De visita: Estudio Kilo

Carlos del Pozo y Maite Canet nos abren las puertas de su casa/estudio en el barrio de Ruzafa de Valencia.

Estudio Kilo
Carlos del Pozo y Maite Canet, componentes de Estudio Kilo.

Estudio Kilo está integrado por Carlos del Pozo y Maite Canet, diseñadores industriales licenciados por la Universidad Politécnica de Valencia. Kilo supone una continuación de Beard&Bangs, antiguo estudio en el que ambos militaban. “De alguna manera, era la manera lógica de continuar con nuestro trabajo”, señala Carlos. “Funcionábamos como autónomos, así que de alguna manera queríamos unificar cohesionar nuestra labor”, apunta Maite.

Estudio Kilo logo Suave

Kilo enfoca sus proyectos hacia el diseño gráfico y editorial. “No es lo que más nos gusta, pero realmente es lo que nos da de comer”, señala Carlos, quien prosigue: “Mi padre es ebanista, por lo que el diseño industrial para mi es algo muy vocacional y quiero entrar de lleno en ese campo. Al final de mi periodo de estudios, el sector del mueble estaba en horas bajas, aunque por ejemplo, yo estuve trabajando en la oficina técnica de una empresa con tanta trayectoria como JMM. La automoción es también un sector que me atrae muchísimo, pero es muy complicado persistir en él”.

Estudio Kilo Keep Them Raw

En cuanto a su trayectoria profesional, Maite apunta que “ha ido a mejor. Ahora somos más selectivos, no cogemos todos los encargos, ya que pensamos que pese a la actual situación, el factor económico no es nuestra primera prioridad”. Al hilo de este aspecto, Carlos señala que “buscamos expandirnos, no sólo dentro de la Comunidad Valenciana, sino también en el ámbito estatal. En enero nos vamos a Alicante, porque nos interesa mucho el diseño de juguete”. Para los integrantes de Estudio Kilo, el diseño industrial “es un camino menos trillado, y además, hay que tener en cuenta el nivel de los profesionales valencianos en este campo”.

estudio Kilo Keep Them Raw

Estudio Kilo Keep Them Raw

Estudio Kilo Keep Them Raw

Dentro del diseño gráfico hay dos proyectos de los que se sienten particularmente orgullosos. El primero es el trabajo “Keep’em raw” para una línea de tejanos fabricados en raw denim por Pedro del Hierro. “Debíamos saber comunicar las características particulares de esta línea a una clientela muy heterogénea. Por ello optamos por una serie de ilustraciones sencillas que constituyen una especie de guía, con un cierto aire de fanzine. El blanco y negro, que simplemente fue una opción escogida por temas de ahorro, jugó en nuestro favor. En color no hubiera funcionado”.

Estudio Kilo Suave

El segundo diseño del que hablan los dos integrantes de Estudio Kilo es Suave, un trabajo encargado por Tejidos Royo, empresa española especializada en la fabricación de telas a partir de una fibra denominada tencel, que se combina con el denim. “El naming Suave, pese a que en el extranjero no era fácilmente entendible, nos gustaba y sabíamos que iba a gustar. Recuerdo que estábamos junto al director creativo de la firma que en bolígrafo dibujó unas líneas aduciendo que el concepto gráfico debía de fluir. A partir de aquí realizamos casi cincuenta propuestas, puliendo el diseño, que acabó siendo similar a un tubo de aspecto orgánico realizado en 3D. Tras un proceso de tres/cuatro horas tenía el logo modelado, al que aladimos algunas sombras en color gris para que funcionara sobre blanco”, finaliza Carlos.

Estudio Kilo Happy Days

El último proyecto es el relativo a Happy Day, empresa madrileña de puericultura, para la que Maite empezó a trabajar desde una agencia. “Salvo el logo, había que crear una nueva identidad corporativa”, apunta Maite. “El mundo de los niños es poco invasivo, dulce… Lo que debía hacer era obvio, pero era necesario pensarlo bien y defenderlo, porque esta empresa venía del sector del metal galvanizado, donde eran líderes y en consecuencia, la imagen no era un factor que primara en sus decisiones”.

Estudio Kilo Happy Days

Estudio Kilo Happy Days

Estudio Kilo transmitió a la empresa madrileña que el proyecto global debía ser coherente. “En el catálogo se controló la calidad del papel, las ilustraciones, fotografías, maquetación, formato y artes finales, absolutamente todo, porque el catálogo anterior era muy duro, tanto en el tacto como en el aspecto visual”. En cuanto al packaging, “ordenamos la distribución de todos los elementos, que con anterioridad no tenía ninguna coherencia: logos, códigos de barras, etc. Los dibujos, que siguen el estilo del estudio, están muy trabajados”.