Figuerola: Bueno, tuvimos una época dorada coincidiendo con mi primer estudio, La Nave. Entonces estaba el IMPIVA apoyando y promocionando el diseño y también había mucho encargo institucional. Ahora estamos pasando, efectivamente, una travesía del desierto… Y sí, creo que ha habido cierto desinterés institucional. Ahora se respiran nuevos aires y parece que están intentando cambiar las cosas. Lo digo porque hace un par de semanas, me invitaron a participar en unas jornadas de reflexión, de diseñadores y arquitectos, organizadas por la Consellería de Cultura, para plantear qué es lo que falla en las politicas de promoción y dónde se podría mejorar. Creo que ahora se están haciendo las cosas de forma diferente. Pero bueno, es verdad que la concepción que se tiene del diseño se ha banalizado bastante, pero también por falta de políticas de apoyo y rigurosidad. Han faltado publicaciones, crítica y un trabajo más conceptual por parte de los creativos.

Álex Serrano: Quizá porque vivimos en una época donde prima la imagen consumible sobre cualquier cosa.

Sandra Figuerola: Sí, claro, la imagen es más inmediata. Además, hay una especie de voracidad por consumir imágenes.

Álex Serrano: ¿No se ha devaluado mucho la figura del diseñador gráfico? ¿Hasta qué punto puede reportar trabajar con sueldos tan nimios?

Sandra Figuerola: Si, los presupuestos han ido menguando a lo largo de los años… De lo que empecé cobrando por un tema de branding a lo que se cobra ahora, la cosa ha ido a peor. Pero creo que hay que tener ciertos límites a la hora de aceptar trabajos realmente mal pagados, porque en caso contrario, nosotros mismos hacemos daño al mercado y lo mal acostumbramos. Si eres una persona de cierto prestigio y aceptas precios muy bajos no te beneficia en nada. Mi postura, ahora mismo, es que estoy trabajando en nuevas líneas, abriéndome a nuevos campos en los que me siento muy ilusionada y si con los proyectos gráficos que me ofrecen no voy a cobrar lo que me parece razonable, prefiero rechazar el encargo.

Vajilla Jingelbell.
Vajilla Jingelbell.

Álex Serrano: ¿Qué entiendes por un buen diseño?

Sandra Figuerola: Es una pregunta demasiado amplia. ¿Hablamos de diseño gráfico? ¿De diseño de producto? En cualquier caso creo que debe cumplir los requisitos de mejora tanto de producción, eficacia, funcionalidad y de estética, claro. Mira, soy profesora a tiempo parcial y siempre les digo a mis alumnos que piensen, que tengan buenas argumentaciones, que analicen lo que se les está encargando, que vean lo que tienen hecho, por dónde pueden derivar, cuáles son las aportaciones y mejoras… Cuando existe esa fase analítica de estudio previo en el diseño, sea producto o proyecto gráfico, el resultado se nota. Creo que también hay que ser responsable y respetuoso con la naturaleza, no diseñar objetos porque sí, porque así no estás mejorando, ni cubriendo ningún hueco o haciéndolo más eficaz. Para mí, un buen diseño, tiene que tener un proceso de reflexión.

Álex Serrano: ¿Y los alumnos lo van entendiendo? ¿No entran con muchos prejuicios?

Sandra Figuerola: Bueno, vienen muchos con esa facilidad de meterse a solucionar algo con los programas y herramientas digitales, sin pensar antes que es lo que van a hacer. Por eso yo animo a que vengan a clase con un bloc de notas y lápiz, y que guarden todo ese proceso y devenir creativo para luego sintetizarlo en un proyecto y después contarlo. Porque si no hay pensamiento, difícilmente puede haber un buen producto final. Pueden haber proyectos bonitos, pero se debe más a la casualidad. Los proyectos fáciles y un tanto frívolos, que no perduran en el inconsciente colectivo, se disipan y desvanecen enseguida, no perduran en nuestra memoria. En cambio, cuando las cosas están pensadas, y en ellas hay un buen argumento, una buena idea que lo arma y lo sustenta, esos proyectos aguantan mucho más. Los recordamos, pasan a formar parte de nuestro universo cotidiano.

Álex Serrano: Pero las escuelas de diseño, ¿no están demasiado enfocadas al mercado? ¿no pecan de “realistas”, queriendo reducir toda la parte experimental y creativa, a las necesidades de las empresas? Porque si no experimentan y rompen los límites con el diseño en la escuela, ¿cuándo lo harán?

Sandra Figuerola: Claro, porque para decir cosas nuevas hay que atreverse a romper y a dar saltos en el vacío, atreverse a abandonar caminos trillados… Si no se hace esto, difícilmente se consiguen nuevos códigos de comunicación. Vivimos en un momento en el que para llegar lejos hay que ser valiente y romper esquemas, cuestionarlo todo. Porque si no, al final te viene todo muy dado, y si no te has acostumbrado a dar saltos mortales, luego es muy difícil que sorprendas a nadie. Ni siquiera a ti mismo. Uno de los consejos que incido con mis alumnos es que intenten llegar a los límites para ver si son capaces de hacer cosas diferentes. Que se suelten la melena y disfruten experimentando. También es fundamental que se retroalimenten con otros campos creativos diferentes. En definitiva, hablamos de cultura. La cultura aporta códigos, lenguajes, modos de pensar y de comunicar.

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Álex Serrano: En mi opinión, el esencialismo es una farsa. No existe un diseño esencial como tampoco existe una literatura esencial, todos los campos al final acaban influyendo y confluyendo los unos en los otros. Por eso nunca he entendido por qué cerrar una carrera como la de diseño a la especialización.

Sandra Figuerola: Sí, además, el movimiento moderno, con la Bahaus como estandarte, está ya muy superado. Es verdad que hay que hacer cosas prácticas, pero también hay que dar un margen de libertad creativa y poética que sirva y nutra al espíritu. Y es ahí donde entra la función del arte. Porque no todo tiene que servir para algo concreto. Hay cosas que sirven, simplemente, para hacerte sentir mejor.

Álex Serrano: El arte está ahí para decirnos que, de alguna manera, no todo tiene que ser útil en esta vida.

Sandra Figuerola: Los neandertales ya lo hacían. Decoraban sus cuevas con pinturas rituales. Mantenían esa especie de espiritualidad casi por encima de lo demás. Ese sentido de la estética debemos tenerlo grabado en el ADN desde hace mucho tiempo.

Álex Serrano: ¿Crees que el diseño puede resolver desigualdades sociales?

Sandra Figuerola: Puede ayudar, quizá, en algunas cosas, pero solventarlas no. Ahí están las políticas para hacerlo. El diseño puede democratizar algunas cosas, facilitar algún tipo de conocimiento. Puede, en definitiva, ayudar, pero solucionar no.

Álex Serrano: ¿Has visto mucho cambio, desde que empezaste hasta ahora, en las metodologías de diseño?

Sandra Figuerola: Total, si yo trabajaba con el paralex… ¡A mí me ha cambiado absolutamente la forma de trabajar y de recibir información! Normalmente para bien, porque los procesos se han aligerado mucho y los tiempos son más cortos. Antes, para componer un texto tenías que diseñarlo, mandarlo a una casa de fotocomposición y luego esperar a que te lo devolvieran para corregirlo. Era insoportablemente largo. Aunque también, por otra parte, el hecho de que los tiempos sean más cortos, nos ha llevado a simplificar a veces los planteamientos y con ello a banalizarlo todo. Hay menos reflexión, porque claro, la información llega mucha y más rápido y hay que saber filtrarla.

Álex Serrano: Entiendo que por entonces apenas habrían medios especializados en el diseño.

Sandra Figuerola: No había tantos como ahora, estaba Ardi, The Face, a las que estábamos suscritos en la Nave. A través de ella conocimos el trabajo de Neville Brody y de otros muchos diseñadores. Pero bueno, es verdad que antes había mucha menos información. Eran también otros tiempos. ¿Era mejor antes que ahora? Pues no. Era diferente, y ya está. Hemos ganado unas cosas y perdido otras.

Álex Serrano: ¿Y qué línea crees que está tomando el diseño actualmente?

Sandra Figuerola: Creo que ahora ya no existe una tendencia o código estético determinado, sino más bien múltiples tendencias, mercados y lecturas, que conviven a la par, y que no se superponen las unas a las otras. Por eso la época en la que vivimos es tan divertida y estimulante, en ese sentido. Es una liberación no seguir las tendencias de forma rigurosa. Da la sensación de que hagas lo que hagas, va a estar bien. Los mercados y códigos están muy fragmentados, y claro, hay creativos para todos estos mercados. En mi caso, ha llegado un momento que tengo la seguridad suficiente para saber que lo que propongo es interesante o adecuado, al margen de lo que le parezca al cliente. Sé lo que me gusta y sé por donde ir en cada momento. Y eso también es liberador.

Álex Serrano: Supongo que el cliente sabe a lo que va.

Sandra Figuerola: Por supuesto. Los clientes o empresas que se ponen en contacto conmigo conocen de antemano mi trayectoria, cuales son mis puntos fuertes y donde puedo ser competitiva.

Identidad para GandíaBlasco.
Identidad para GandíaBlasco.

Álex Serrano: ¿Y cuáles son esos puntos fuertes?

Sandra Figuerola: Creo que mi aportación más singular, que se ha redefinido a lo largo de tantos años trabajando para Gandía Blasco, es el componente gráfico aplicado a la industria. No sólo en el caso de las alfombras, sino también otro tipo de objetos: vajillas, textiles, mobiliario… No soy nada minimalista, sino más bien barroca, colorista, excesiva. Aunque también he recibido encargos institucionales, donde he utilizado otros códigos más clásicos y contenidos. Hay que ser buen profesional y ceñirse siempre a las características del encargo.

Ahora, por ejemplo, me estoy centrando más en el camino del objeto, me está interesando más abrirme al campo del proyecto, del mobiliario y del objeto. Me lo paso mejor y me resulta más estimulante, además el gráfico está saturado y hay cosas muy buenas en edición, carteles y branding. Creo que es más fácil y hay mayor competitividad.

Álex Serrano: Eso es importante. Porque hasta ahora, tu trabajo, ¿te lo tomabas de forma más seria?

Sandra Figuerola: Siempre me he tomado el trabajo de forma seria. Divertirme con él y la seriedad que requiere para realizarlo, no son términos excluyentes. Yo siempre me lo he pasado bien porque la creatividad es aplicable a la vida, no sólo al trabajo. He tenido mucha suerte. Empecé con La Nave y eso era una fiesta creativamente hablando. En el estudio había gente de diferentes edades y procedencias vitales pero una filosofía común. Aparte del trabajo, compartías muchos momentos, conversciones y cervezas. Era muy divertido y el trabajo muy variado.

Álex Serrano: ¿Cómo ves el panorama de diseñadores valencianos?

Sandra Figuerola: Muy bien. La verdad es que hay grupos estupendos, y algunos están funcionando muy bien con empresas punteras en diseño, como Yonoh, Odosdesign, Estudihac, CuldeSac, Inma Bermúdez, Lavernia&Cienfuegos. Estamos, por fin, al mismo nivel en este aspecto que cualquier otro país europeo de primera fila. Cuando yo empecé no habían casi estudios especializados y ahora se puede estudiar en multitud de sitios y eso está contribuyendo a la formación de buenos profesionales.

Álex Serrano: ¿Tienes algún referente que te inspire a la hora de crear?

Sandra Figuerola: Me encanta Hella Jonguerius, casi todo lo que hace me parece interesante, con su línea experimental y ecléctica, llevada al límite, pero con elegancia. Trabaja además con diversidad de tipologías. También Patricia Urquiola, diseñadora extraordinaria, tiene una mano muy especial para todo lo que se plantee. Pero bueno, mirar, miro mucho, aunque intento mantenerme distante para no contaminar mi estilo.

Álex Serrano: Quizá lo que falte en estos tiempos, donde abunda la reproducción y los refritos, es la autocrítica y la honestidad.

Sandra Figuerola: Sí, pasa igual que con los artistas. Uno tiene que ser honesto consigo mismo y con su trayectoria. Hay mucho creativo que no tiene un discurso propio, cosa que les lleva a trapichear un poco, y eso se nota enseguida porque el resultado final en una mezcla de lenguajes incoherentes ya vistos. Ese es el gran peligro actual: el exceso de información y la necesidad de saber mantenerse a distancia con respecto ello.

Álex Serrano: Parece que todo está montada para que nos perdamos en la información. Y así como antes había que hacer el esfuerzo de “conectarse”, ahora hay que saber cómo y cuándo “desconectarse”.

Sandra Figuerola: De hecho, mucha gente opta por no participar en determinadas redes sociales o no tener directamente móvil. Empieza a haber un movimiento incipiente hacia la desconexión y la protección de privacidad. Hay que saber desconectarse para poder tener control sobre lo que haces.

Álex Serrano: Estar continuamente conectado nos puede llevar a reproducir refritos y convertir nuestro trabajo en mercancía efímera.

Sandra Figuerola: Eso me preocupa. Y a veces me agobia un poco esa profusión de objetos y muebles que anualmente salen al mercado. Tanta novedad da un poco de vértigo. Es un poco incoherente porque yo también estoy ahí. Pero bueno, yo tengo la teoría de que si generas objetos con la suficiente carga simbólica o poética, que puedan generar un vínculo con las personas, consigues de alguna manera alargarles la vida, esos objetos te acompañan durante más tiempo. Por eso intento que la línea de mis productos siga ese camino.

Galardón creado para el IVI
Galardón creado para el IVI

Me encargaron para el IVI Instituto Valenciano de la Infertilidad, que diseñara un premio que reconocía el trabajo de los periodistas. Yo tomé como referente a la venus de Willendorf, es una pequeña figura de la época paleolítica, conocido como la Gran Diosa Madre y simboliza la fertilidad. Esta referencia tiene una carga simbólica importantísima. La escultura se rediseñó actualizando y sintetizando su aspecto mediante materiales modernos. Me planteé ese encargo trabajando el concepto. No es un trofeo más, porque detrás hay una historia.

Álex Serrano: Rompe con lo que se espera…

Sandra Figuerola: Creo que el creativo no se debe cortar las alas, es el cliente el que te las acaba cortando. A partir del briefing, hay un trabajo creativo y es mejor no limitarse demasiado. Yo propongo, y si me tienen que limitar, eso vendrá luego. Volvemos de nuevo al salto en el vacío y a intentar llevar las cosas al límite. Creo que si los proyectos los argumentas es difícil que te modifiquen grandes cosas.

Álex Serrano: Y después de multitud de trabajos, colaboraciones, etc. ¿Qué te ha dado la experiencia de los años?

Sandra Figuerola: Divertirme mucho con lo que hago. Me encanta, porque esta profesión está estrechamente vinculada a la cultura, es una excusa para ver buen cine, exposiciones, conciertos, viajes, etc. Para mí todo suma: te nutre, te recicla, te renueva y aporta. Es una forma de alimentar el bagaje cultural que tienes para que luego salgan cosas interesantes, diferentes y atrevidas en forma de proyectos. Mi trabajo, en definitiva, se ha convertido en mi forma de vida. Eso es lo que me ha dado, que creo que es mucho.

Álex Serrano: ¿Cómo ha afectado tu trabajo a tu labor como docente en el CEU?

Sandra Figuerola: Me ha servido para racionalizar todos los procesos intuitivos con los que a veces los creativos trabajamos. Es un proceso a la inversa, pero que me ayuda a estar al día y a reflexionar. Porque para poder teorizar, hay que estudiar. El contacto continuo con los alumnos también me aporta mucho: información, nuevos planteamientos de vida, nuevos discursos… Me gusta estar con gente joven. Creo que ahora soy mucho mas rápida planteando nuevos proyectos, veo y corrijo tanto, que mi mente va muy deprisa.

Álex Serrano: ¿Hacia dónde se dirige Sandra Figuerola?

Sandra Figuerola: Ahora mis nuevos intereses me hacen estar muy abierta a empresas con las que colaborar y estoy haciendo una labor de promoción en ese sentido. Sigo ilusionada con la profesión porque sigue dándome sorpresas gratificantes.