El diseñador de interior valenciano ha dado forma a una taberna contemporánea en el centro de Valencia.
En el antiguo espacio de una clínica, el equipo de Julio Guixeres acometió recientemente el diseño de interior para un céntrico restaurante de la ciudad de Valencia, en un trabajo con una duración de tres meses. En un entorno anteriormente compartimentado, en el que tanto vigas como pilares se encontraban ocultos, la primera decisión fue derribar la tabiquería para obtener tres plantas diáfanas.
El encargo inicial por parte del cliente no era el de un local de diseño rompedor. Se trataba de crear una taberna contemporánea. Por tanto, a partir de unas determinadas pautas, el equipo encabezado por Julio Guixeres ha diseñado un entorno que remite a la impronta de las antiguas tabernas, con matices propios, como el empleo del color negro y el granito en contraposición con el mármol blanco, combinados con distintos tipos de papel (planta a nivel de calle) y madera de roble. En esta planta, a pesar de las granes cristaleras, el equipo de diseñadores de interior se encontró con un cierto déficit de luz natural, por lo que se optó por una iluminación indirecta con tecnología LED.
Entrando desde la calle, a mano izquierda, el cliente se topa con una zona de mesas altas en madera de wengé (diseño de Julio Guixeres) y taburetes de Andreu World, situada junto a la zona de la barra, realizada en granito (material también empleado en las bancadas de la cocina), vista por el público y en la que también tiene una notable presencia el acero que dota de continuidad al espacio. Junto a la cocina encontramos una zona de comedor iluminada con lámparas de la firma belga Lightyear. La sillería empleada en esta ocasión es de la firma de Castalla (Alicante), Leber, mientras que el respaldo de las banquetas (de la misma empresa alicantina) es de cristal pintado en beige.
Tras ascender por la escalera, elemento que ha permanecido inalterable tras la reforma y desde la que se observa la gran lámpara de Mooi, se encuentra una planta superior en la que se ha optado por agregar unas bóvedas para resolver los problemas de acústica generados por la amplitud del espacio. En esta planta destacan la iluminación indirecta gracias a los proyectores situados en las paredes, el uso del ladrillo caravista y las vitrinas con producto expuesto que dotan de cierta calidez al espacio. Los separadores, que permiten intimidad entre mesas están fabricados en acero corten, mientras que el suelo de parqué es de roble aserrado.
Por último, señalar la importancia de un espacio como el cuarto de baño unisex, situado en la planta sótano y pensado como un punto de encuentro para los clientes. Las puertas, un diseño de J. Guixeres se basan en la imagen de las originales del local. Para el suelo se ha recuperado el pavimento hidráulico de origen, simulado en el papel que recubre las paredes. Los lavabos son de la firma Hydra, mientras que el diseño de los espejos ha corrido a cargo de la empresa Omelette-Ed.