Artículo firmado por Josep Sornosa, Isaac Cores y Pascual Timor, promotores de la iniciativa Sortim-nos!
Texto: Josep Sornosa, Isaac Cores y Pascual Timor (Proyecto Sortim-nos!)
Un bioplástico es un polímero de base biológica derivado de una biomasa, que puede ser biodegradable y/o compostable. La composición del material, con la que nosotros trabajamos, se forma con la mezcla de biomasa —como material de refuerzo—, con un gelificante natural —como sustancia de cohesión—, glicerina vegetal —para añadir elasticidad—, y también añadimos sustancias como el vinagre o el zumo de limón para detener el desarrollo de hongos y bacterias.
En centro Europa este asunto lo tienen muy presente, hasta tal punto es así, que han editado, con Fondos Europeos de Desarrollo Regional, una guía[1]para profesores que puede ser utilizada en las aulas de educación primaria y secundaria.
Reducción de la huella de CO2
Los bioplásticos son una alternativa viable a los plásticos convencionales. Su uso permite reducir los residuos y la huella de CO2, ya que para su producción es necesaria una cantidad muy pequeña de energía. La biomasa que interviene en su composición comprende un amplio abanico de posibilidades, pero en todos los casos proviene de desechos/basura, por ejemplo: Utilizamos las cáscara de los huevos, las conchas de moluscos, u cualquier otro material de desecho biológico que cumpla con la función de estructurar el nuevo. La sustancia de cohesión puede ser la pectina, un gelificante vegetal abundante en la piel de los cítricos. Y finalmente la glicerina a partir de aceites vegetales usados.
Economía circular y local
El desarrollo de los bioplásticos se realiza partir de residuos locales, con el objetivo de reducir la huella de CO2derivada del transporte de sustancias provenientes de lugares remotos, y debe satisfacer las necesidades de la zona en la que se producen. Creemos que la obtención de las materias primas, bajo el concepto de economía circular, es local. El nuevo modelo social debe desterrar las ideas neoliberales globales, que necesitan del transporte para su desarrollo.
La «Caja Cores», proyecto desarrollado en EASD València
Partimos de una base sólida, se trata del proyecto de Isaac Cores desarrollado en la EASD (Escola d’Art i Superior de Disseny de València). Se llama BioBased Materialsyha sido seleccionado en losGreen Project Award,ha participado en la muestra Rehogar Xª edición en la Nau de la Universitat de València, y ha sido seleccionado para los premios ADI 2020 en Barcelona, pensamos que son suficientes avales para tenerlo en cuenta.La “Caja Cores” —como nosotros la llamamos— contiene los ensayos y los textos que describen los antecedentes, las recetas y el estado de cuestión sobre la fabricación de materiales biobasados[1]. Para nosotros las muestras que aporta suponen una tarjeta de presentación que evidencian que la primera etapa del proyecto es factible y que los bioplásticos pueden sustituir a materiales que contribuyen a deteriorar la situación medioambiental.
Isaac se ha incorporado al equipo para desarrollar materiales biobasados y sustentar el proyecto de la creación de un Biolab en Valencia. Necesitamos disponer de equipamiento para seguir avanzando, así como los recursos, espacios y laboratorios adecuados para la investigación.
Mientras esto ocurre seguimos trabajando en ensayos que nos permitan obtener materiales biobasados a partir de biomasa de la cáscara del huevo. La receta de estos ensayos (foto 02), para los que se necesitan pocos utensilios, es: 4 partes de cáscara, 1 parte de Agar Agar, 1,2 partes de glicerina, agua destilada y vinagre. Y el proceso artesanal para conseguir estos materiales es el siguiente:
• 1 Añadir en un recipiente el gelificante
• 2 Añadir los líquidos hasta disolver el gelificante
• 3 Añadir el plastificante y remover hasta su disolución
• 4 Calentar la mezcla a fuego medio sin dejar de remover hasta que comience a espesar (80º C aprox.)
• 4 Añadir los ingredientes sólidos y remover hasta obtener una mezcla homogénea
• 5 La mezcla se deposita en un molde o se extiende sobre una superficie hasta que se solidifica al enfriarse. (Foto 03)
Con las pieles/mondas de cítricos estamos siguiendo procesos similares, los ingredientes para estos ensayos son: Mondas naranja con almidón de maíz, glicerina, vinagre, limón y agua destilada. (Foto 04)
Compostaje de materia orgánica
Tan pronto los materiales estén optimizados en granulometría y consistencia los utilizaremos en impresoras 3D para conformar objetos que sustituyan a los actuales fabricados en plástico. Los materiales que hemos descrito son compostables. El compostaje es una biodegradación de los productos que se realiza en condiciones de presencia de oxígeno y cierta temperatura. El resultado es otro producto llamado «compost», que puede ser utilizado como abono orgánico para la agricultura y la jardinería. El compostaje de estas materias orgánicas son un claro ejemplo de economía circular, donde los residuos generados son devueltos al suelo en forma de materia orgánica y nutrientes.
Hay varios sellos de certificación que garantizan que el producto o envase reúne las condiciones para ser compostado, y unas normas europeas las: EN 14995 y la EN 13432, que especifican que al menos el 90% de su masa total se degradará en un plazo máximo de seis meses. En España y otros países europeos se utiliza el sello “OK Compost”, de la certificadora TÜV Austria-Vinçotte[1].