La nueva linea de la firma Massmi integra diseños de Roca, Pensi, Azúa, Timón o Enblanc, entre otros.
La compañía valenciana de iluminación Massmi ha promovido una nueva linea de producto, Plussmi, un proyecto coordinado por Ximo Roca con la participación de Cerocuadrado, Enblanc, Jorge Pensi, Martín Azúa, Nacho Timón y Silvia Ceñal. El propio Ximo Roca ha sido el responsable de definir la identidad de esta nueva marca.En su primera colección, Plussmi aglutina los siguientes diseños:
Cobwell, de Silvia Ceñal.
La lámpara Cowbell es una pieza de líneas sencillas con una silueta inspirada en un cencerro. Creada a partir de materiales naturales como la cerámica, el fieltro o el cuero, la lámpara transmite naturalidad y calidez. De este modo conseguimos una pieza atemporal, versátil y llena de detalles, perfecta para todo tipo de ambientes que requieran una lámpara puntual.
Dot, de Enblanc.
DOT surge de la aplicación de un ligero gesto de movimiento sobre una figura geométrica básica, el círculo. Un gesto que marca la diferencia y que permite que a través de esa apertura la luz del aplique bañe con elegancia la pared sobre la que se instala. Es una pieza versátil, funcional y contemporánea que permite múltiples aplicaciones y combinaciones en los proyectos de hábitat, espacio profesional y contract.
Lam, de Martín Azúa.
Unas lamas de madera envuelven una fuente de luz. Las lamas dispuestas con precisión dejan escapar luz rebotada con matices cálidos. La lámpara tiene un carácter muy arquitectónico y se presenta en versión de techo, mesa y aplique. Puede estar fabricada en madera maciza de nogal o de maple. Se comercializa desmontada en forma de kit. La estructura interior es de metal lacado y las lamas de madera se montan de manera muy sencilla gracias a unos puntos imantados.
Lamparella, de Nacho Timón.
Lamparella es una lámpara conceptual que respira un marcado estilo contract, surge de la idea de fusionar mesitas de noche y la lamparita que se sitúa encima, de líneas puras y realizada con dos piezas de madera curvada, lacada de colores o no. Este singular modelo permite incorporar en su cuerpo mecanismos, tales como interruptores que permitieran controlar la propia lámpara como otras luces o elementos domóticos de la habitación así como persianas, cortinas, etc.
Light & Plant, de Martín Azúa.
Una masa de luz en el interior de una cesta metálica que parece flotar. La luz es inmaterial, pero al mismo tiempo las lámparas también son un objeto. En este caso tratamos la luz como algo que tiene peso y volumen. Se hace en dos tamaños diferentes. El difusor de vidrio genera una luz cálida, difusa y agradable con sombras suaves, muy indicada para mesas de restaurantes, barras, recepciones, mesas de reuniones y trabajo. Su carácter escultórico permite personalizar espacios singulares halls, huecos de escaleras, etc.
Luciole, de Ximo Roca.
Luciole es una lámpara portátil, compacta y de pequeñas dimensiones. Está formada por dos piezas de madera maciza unidas entre sí por unas gomas elásticas, disponibles en negro o transparente, que permiten transportarla a modo de farol mediante su asa superior. La pantalla cilíndrica es de chapa de madera natural y presenta unos bonitos matices generando una luz suave que se integra con armonía en los espacios. Por su diseño y materiales sirve tanto para iluminar una mesa en el exterior o como elemento de apoyo en cualquier rincón. Gracias a una batería recargable por medio de una entrada USB, permite iluminar de manera autónoma sin necesidad de cables.
Mínima, de Nacho Timón.
La lámpara de sobremesa Mínima es fruto directo de la crisis económica, se trataba de ofrecer al cliente un modelo sencillo , elegante, contemporáneo… con pocas piezas y sobretodo económico. Después de darle muchas vueltas surgió Mínima, surgió esta sencilla lamparita de sobremesa de aires pop realizada con una única pieza está pensada para situarse junto a paredes o rincones, donde rebotando la luz que emite consigue crear cálidos ambientes. Un pieza de metal de 2 mm de grosor cortado a láser al que se le aplica un pliegue que le da rigidez y carácter. Lista, la definición de menos es más, hecha realidad.
Renaud, de Cerocuadrado.
Renaud nace como un ejercicio de minimalismo, combinado con un estudio de materiales clásicos del sector que progresivamente han ido perdiendo su presencia. Recuperamos la cerámica, trabajada de forma artesanal, para aplicarla al diseño como componente principal en una forma suave que ayuda a transmitir sobriedad y elegancia. Su brazo de madera torneada le añade un carácter propio, al romper las simetrías de la pieza, sin privarla de una armonía formal. Cada unidad de Renaud nace de la mano de un artesano ceramista que le imprime una a una su personalidad única e irrepetible y que sin embargo encaja elegantemente en cualquier tipo de ambiente. Los contrastes entre tradición y modernidad, la personalidad de la cerámica y la sofisticación de la madera son los que le confieren a este modelo su carácter sobrio y atemporal.
The Chosen One, de Ximo Roca.
Elige un recuerdo, un objeto de tu último viaje, un juguete deseado que de pequeño no tuviste, un regalo especial o un objeto valioso… Ahora, piensa donde colocarlo. Quizá un lugar donde adquiera todo el protagonismo que se merece… The Chosen One. Con su aspecto atrevido y sorprendente, esta lámpara pretende ir más alla del simple uso de iluminar. Cuenta con dos puntos de luz, uno superior y uno inferior, que permiten iluminar tus objetos favoritos situados en su interior. Si retiras su pantalla, The Chosen One se convierte en un flexo de uso convencional.
Wilson, de Jorge Pensi Studio.
Wilson: un pórtico arquitectónico con luz propia. Se ilumina a sí mismo, hacia arriba, abajo, adelante o detrás, produciendo sensaciones diferentes en cada caso. Wilson no es una lámpara, es una arquitectura que permite al usuario crear distintos ambientes lumínicos de acuerdo a la posición de su fuente de luz, desde una sutil atmósfera ambiental cuando se ilumina a sí mismo o enfatizando y enmarcando cualquier objeto que se encuentre por detrás o por delante, con un simple giro de su haz de luz. Cuando está apagado su forma no invasiva, aunque con gran contenido simbólico, convive serenamente con los distintos objetos del hábitat arquitectónico.