La muestra reúne trabajos de Eric Basstein, Florian Eymann, PichiAvo y Andrea Ravo Mattoni.
Texto: Ricardo Forriols
Universitat Politècnica de València
La galería valenciana Plastic Murs inauguró el pasado viernes la exposición «(Re)Mastered«, con Eric Basstein, Florian Eymann, PichiAvo y Andrea Ravo Mattoni.
A principios del siglo XIX, Quatremère de Quincy —considerado el primer crítico del Louvre como institución— esgrimió un argumento demoledor: contemplar la reunión fascinante de tantas obras maestras en un mismo museo impide la creación de nuevas obras maestras. Esta declaración coincide temporalmente con la construcción de la historia del arte (como disciplina) y de los museos (en sentido moderno) que se esforzarán por establecer un canon cultural europeo en referencia al clasicismo que va del Renacimiento a la Ilustración, cifrando los nombres de los Grandes Maestros y atesorando sus obras como evidencia. También a etiqueta de “obra maestra” aparece en este momento, con el museo, para señalar un hito, una realización extraordinaria (por absoluta) que guarda en su seno la idea de arte y de la historia del arte misma. Los Grandes Maestros irradian desde entonces —que es desde su tiempo— y a través de sus creaciones una influencia e inspiración que incita a imitarlas, de ahí que la formación artística académica sistematizara el estudio y la copia de las formas y técnicas de los Maestros como método. La aparición de otra etiqueta, ater (después, a la manera de) codificará esta cadena de valor artístico marcando las aproximaciones parciales o la imitación total del estilo de un Maestro realizada por otro artista, por un aprendiz en el taller o por el copista en las salas del museo. Aunque en otro sentido, la interpretación, la cita y la apropiación como estrategias creativas seguirán la misma lógica hasta desembocar en el gesto posmoderno y las prácticas actuales. (Re)Mastered reúne cuatro propuestas que evidencian así la reversibilidad de la historia del arte y cómo las formas y técnicas clásicas (o no tanto) son asumidas y reinterpretadas conscientemente por artistas contemporáneos que reintroducen las creaciones de los Maestros actualizando su lenguaje.
PichiAvo (España) combinan la estatuaria clásica con las señas de identidad del grafiti callejero (tags, símbolos) en marañas de grisallas, veladuras y palimpsestos de fuerte colorido que dominan los grandes muros donde se pintan o se llevan al cuadro, los dos soportes tradicionales de la pintura.
Andrea Ravo Mattoni (Italia) construye con sus intervenciones murales una “pinacoteca a cielo abierto” trasladando al espacio urbano y haciendo accesibles obras de Caravaggio o David que están encerradas en museos; utiliza para ello los espráis con los que también trabaja sobre lienzo.
Florian Eymann (Francia) juega en sus pinturas con la relación entre el toque de Rembrandt y la pincelada de Bacon, entre la representación y la evidencia de la materialidad de la pintura, entre la cita al Maestro y la mixtura abstracta de la pintura de hoy (óleo, espray, collage) que tanto le debe.
Eric Basstein (Países Bajos) genera en sus pinturas una suerte de puzles donde dialogan referencias clásicas y contemporáneas (publicidad, moda, cómic) como en una suerte de sampleado abstracto en el que descubrimos capas y fragmentos de la tradición artística, lo popular y lo familiar. Para recrear mejor las salas de los museos de siglo XIX, propias de los Grandes Maestros, la galería se ha pintado de una suerte de azul real, el más propicio para la exposición y las transgresiones del aura benjaminiana.