CuldeSac abre la nueva Casa Turia

El estudio valenciano es el responsable de la nueva imagen de marca y pop-up store de la calle Marqués de Dos Aguas de Valencia.

Cervezas El Turia nació en Valencia en el año 1935, aunque debido a la Guerra Civil, no comenzó a lanzar sus productos más conocidos (Stark, Golden Bier o Turia Märzen) hasta el año 1947. Esta última es la única que ha sobrevivido hasta nuestros días, en formato barril para negocios de hostelería. Es en 2013 cuando de la mano del estudio multidisciplinar valenciano CuldeSac recupera el formato de botella de 33 cl.

CuldeSac ha realizado un ejercicio de branding consistente en trasladar el universo de Turia Märzen a todos los soportes de comunicación on y off line. Ello implica tanto los espacios como su presencia en las redes sociales, la página web, las piezas audiovisuales e incluso detalles como los posavasos o las bolsas. Para llevar a cabo su trabajo, CuldeSac ha realizado una intensa labor de investigación histórica con la colaboración de distintos documentalistas y coleccionistas.

La pop-up store ubicada en Marqués de Dos Aguas, 2, en el espacio de Martínez-Medina, (y abierta hasta finales del próximo mes de octubre) actúa como punto de encuentro de seguidores y curiosos. En la tienda se podrá adquirir desde la propia cerveza hasta merchandising de la marca y una selección de productos de diseño valencianos. Con Casa Turia, CuldeSac ha querido recrear de forma simbólica las estancias propias de una casa. Desde el exterior, Casa Turia se hace especialmente visible e impactante, puesto que su estructura se prolonga fuera de los ventanales de la entrada. El escaparate es un dispositivo dinámico a partir de módulos movibles –realizados con botellas– a modo de la típica celosía valenciana.

Ya en su interior vemos cómo toda la superficie de Casa Turia está repleta de  detalles que el visitante va descubriendo a medida que la recorre. La estructura del espacio se asemeja a un esqueleto recubierto de distintas capas, solo atravesadas por una serie de ventanas-pantalla que permiten observar fragmentos de la vida de los valencianos en cada una de las décadas de la segunda mitad del s.XX. En el techo, de listones de madera de pino, destacan distintas aberturas que dejan penetrar la luz y recrean la costumbre valenciana de refugiarse del sol durante los meses de verano. El carácter autóctono también se deja ver en los materiales de la estructura, que muestra las texturas tradicionales del esparto y el cañizo.

Asimismo, un jardín vertical con plantas aromáticas propias de Levante despierta sensaciones a través del aroma. La tienda se ubica en este recinto, en el que se halla un espacio dedicado al producto, la caja y un escaparate. El segundo tramo se entiende como la cocina-comedor dentro de la casa y es el lugar donde se habla de la fabricación del producto, de sus ingredientes, y donde el chef hace uso del material explicativo de la mesa durante las catas y maridajes con productos de la tierra.