Javier Colomer reflexiona sobre el proyecto cerámico expuesto en NUDE.
Texto: Javier Colomer Ramos (Vicedirector de la EA+SC Manises)
Uno de los desafíos clave que se enfrenta la humanidad en los próximos años es frenar deterioro del planeta. Buscar alternativas al traumático y galopante declive de la biodiversidad, de las fuentes naturales, de la vida. Estamos lejos de ese punto óptimo de sensatez colectiva. Pero poco a poco vamos avanzando.
Una de las tantas iniciativas que se están llevando a cabo son los numerosos intentos por reducir nuestra huella ecológica con el diseño de objetos sostenibles y responsables en un contexto mundial lleno de incertidumbre, con la incorporación de nuevos actores-competidores y operando en un escenario cada vez más global y abierto.
En los últimos años desde nuestra escuela, a través de los proyectos de nuestros alumnos, hemos tratado construir un entendimiento entre el entorno emergente caracterizado por la duda y la perplejidad, y las posibilidades del material cerámico como respuestas a ese escenario incierto que nos sobreviene. Una dislocación global que nos hace plantear el análisis de las variables desde una óptica en clave sostenible.
Se produce desde la fase preliminar del proyecto un replanteamiento tanto en la elección de los materiales cerámicos empleados como de los materiales y los procesos de conformado y fabricación, procurando permanecer dentro del contexto de la Naturaleza.
La aportación de los proyectos que presentamos en esta edición de NUDE estriba principalmente en la respuesta a preguntas de índole puramente ecológica: son todos ellos objetos de valor seguro a largo plazo. Objetos hechos con cerámica que no cargan a las futuras generaciones con las obligaciones y exigencias de un mantenimiento derivado de la creación irresponsable de productos y procesos.
Tratan de eliminar el concepto de residuo. Evaluar y optimizar el ciclo de vida completo de productos y procesos, para abordar el estado de los sistemas naturales, en el no hay desperdicios. Y por último son objetos comprometidos con las consecuencias derivadas de las decisiones en su diseño, sobre el bienestar humano; la viabilidad de los sistemas naturales y su derecho a coexistir.
En definitiva, la economía circular, que se basa en la optimización de los recursos y la eficiencia energética, y que se ha revelado como una herramienta clave. En este punto, es responsabilidad de todos los agentes sociales materializarla en acciones y políticas concretas.
L’ Escola D’Art i Superior de Ceràmica de Manises no se quiere apear de aquellas tendencias relacionadas con el diseño sostenible y responsable, al entender que el desarrollo del sistema de innovación depende fundamentalmente, no solo del refuerzo de las administraciones públicas por una serie de políticas y actuaciones que afectan a todas las etapas de creación, difusión y uso del conocimiento, sino también, de aquellas instituciones instructivas responsable de formar a profesionales de diseño, tecnología y artesanía que no pueden soslayar el efecto que la sostenibilidad produce sobre otras áreas (económica, sociocultural, tecnológica, etc.). Por tanto, creemos pertinente hacer converger estos fundamentos desde el convencimiento de que la sostenibilidad es una responsabilidad.
La «Cerámica portáctil» de Chantal Chittka
Un ejemplo de esta declaración es el proyecto que presenta Chantal Chittka titulado «Cerámica portáctil». Chantal ha desarrollado un “divertido” set de vajilla de porcelana compacto, portátil además de un sistema simple para embalar y transportar todo el conjunto cómodamente. Se trata de vajilla portátil compacta entiendo un conjunto de recipientes personalizados que pueden ser llevados para comer fuera de casa de manera práctica y cómoda, y que trata de confrontar el impacto devastador que tiene nuestra actual manera de consumir y tirar. Su proyecto promueve precisamente un consumo sostenible, dónde la meta ideal es generar cero desperdicios y una transformación hacía una economía circular mediante el pre-ciclando. Eso significa en la práctica evitar la adquisición y el uso de artículos innecesarios que eventualmente tendrán que ser reciclados o desechados como basura.
Las «Impresiones» de Yolanda Ruiz
Otro proyecto que participa de estos presupuestos es el que presenta Yolanda Ruiz. Su serie “IMPRESIONES” se compone de un conjunto de lámparas de formas sinuosas conformadas mediante la impresión 3D directamente con pasta cerámica. El proyecto de Yolanda es un brillante ejemplo del nuevo concepto de artesanía que está viviendo un importante resurgir en todo el planeta. Frente al circuito comercial tradicional, esta nueva artesanía se contrapone a lo industrial, ya que en la propia concepción de artesanía hay implícitos valores tan importantes como la sostenibilidad, el saber local y el respeto de los materiales, mediante el empleo de nuevas tecnologías que te permiten productos únicos…
Cada vez más los Fab Lab están proliferando como talleres de fabricación de objetos físicos de uso personal o local, mediante máquinas controladas por ordenadores, capaces de fabricar casi cualquier cosa. Un concepto que recoge la esencia de los talleres artesanos tradicionales en cuanto que aportan un valor añadido de exclusividad que no tienen los objetos en serie.
Por tanto, estos proyectos que ahora se presentan tratan de construir un entendimiento entre el entorno emergente caracterizado por la duda e la incertidumbre, y las posibilidades del material cerámico como respuestas a ese escenario vulnerable y lleno de dilemas que se intuye en un horizonte cercano.
Son todos ellos objetos de valor seguro a largo plazo. Objetos hechos con cerámica que no cargan a las futuras generaciones con las obligaciones y exigencias de un mantenimiento derivado de la creación irresponsable de productos y procesos.