La galería expone desde hoy y hasta el próximo 29 de baril una selección de trabajos del dúo Christto and Andrew.
La galería ESPAI TACTEL inaugura hoy a las 20:00h. la muestra “GLORY OF THE ARTIFICE/LIQUID PORTRAITS” de Christto and Andrew, una exposición en la que los artistas parten de estructuras tradicionales de la historia del arte, retratos y naturalezas muertas, sobre las que imponen una saturación, tanto cromática como de sentido, que genera una crisis en nuestra percepción. No en vano la sociedad occidental ha sido acusada de padecer cromofobia, sumando así una fobia más a las estructuras homogenizadoras que preconiza.
Christto and Andrew han formado parte de numerosas exposiciones tanto individuales como colectivas, exponiendo en museos como el Katara Art Center, Doha (Qatar), Centro Curatorial la Quince (Puerto Rico), Moscow Museum of Modern Art, Moscow (Russia) y en galerías como Untitled Gallery, Barcelona, (España). Trabajando con la imagen, como hacen Christto y Andrew Weir, pero también con los dispositivos en las que se exponen, queda reflejada esa convivencia de modernidades: artificiosa como los retratos con que la ilustran, dejando patente que seguimos siendo imágenes vestidas con el disfraz de nuestras identidades. La exposición podrá verse hasta el día 29 de abril.
«El artificio de mi autenticidad»
El deseo por poseer cosas maravillosas llevaba a Andy Warhol a acumular cajas en almacenes con objetos que no volvería a ver. Años antes la Reina Victoria, cuyas posesiones se extendían por diversos continentes, había buscado un subterfugio para este afán coleccionista; gracias al perfeccionamiento de la recién inventada técnica fotográfica, confeccionaba álbumes en los que aparecían todas y cada una de ellas. A parte del deleite de revisar estos álbumes, en caso de deterioro podría replicar todos y cada uno de estos objetos.
No deja de ser significativo el recorrido en paralelo de la investigación en la técnica fotográfica y las transformaciones económicas de la modernidad, mientras una intentaba capturar la fugacidad, la otra proporcionaba modos para duplicar y sobreproducir, de este modo lo que debía ser fotografiado no sólo se multiplicaba en sus representaciones sino en su propia esencia. Así que, en la actualidad, no sólo hemos contado con un mayor número de imágenes reproducidas, sino que los propios objetos, incluso los lugares y personas, han sido clonados, pudiendo adquirir imitaciones de los supuestos originales.
A día de hoy podemos preguntarnos dónde está el artificio, que lugar ocupa la imitación, la recreación de todo aquello que antes era exclusivo, cómo identificar el lujo en nuestras modernidades. Dónde reside el valor, en el objeto o en su reproducción que evidenciando la posesión del mismo. Somos así etiquetados, cartografiados, un pie de nota con nuestros nombres.
La Reina Victoria, mirando imagen tras imagen, distintas fotografías del mismo objeto, deleitándose en su modernidad. En qué se diferencia de nuestro ensimismamiento; de nuestra percepción de una modernidad única y homogeneizadora, atravesada por los filtros de lo decolonial, en la que seguimos empleando las mismas estrategias que en el siglo XIX, contraponiendo una supuesta autenticidad como eufemismo a lo original. Este valor de lo autentico que desplazamos de las imágenes a los objetos, a los lugares, a los personas y a sus comportamientos, incluso a los afectivos. Es curioso como la Ilustración propició un desplazamiento en el lujo, tanto que nos cuesta pensar que fuese un territorio eminentemente masculino debido a la feminización que ha sufrido a lo largo de los últimos siglos, como hace patente un simple vistazo a las industrias actuales.
Y en este territorio en el que los objetos, las identidades y su representación se multiplican replicándose sobre si mismas Christto & Andrew (b. 1985 / 1987) plantean una zona de fricción. Tanto su producción, fotográfica pero también instalativa, como su propio desarrollo, portorriqueño y sudafricano afincados en Qatar, parten de la coexistencia de numerosas modernidades, que no sólo conviven sino que coexisten en un conflicto permanente.
De este modo Glory of the Artifice (2016-2015) y Liquid Portraits (2015-2014) parten de estructuras tradicionales de la historia del arte, retratos y naturalezas muertas, sobre las que imponen una saturación, tanto cromática como de sentido, que genera una crisis en nuestra percepción. No en vano la sociedad occidental ha sido acusada de padecer cromofobia, sumando así una fobia mas a estructuras homogenizadoras que preconiza.
Si tomamos algunas de las imágenes pertenecientes a estas series, como An Unusual Request (2015) o Collapse of Time (2015), veremos como rápidamente podemos identificar muchos de los ítems que definen nuestra sociedad contemporánea: comunicación, protección, seguridad, ostentación, raza… pero cada uno de estos elementos contienen su opuesto de una forma evidente e hiriente; esta en la fragilidad del traje, en la imposibilidad de realizar la llamada, cada detalle nos habla de fracturas.
Sobreproducidos en el superhabit y en su contrario. Fluctuantes en una identidades que siguen enmarcadas en rígidas estructuras. Ya no es necesario que evidenciemos la convivencia de alfabetos en The Advance of Absoluted Knowledge, (2014), multitud de lenguajes nos atraviesan. Puede que la mejor forma de hacerlo evidente es utilizando sus propias herramientas. Trabajando con la imagen, como hacen Christto y Andrew Weir, pero también con los dispositivos en las que se exponen. Evidenciando que esa convivencia de modernidades es tan artificiosa como los retratos con que la ilustran, dejando patente que seguimos siendo imágenes vestidas con el disfraz de nuestras identidades.
Con esos ropajes volvamos al principio, a la Condesa de Castiglione, una luchadora del artificio, intentando calmar su necesidad, de frescor, pero también de deleite, en los paisajes atrapados en pisapapeles. Puede que consigamos que el trabajo de Christto & Andrew nos produzca la mismo cruel delicia en su maravilla y que así podamos extrañar el mundo, cuestionándolo, a partir de ellas.
Eduardo García Nieto, 2016