Hasta el próximo 13 de enero, el Círculo de Bellas Artes de Madrid dedica una exposición a los carteles de cine realizados por Saul Bass.
Saul Bass es el protagonista de la nueva exposición del Círculo de Bellas Artes de Madrid, dedicada a la relación de Bass con el mundo del cine. Pese a que la actividad de Bass en Hollywood comenzó en la década de los 40, fue en 1954, cuando el director Otto Preminger le solicitó un cartel para su película Carmen Jones, cuando el nombre de Bass comenzó a destacar en los mentideros de la industria del séptimo arte. Preminger quedó gratamente impresionado por la labor de Bass y pidió al diseñador que realizara también la secuencia de los títulos de crédito. En ese momento, Bass se dio cuenta del potencial que encerraban esas primeras escenas. La relación con Preminger se consolidó gracias al cartel y secuencia de apertura de El hombre del brazo de oro (1955), filme que valió un Oscar a Frank Sinatra.
Para Alfred Hitchcok, Bass realizó secuencias de apertura que marcaron un antes y un después en el mundo del cine, ya que hasta ese momento, se limitaban a rótulos estáticos. Todo ello cambió con el trabajo de Bass para Con la muerte en los talones, Vértigo (de entre los muertos) y Psicosis. Bass había inventado una nueva clase de tipografía cinética. La carrera de Bass prosiguió durante varias décadas gracias a títulos como La vuelta al mundo en 80 días, Espartaco, Éxodo o West side story, hasta que a principios de la década de los 90, volvió a primera página de la actualidad gracias a su relación con Martin Scorsese, admirador confeso. Para el realizador de Taxi Driver, Bass colaboró en cintas como Uno de los nuestros, (1990), El cabo del miedo (1991), La edad de la inocencia (1993) y Casino (1995).
Fuera del mundo del cine, el trabajo de Bass es ampliamente reconocido gracias al diseño de logotipos mundialmente famosos para compañías como Bell, Continental Airlines, United Airlines o carteles como el de los JJ.OO. de Los Ángeles.