Reforma integral en la que el cambio en la distribución ha sido clave.
La vivienda proyectada por el estudio Manuel García Asociados (Manuel García y Belén Moratalla) está ubicada en la última planta de un edificio familiar, construído a mediados de los años 50 en el centro de Alicante. Los nuevos propietarios, (joven pareja con un hijo) heredan la que había sido la casa de unos de sus abuelos, y deseaban una vivienda totalmente renovada, con una distribución diáfana y una atmósfera contemporánea.
Influencia de la distribución anterior en el proyecto
Con una superficie útil algo inferior a los 80 m² y una distribución muy fragmentada y desordenada, poseía sin embargo el innegable encanto de las antiguas construcciones: un interior inundado de luz por los numerosos ventanales de su fachada, una considerable altura libre entre forjados y unos techos rematados por molduras de escayola.
Atendiendo a estas circunstancias, se desarrolla un proyecto de interiorismo que potencia las virtudes del espacio y resuelve sus inconvenientes; actualizando el modo de vida que se desarrollará en la nueva vivienda. Para ello la nueva propuesta presenta una distribución más abierta, continua y racional; sintetizando y organizando los diferentes usos en tres zonas: día, noche y servicio.
La zona de día comprende por un lado el salón comedor, volcado hacia la luz y las mejores vistas, y por otro un pequeño estudio. Éste se encuentra semi independizado tras un cerramiento de vidrio parsol, permitiendo al mismo tiempo cierta privacidad pero favoreciendo la comunicación visual entre ambas estancias.
Materiales y amueblamiento
La vivienda se ha equipado con reconocidas y seleccionadas piezas de mobiliario en tonos blancos, neutros y grises, impregnando al espacio de luminosidad. Como contrapunto, también se ha recuperado y restaurado alguna pieza de mobiliario de la antigua vivienda.
En cuanto a los materiales, se ha optado por una paleta reducida, sobria y eminentemente natural: la madera de roble teñida, que aporta calidez y elegancia; el mármol blanco portugués, que confiere a la vivienda tradición y nobleza; o el vidrio parsol gris, que contrarresta a los anteriores con su carácter moderno y fresco.
Con respecto a los falsos techos, algunos han perdido altura para dar paso a las nuevas instalaciones y regularizar la volumetría de las diferentes áreas. Sin embargo, en las estancias principales se ha optado por mantener una altura libre mayor; reproduciendo de forma sintética las antiguas escocias de escayola como una reminiscencia de los espacios originales.
Espacios con personalidad: estudio, cocina, baño principal
En el estudio destaca la generosa mesa volada realizada de nuevo en roble teñido. Sobre ella, una cuidada selección de obra gráfica de reconocidos autores y diferentes fotografías de viajes de los propietarios. Justo encima, aparecen nuevamente las molduras de escayola bañadas por la iluminación indirecta del falso techo.
Enfrente, una librería de suelo a techo realizada en el mismo material y por delante del paño de vidrio parsol, actúa de filtro visual entre este espacio y el salón contiguo.
La zona de servicio aglutina el distribuidor, un baño, la cocina y una pequeña galería. Ha sido precisamente esta zona, la más desfavorable y oscura, la que se ha convertido en el eje vertebrador del proyecto, transformando el baño en un gran cubo de espejo: “Un amplificador o núcleo central que multiplica la luz y refleja las diferentes actividades que acontecen a su alrededor.”
Al fondo del pasillo se encuentra la cocina, totalmente abierta al resto de la vivienda.
Buscando la máxima integración, los módulos inferiores se han realizado en roble, conformándose como un pliegue de la propia tarima del pavimento. Sobre ellos, el mármol blanco recorre encimera y paramentos verticales creando una continuidad formal y visual que además permite un fácil mantenimiento de esta zona de trabajo. Frente a ellos, el cubo de espejo contiene dos columnas destinadas a electrodomésticos y almacenaje.
El cubo central de espejo, protagonista del proyecto, alberga oculto en su interior el baño de la vivienda. Manteniendo la esencia del resto de las estancias, los materiales naturales como madera y mármol conforman un espacio elegante y sosegado; muy propicio para esta zona dedicada al cuidado del cuerpo.
Iluminación y zona de noche
Al igual que en el resto del proyecto, se ha prestado una atención especial al papel que desarrolla la iluminación artificial en cada zona. Por ello, el interior de la ducha, se ha resuelto con un techo tensado retroiluminado que aporta una iluminación cálida y difusa.
Por último, desde el pasillo accedemos ya a la zona de noche, orientada también al sureste. A través de dos puertas correderas de suelo a techo, y enrasadas a los paramentos exteriores, accedemos a cada uno de los dormitorios. Éstos además comparten una pequeña terraza con vistas al centro de la ciudad.
El dormitorio principal, gracias a la combinación de tonos claros, la abundante luz natural y las molduras de los falsos techos, se convierte en un espacio elegante y relajado.
En ambos dormitorios, el cabezal destaca del resto de paramentos gracias al papel vinílico en tonos grises.
El dormitorio infantil, con un aire más amable, es sin embargo continuista con el proyecto de interiorismo. Los textiles de formas geométricas y los tonos verdes son el guiño que hace de esta sencilla estancia un espacio más desenfadado.