Nuevo proyecto de diseño de interior localizado en el conocido Hotel Riviera e Benidorm.
El Riviera Music Lounge, nuevo proyecto del estudio de diseño de interior encabezado por Óscar Vidal Quist, es una sala de musical localizada en el Hotel Riviera de Benidorm, un hotel de playa recientemente renovado. El Hotel forma parte del complejo empresarial Hoteles Benidorm que incluye 4 hoteles y 6 locales de ocio, todos ellos muy próximos en la ciudad de Benidorm.
Existía un espacio sin uso en el sótano del hotel y se necesitaba completar la oferta de servicios con un nuevo bar que albergara celebraciones y fiestas, debía tener escenario y pista de baile, que le iba a dar una proyección para atraer al público exterior al Hotel. Tenía que ser un ambiente intimo y acogedor y al tiempo atractivo y sofisticado. Uno de los retos fundamentales era superar el hecho de que el espacio estuviera aislado del exterior, sin fachada a la calle y que los clientes debían acceder a el a través del hotel. Por tanto el espacio debía ser muy especial, reservando una sorpresa para mantenerse en el recuerdo de los clientes.
La propuesta propone un estilo muy diferente al resto de los locales del grupo, todos ellos temáticos (de rock ambientado en el oeste, ambiente pirata, un geographic pub…) El concepto es un club de jazz de Nueva York. La música en directo sería el enlace principal de la decoración y con la atmósfera cálida de los clubs clandestinos. Como se ha mencionado el espacio en el sótano solo disponía de una ventana exterior sin casi referencia desde el exterior por eso la iluminación cobraba un valor extraordinario, se planteó con un sistema de luces indirectas muy tamizadas y de un color muy calido, precioso casi dorado. Un ambiente muy acogedor con presencia de materiales nobles como el Onix retroiluminado para el preciosismo, ladrillo como referencia a los clubs new yorkinos y el toque clandestino, y tercipelo y madera para darle calidez al espacio.
Los elementos mas reseñables del club son: la barra de onix retroiluminado que inunda el espacio con una luz dorada casi mágica; las paredes cubiertas con referencias a los maestros del jazz, por un lado en forma de textos de y por otro de retratos para reforzar el caracter musical; un gran banco corrido con sentada tipo lounge tapizada en terciopelo le da un toque de una Boite de los 70’s; las cortinas de terciopelo dan una referencia teatral. El estudio de Óscar Vidal quiso hacer un contraste entre las dos zonas del local, escenario y pista con un techo acústico más alto y la zona de bancos más íntima con un techo y un suelo de madera más bajo.
Fotografía: Óscar Vidal Quist e Ildefonso Madrid Zamora