La galería valenciana inaugura mañana una exposición con los últimos trabajos de Sara Sanz.
Texto: Manuel Garrido
Cuando en el Salón de París de 1865, Édouard Manet presentó ante el público su célebre Olimpia, la reacción que suscitó no pudo ser, valga la redundancia, más reaccionaria. Lo que enervó al machismo de la época -en realidad, como sucede en todas las épocas- no fue el hecho de que se tratara del retrato indisimulado de una prostituta; ni siquiera que la joven estuviera desnuda sobre una cama deshecha; lo que causó un gran revuelo fue que aquella mujer posara en actitud orgullosa, segura de sí misma, y clavara su mirada como un dardo en los ojos del espectador. Por si fuera poco, las alegorías que acompa- ñaban a la protagonista -la orquídea en su cabello o el gato negro a sus pies- y que trataban de definir su personalidad oscura y sensual, provocó los más airados comentarios por parte del público y la crítica de la época que la consideró como un ser primario, despreciable, maléfico.
Ese uso de las alegorías, los símbolos y los mensajes escritos como forma de definir psicológica y socialmente al personaje es algo que la artista Sara Sanz ha ido implementando cada vez más a lo largo de su producción artística. A la habitual dualidad de sus mujeres aerografiadas, a medio camino entrelo ingenuo y lo perverso, entre lo amable y lo siniestro, entre la debilidad y la fortaleza -característica inequívoca del surrealismo pop-, la serie «Tiempo de brujas» añade un rico universo simbólico que sirve para (auto)definir la complejidad de sus personajes. Tomando como punto de partida la dicotomía entre la magia y lo demoníaco inherente a la brujería, y al uso peyorativo de la palabra bruja para señalar a una “mujer malvada”, la artista ha elaborado una completa galería de retratos femeninos que ahondan en cuestiones tan profundas como los estigmas sociales, el miedo al rechazo o el anhelo de una sociedad menos machista, menos hostil, menos prejuicios.
Una serie de retratos que adentran al espectador al escurridizo mundo interior de las brujas de Sara Sanz: mujeres que no sólo nos sostienen la mirada sino que, además, no se amilanan a la hora de dejar aflorar sus miedos, sus inseguridades; sus contradicciones.
Nota: «Tiempo de brujas» estará abierta en la galería Plastic Murs de Valencia del 31 de octubre al 5 de diciembre.