Eugenio Viñas (I): «Los diseñadores valencianos tienen una capacidad innegable para apasionarse con un proyecto»

Álex Serrano entrevista a uno de los periodistas más en forma en el ámbito cultural en Valencia.

Por Álex Serrano (Psychonauts Magazine)
Fotografía de Eva Máñez (Fotoagencia Valencia)

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Álex Serrano: ¿Cómo llegaste al periodismo?
Eugenio Viñas: Creo que cualquier periodista valenciano de mi generación ejerce como fruto de un sinfín de casualidades. Porque una cosa es la vocación, que es fundamental, y otra es ejercer. Y me refiero a hacerlo como periodista en un sentido tradicional: observar, hablar, escuchar, llamar, contrastar, llamar de nuevo y, quizá, tal vez, tener una historia interesante para la audiencia. Puedo contar con los dedos de una mano cuántos periodistas de mi promoción se dedican a esto que te acabo de contar y si lo limito a los que trabajan en Valencia…

Álex Serrano: ¿No hay otras cosas que te hubiera gustado ser, hacer o saber hacer?
Eugenio Viñas: Recuerdo que, cuando era todavía muy pequeño, leía sobre cosas curiosas solo para construir un relato y contárselo a mis amigos. Además, en mi casa había un consumo de radio obsesivo. Tanto que empecé e grabar mis propios programas encerrado en mi cuarto para luego enseñárselos… A los 15 ya hacía una radiofórmula de tres horazas en la radio de mi pueblo y para cuando empecé la carrera ya trabajaba en una televisión local de Valencia. La cosa es que no dejé de presionar a mis padres para que asumieran que tenían que echarme una mano con eso de pagar la carrera.

Álex Serrano: ¿Cómo percibes la situación del diseño en general hoy en día?
Eugenio Viñas: El diseño vive su momento de máximo esplendor porque, hasta no hace tanto, los diseñadores antes tenían que recorrerse las ferias de media Europa para saber qué hacían los mejores. Ahora Graffica, FastCoDesign, Brandemia, Designboom, Fubiz y cien webs más ofrecen una información valiosísima para que el diseñador genere su propia marca, pero con un conocimiento e influencias muy vastas. Además están las posibilidades tecnológicas gracias al software y a la evolución de imprentas, materiales, soportes…

Álex Serrano: ¿Y la del cliente?
Eugenio Viñas: Antes de hacerme un hueco como periodista, trabajé durante años como creativo y copy para algunos diseñadores valencianos y sé por mi propia experiencia que el cliente tiene mucha suerte con ellos. La razón es que los diseñadores valencianos, tanto de gráfico como de producto, son mucho más críticos y autoexigentes con su trabajo que el propio cliente. Tienen una capacidad innegable para apasionarse con los proyectos y por eso creo que los clientes son afortunados. Es fácil ver esto cuando el cliente es una empresa importante y de fuera de España, porque con su feedback te lo transmiten.

Álex Serrano: ¿Qué cambiarías de la escena actual?
Eugenio Viñas: Las condiciones laborales de los juniors. Las empresas son responsables, pero no las única responsables. Es necesario usar la fuerza colectiva (a través de la ADCV, ahora que apenas le quedan ‘hipotecas’ con el poder) y dinamizar becas públicas, mecenazgos que fomenten la producción de obras y exenciones fiscales en contratos. Lo que sea, pero hay que cambiar eso para generar una economía y creatividad saludable.

Álex Serrano: ¿Por qué las instituciones públicas no contratan a diseñadores?
Eugenio Viñas: Porque no hacerlo les resta cero votos y les genera cero ‘portadas’ capaces de influir en la opinión pública. A día de hoy, diría que ni se han enterado de que eso sea un problema. Tampoco he visto una defensa apasionada por lo contrario en la oposición, que no tiende a realizar este tipo de gestos micro. Ese es el nivel.

Álex Serrano: La democratización de los medios ha devaluado la figura del diseñador y su obra. Ante tanta oferta, ¿no crees que homogeneiza e indiferencia? ¿Acaso no anula el propio diseño? Es decir, que puede que haya grandes diseñadores, pero como todo es diseño, y todos somos, de alguna manera, diseñadores, ¿qué más dará?
Eugenio Viñas: Sucede igual en todos los campos y no por ello hay que aceptarlo. Es el nuevo escenario y querer partir el tablero de juego me parece una locura y una pérdida de tiempo, pero sí empezar a modificarlo. ¿Cómo? Creo que los artistas son los que, sabiendo cómo influyen en la comunicación, apropiarse de ella desde una posición de poder: la de poseer el contenido. El 90% de los seres humanos que han existido a lo largo de la Historia están vivos en este momento. Somos muchos y las comunicaciones son instantáneas. Más que nunca hay que encontrar –sí o sí- las vías para comunicar de forma efectiva lo que hacemos. Es la clave.

Álex Serrano: Aunque muchos discursos de los diseñadores se proclamen abiertos y afirmen que sus productos tienen en cuenta todas las clases sociales, ¿no crees que mayormente aluden a una clase media/alta? Sólo hay que ir a un certamen de diseño, feria, etc. y ver el tipo de público que hay. Un público que sabe apreciar el refinamiento estético y técnico de los productos, que le ha dedicado tiempo a estar al día de las últimas tendencias. ¿No abunda el elitismo en este campo? ¿No crees que hay una creciente desigualdad entre “líderes creativos” y “masas consumidoras”?
Eugenio Viñas: Esta expresión la he leído recientemente en el libro Indies, hipsters y gafapastas del periodista cultural Víctor Lenore y que reseñé para ValenciaPlaza.com. En el artículo mostré de una forma más o menos explícita mi oposición a un cambio radical del sistema de clases porque, a mi parecer, la sociedad tiene hitos intermedios que cumplir antes de convertirse en un lugar necesariamente más justo. El primero de esos cambios pasa porque los gobiernos cumplan la legislación, porque la incumplen sistemáticamente, especialmente en materia económica y de financiación. El incumplimiento de las reglas de juego por parte de los gobiernos genera una distorsión que agita otros debates, como suponer que hay una clase creativa (la de los hipsters, como últimamente se la ha venido a llamar) que apuesta por el clasismo. El debate es de fondo, pero yo no creo –y voy a usar ejemplos paradigmáticos- que una silla de Philippe Starck para Kartell es mejor únicamente porque lo diga WallPaper. No creo que Wilco haya hecho unos discos memorables porque lo diga Pitchfork. Y, sobre todo, me parece soberanamente aburrido para los citados ponerse a crear pensando en cómo la industria se va a comportar con ellos. Obviamente, en todas partes cuecen habas y la delgada línea que divide la comunicación y el marketing de la impostura y la farsa es cada vez más delgada porque la creación cada vez es más dependiente de estas vías de financiación. Como comentaba en la anterior respuesta, los creadores –bajo mi punto de vista- están llamados a coger las riendas porque crean los contenidos. Son los que están llamados a desdibujar un mundo de clases y ha entender que el refinamiento estético es fruto de una depuración artística y nunca una barrera social o geográfica.