Diseñadores gráficos de reconocido prestigio (tres de ellos premios nacionales de diseño, como Alberto Corazón), cuentan a DissenyCV sus impresiones sobre el diseñador recientemente fallecido, una de las referencias indiscutibles del diseño gráfico español contemporáneo.
Nacho Lavernia, Premio Nacional de diseño 2012
«AHORA NOS HAS DESPEDIDO A TODOS»
«Con Alberto Corazón se ha ido un modelo de diseñador que, desgraciadamente, el mercado admite cada vez menos. Su carta abierta en la que hace unos años anunciaba su renuncia a seguir trabajando como diseñador era una queja a la mediocridad emergente, entonces, y una declaración de principios, entre los que no se encontraba el de plegarse a las imposiciones del marketing o de los bigdata. Alguien me contó que decía haber cerrado el estudio porque los clientes eran tan malos que había tenido que despedirlos. En las ocasiones, que en la época de La Nave fueron bastantes, que tuve de tratarle y hablar con él siempre me encontré a una persona muy culta, educada y brillante. Y mordaz, como atestigua la divertida explicación que daba sobre el cierre de su estudio.
Pero, aparte de su conocida trayectoria como diseñador, una de las cosas que más le agradezco y admiro es su actividad como editor. Aquellos libros de política, cultura o comunicación fueron un auténtico descubrimiento para muchos que a principios de los 70 andábamos intentando aprender, entender el mundo y encontrar una profesión. Y en parte los descubrimos, al menos yo, por las portadas que el propio Alberto diseñaba con un uso muy expresivo de la tipografía y un montón de recursos gráficos que ahora todos conocemos y usamos, pero que entonces eran deslumbrantes. Esas portadas prometían algo nuevo, distinto, interesante. Y era verdad. En esos libros descubrí a autores como Chomsky, Bauman, Barthes y tantos otros que a mis 20 añitos recién estrenados no conocía y de los que no era fácil encontrar nada en aquella España que él empezó a cambiar. Aquellos libros me abrieron la puerta de entrada a materias que luego han sido importantes en mi vida profesional como la estética, la comunicación, la semiótica… Aunque sólo sea por eso, ya debo estarle agradecido.
En fin, se nos ha ido, otro más, un diseñador inteligentísimo y divertido. Y ya empiezan a ser muchos. Espero que en algún sito se vayan juntando y nos esperen».
Daniel Nebot, Premio Nacional de Diseño 1995
«Ayer JJ Belda, hoy Alberto Corazón. Qué duro resulta despedir a los amigos, qué difícil resulta imaginar el diseño sin maestros, qué tristeza más grande… Gracias por vuestra amistad y todo lo que me habéis enseñado, adiós amigos, habitaréis para siempre en mi memoria».
Pepe Gimeno, Premio Nacional de diseño 2020
«En contadas ocasiones he tenido el privilegio de hablar con Alberto Corazón en persona, sin embargo en todas ellas he percibido la capacidad empática que desprendía. Mi relación con él comenzó a través de Pierluigi Cattermole. Éste le pidió en el ’99 que redactara un texto para el libro que estaba editando Experimenta sobre mis primeros 25 años como diseñador.
Con ese motivo escribió un magnífico y profético artículo sobre la creatividad, que tituló «Cuatro palos de ciego». En él comparaba el acto creativo con los palos que da el ciego para avanzar, con su bastón hacia lo desconocido. También afirmaba que ese momento creativo solo ocurría por el carácter obsesivo de nuestro oficio.
Alberto, con su larga y prolífica trayectoria, es un personaje esencial en la historia del diseño en España. Supo introducir en el diseño gráfico, con inteligencia y de forma brillante, las estéticas conceptuales que planteaban las vanguardias de los años ’60 y ’70. Y nos mostró con ejemplaridad cómo diseño y arte conviven y se retroalimentan.
Diseñador reflexivo, de palabra y pluma fácil, formó parte de todo aquello que tuviera que ver con la proyección y difusión del diseño. Participó y colaboró con todo tipo de eventos, dejando un poso y una manera de hacer que ha marcado para siempre el devenir del diseño español».
Lucía Meseguer
Lo considero uno de los pilares más potentes en diseño gráfico moderno en España, sin duda todo un referente. Parte vital de la cultura visual de nuestra sociedad, su trabajo está presente en nuestro día a día. Su obra gráfica, basada en la funcionalidad, más allá de la estética, está por encima de cualquier tendencia y me parece una perfecta comunión de tipografía, forma y color. Tenía muy claro que “el diseñador es un profesional, no un artista” y en eso no puedo estar más de acuerdo.
Sebas Alós
“Cuando estaba estudiando me fijaba mucho en él porque se trataba de alguien que había sido capaz de trabajar como diseñador industrial y gráfico, en algunos casos para la misma empresa. Recuerdo que poco después le conocí y se lo comenté, me dijo: si es que no hay diferencias. Con esa excusa me lié a hablar con él y aunque no nos conocíamos de nada, fue como hablar con un amigo.”
Boke Bazán
«Una noticia muy triste directa al corazón. Hablé con Alberto en verano, cuando me envió una reflexión maestra sobre el cartel actual para el catálogo de la expo “Prohibir fixar cartells”. Recuerdo también cuando se sumó a la expo “Vivan los toros” y con ese espíritu joven, progresista y de compromiso social que demostró en tantas ocasiones. La exposición retrospectiva de su obra en el IVAM en 2008 -fantástica- nos conectó con su obra artística en un merecido reconocimiento en estas tierras, relación que siempre tuvo; de hecho los veranos de su infancia (años 50) los pasaba aquí, en el Mas Roig, entre El Puig y Massamagrell. Esa complementariedad que Alberto epitomizó entre la teoría, el arte y el diseño me parece admirable y ejemplar. Fue sin duda alguna un agente imprescindible en la modernización visual de la España actual y su trabajo forma parte de nuestro paisaje, de nuestras vidas. Esa presencia es un modo de inmortalidad que certifica una vida y obra absolutamente valiosa e imprescindible, al servicio de la sociedad y la belleza».
Juli Capella
Fui a verlo a su estudio casa en Madrid para publicar un artículo en De Diseño. Me impresionó su bigote. Y su convicción: “soy un dissenyador militante. El diseño es para mi una cuestión personal”. Era muy consciente de que en España arrancaba un boom del diseño que iba a redibujar todo el panorama visual y en general la imagen del país, y quería liderarlo.
Me enseñó un chaleco -¿o lo llevaba puesto?– y me dijo que él lo había ideado, era el “chaleco del diseñador”, con suficientes bolsillos para llevar todo un arsenal de ataque gráfico. Había estudiado y viajado, hasta había colaborado con Marimekko, y estaba en el epicentro del cambio.
“Mis clientes vienen a mi porque tienen un problema. De forma que la eterna pregunta tiene una respuesta sencilla: un diseñador es alguien que resuelve problemas de diseño”. Con todo el corazón.