Mayte Piera reflexiona sobre el nuevo proyecto del estudio RGB Arquitectos.
Texto y fotos: Mayte Piera
“No es el ángulo recto lo que me atrae, ni la línea recta, dura, inflexible creada por el hombre. Lo que me atrae es la curva libre y sensual; la curva que encuentro en las montañas de mi país, en el curso sinuoso de sus ríos, en las olas del mar, en el cuerpo de la mujer preferida. De curvas está hecho todo el universo, el universo curvo de Einstein”.
Oscar Niemeyer
La tipología en L de la que parte el diseño de esta vivienda proyectada por RGB arquitectos, queda desdibujada por una serie de condicionantes que marcan a priori el trazado del proyecto. En las imágenes puede verse que la necesidad de mantener el arbolado preexistente en la parcela hace que esta adquiera formas curvas que ayudan a dinamizar el trazado. El resultado visual es un perfil de líneas sinuosas que genera un gran dinamismo.
Comenta el arquitecto, Ramón Gandía Brull, gerente y máximo responsable de RGB Arquitectos, que afrontar un proyecto sin un cliente final siempre resulta complicado: “realizar una vivienda cuyo objetivo es su venta, tiene un componente de impersonalidad que desampara”. Pero en esta vivienda, no obstante las restricciones evidentes en estos casos, ha contado con la ventaja de que el promotor también ha sentido el proyecto como suyo.
Nos cuenta que las principales pautas para el desarrollo del proyecto le fueron dadas por la propia ubicación y forma de la parcela, que tiene frente a dos calles y cuyo encuentro se materializa en una curva. “La estrategia de implantación en una parcela con esta condición, fue la de adoptar una tipología en “L”, que ya habíamos desarrollado en otros proyectos”, -apunta el arquitecto- “En este caso, contábamos con más elementos que nos abocaban a desdibujar esa forma tan rotunda: por una parte, la mencionada esquina curva; por otra parte, la normativa nos obligaba a mantener gran parte del arbolado, lo que nos generaba formas sinuosas al intentar ubicar la vivienda; por último, las diferentes vías rodadas que desembocan y participan visualmente de la parcela, propician un gran dinamismo que quisimos que se reflejase en el proyecto”.-
La idea queda definida por un gesto, una línea sinuosa que envuelve la mencionada forma en “L” y que consigue finalmente desmaterializar su condición ortogonal. Esta línea nace del propio terreno a modo de muro en cuña, recorre toda la vivienda en sus dos plantas y muere señalando al paisaje, al cielo.
El contorno de la vivienda puede dibujarse con un solo trazo, dotando de un gran dinamismo al conjunto. Su forma alabeada, ya que las curvas resultantes lo son en las dos direcciones, refuerza el dinamismo y mantiene la lectura en términos de continuidad.
La exuberancia de las formas dota de cierta plasticidad a la vivienda en la que, curiosamente, se conjugan a un tiempo rotundidad y ligereza. La rotundidad viene marcada por el uso del hormigón, elemento que permitió materializar la idea. La ligereza la da sin duda la sinuosidad del trazado. Como resultado, encontramos un espacio en el que la curva potencia el movimiento y genera una notable emoción visual.
