Segunda parte de la charla de Álex Serrano con Ortifus y el realizador Ricardo Macián.
Lee aquí la primera parte de la entrevista a Ortifus y Ricardo Macián: Ortifus (I): “El espíritu primario de una falla debe ser la protesta pública”
Texto: Alejandro Serrano (Psychonauts Magazine)
Álex Serrano: ¿Cómo ves a los humoristas actuales? ¿Crees que se tiende demasiado al costumbrismo y a lo “apolítico”?
Ortifus: Me gusta mucho Eneco, de 20 Minutos, Malagón, de El Mundo, Forges… Recuerdo que en la transición había unos cuantos semanarios que reunían a humoristas gráficos como Por Favor o Hermano Lobo. Antes, los periódicos no tenían a dibujantes, a excepción del ABC, en el que publicaba Mingote, porque era un periódico de derechas. Yo no hubiera entrado nunca en periódicos como Las Provincias o en el Levante en su momento, porque entonces era prensa del movimiento. Cuando se acabó la prensa del movimiento, las cabeceras se ponen en venta, hasta que pasan a manos privadas, y por aquel entonces se genera una explosión de humoristas gráficos, que hasta entonces estaban trabajando en los semanarios, y eran contratados por los periódicos, eran símbolo de cierta libertad de expresión. A partir de entonces, no había periódico que no se preciase de tener a su propio humorista gráfico. Pero es que el humor gráfico es prensa, es una como una columna de opinión. Se acerca más a un periodista que a un dibujante. Yo, por ejemplo, no me veo como un dibujante. Paco Roca, por ejemplo, es un dibujante como la copa de un pino. Mi dibujo no lo puedes comparar con el de un dibujante. Es una firma. Con mi dibujo soy inconfundible, que es algo que deben hacer todos los artistas. Y que también debería aplicarse en las fallas, cada artista debería crear sus propios ninots. Hay demasiadas fallas parecidas.
Álex Serrano: Se convierten en un icono espectacular al que hacer fotos y chimpún.
Ortifus: Yo no voy a decir que las fallas han de ser como yo creo que deben de ser. Pienso que lo bonito sería que hubieran fallas de diferentes tipos, porque si permites eso, si no están forzadas por la puntuación de un jurado, habría más variedad. Vamos, lo ideal sería que las grandes fallas fueran de un padre muy diferente. Porque claro, cuando hay un premio hecho por un jurado dirigido, cuando el jurado dice que tal falla es la candidata, todo el mundo va a esa. Creo que los premios no se deberían dar el 15 sino el 19 para ver si un jurado tomaba en cuenta la afluencia natural del público hacia una falla en concreto. Habría muchas cosas que cambiar dentro de la Junta Central Fallera. Adelantaríamos más, aparecerían propuestas nuevas. Si no dejas espacio para lo nuevo, siempre se hará lo mismo.
Álex Serrano: Sí, ese parece ser un problema en Valencia, a todas las escalas.
Ortifus: “Es que esto va bien así”, y ya está. No, la vida anda, y es gracias a que sólo son unos cuatro los que la hacen andar. Es verdad que poco a poco se va moldeando a base de propuestas nuevas. No se trata de revolución y de romper lo que hay. Yo creo que la falla es un soporte muy bueno de expresión en la calle pero ha de ser un soporte vivo y no de homenaje como confunden algunos, para homenaje tenemos las bellas estatuas de los jardines.
Álex Serrano: No es como un museo que está separado de la calle.
Ortifus: Cuando me metí en las fallas, la izquierda me decía que qué necesidad tenía de meterme ahí, y la derecha que yo era un intruso. Y yo, como estoy convencido de que es un buen medio de expresión para la fiesta de la ciudad donde nací, no me importa colaborar de cuando en cuando. Pero no podría hacerlas todos los años, porque es muy pesado: trabajas con un equipo de gente muy amplio; carpinteros, escultores, pintores… Y yo estoy acostumbrado a trabajar solo, y responsabilizarme sólo de lo mío.
Álex Serrano: ¿Cómo ves el panorama de humoristas actual?
Ortifus: Yo creo que el humorista no dejará nunca de estar ahí. Porque además está muy bien aceptado por el lector que celebra y festeja sus pensamientos, pensamientos que ellos no tienen la oportunidad de expresar. Mientras haya lectores el humorista no morirá.
Álex Serrano: Entre vuestra generación y la nuestra, hay una brecha muy amplia en lo referente al humor. Nosotros nos hemos cansado de las clásicas fórmulas y buscamos otras formas, otras conexiones, dentro y fuera del humor. Un ejemplo representativo, en ese sentido, es Miguel Noguera.
Ortifus: Hay mucho tipo de humor, siempre lo ha habido, está el humor blanco, el humor costumbrista, el absurdo, el surrealista, yo me río con el humor de Noguera, es imaginativo y estrambótico tal vez, pero para imaginación despolitizada prefiero a Andy Riley, y el humor politizado se entiende cuando has sufrido una dictadura, tienes un sentido de rebeldía mucho más fuerte que si has nacido en democracia. A nosotros nos molestaba la palabra patria, las banderas, los uniformes,las fuerzas públicas siempre a las ordenes del poder, despreciábamos las marcas y hoy en día se hacen una colas increíbles para un nuevo modelo digital. A la juventud la han convencido de que izquierda y derecha son lo mismo, y que la corrupción es lo normal, eso es un triunfo de la derecha que hace que mucha gente desilusionada no vote.
Álex Serrano: En el momento en el que se dice eso se entiende que en el fondo no todos somos iguales.
Ortifus: Claro, es que llega un momento en el que, vale, si todos somos iguales, si todos somos corruptos, si no tenemos más remedio como nos quieren hacer creer (yo no lo creo, claro) pues prefiero ser un corrupto de izquierdas. La izquierda siempre tirará, con sus leyes, a los puntos básicos de una sociedad como son la educación, la sanidad, la dignidad en el trabajo, etc. Que luego les dejarán hacer lo que les dejen hacer, por supuesto. Pero que si alguien puede rascar algo para el trabajador, esa nunca será la derecha. Incluso al contrario, cada día al trabajador se les está arrebatando sus derechos. Entonces, qué ocurre, que últimamente me encuentro con gente joven que hace humor gráfico desideologizado, porque no les duele la barriga. Todos estamos marcados por la época, y la juventud domina muy bien la tecnología y hace unos trabajos muy perfectos pero les falta mala leche.
Álex Serrano: Parece que nuestra generación no se identifica en ese tipo de humor político, y busca su camino en otros temas, cuestiones y fórmulas.
Ortifus: El mundo está siempre en marcha, y es normal que cada generación busque su sitio donde más lo necesite.
Yo siempre tuve miedo, cuando empecé a hacer humor político, a que fuera algo tan poco duradero como otras cosas que había empezado. Sabía que hacían gracia mis viñetas porque pensaba que entraban dentro de un código humorístico determinado, pero no me veía llegando a los 67 años con ello y teniendo todavía público, incluso jóvenes, que admiran y siguen mi trabajo. Y eso que yo no he cambiado prácticamente. Sigo produciendo las mismas fórmulas clásicas, los mismos juegos de palabras. Tambien entiendo que mi humor ya no haga gracia a cierto sector más joven. Que es lo mismo que me pasa a mí con la evolución de El Jueves. Particularmente, disfruto con Mongolia, pero con El Jueves no. Con Mongolia me siento más en mi época.
Álex Serrano; ¿En qué está metido Ricardo Macián, más allá del documental «En clave de Ortifus»?
Ricardo: Yo hice un documental que se llamaba «Los ojos de Ariadna», sobre la filmoteca de Kabul. Cuando nosotros estábamos en Kabul, rodando, fue la época, casualmente, de las caricaturas de Mahoma, en Dinamarca. De hecho, nos tuvimos que esconder varias veces porque como extranjeros no nos podían ver rodando un documental sobre ese tema. Y precisamente ahora hacemos el documental de Ortifus, que es una reminiscencia de todo aquello. A mí me importa mucho la cultura. Creo que es fundamental para la libertad de un país. El futuro de Afganistán está en que la gente tenga cultura y decida por sí misma, no invadiendo a nadie con fuerzas armadas.Y aquí, en España, igual. El futuro, o pasa por la cultura, o no pasa. La educación, el librepensamiento, la libredecisión, el ser coherente con lo que haces y dices… Creo que estoy dando vueltas en un círculo muy elemental, tocando los mismos temas, porque literalmente, si sintetizamos, lo importante es muy elemental. Pero esa elementalidad es muy compleja. Es como sintetizar en una viñeta. Cuando la lees es muy fácil y rápido, pero ah, amigo, ¿y resumir todo eso?
Profesionalmente siempre he compaginado trabajos de sustento con otros que me han permitido desarrollarme interiormente. Pero la situación actual del audiovisual valenciano es tremendamente preocupante, y es muy difícil encontrar algo de trabajo. Visto el panorama, estoy intentando desarrollar, dentro del audiovisual, formatos que sean más comerciales sin renunciar al contenido. Con formatos más comerciales también puedes hacer labor de concienciación. Hace poco presenté un formato documental en Canal Historia, y me lo han aceptado.
Álex Serrano: Es difícil que un proyecto audiovisual se sostenga en Valencia.
Ricardo Macián: Ten en cuenta que el audiovisual está menospreciado, pero es uno de los pocos sectores que puede generar trabajo a corto plazo de manera significativa. Es un sector relacionado con la tecnología y las nuevas tendencias que si se gestiona bien, en cuestión de meses podría crear tres mil o cuatro mil puestos de trabajo, que es lo que ha generado el cierre de Canal 9, y el cierre de todas las productoras.
Álex Serrano: ¿Qué cambiarías del panorama audiovisual local?
Ricardo: Yo creo que es fundamental un motor como una televisión pública y un planteamiento del audiovisual como industria. Nadie se espanta que el sector agrícola o el automovilístico reciba ayudas; y las reciben cuantiosamente, sin embargo, cuando hablas de ayudas en el sector audiovisual, parece que seas un parásito y no, no, el sector audiovisual es un sector que da trabajo y puede generar mucho más con esas ayudas. Sí que plantearía un cambio en las subvenciones, un control exhaustivo de los resultados y el producto que sale de ellas. Es decir, generar productos para poder venderlos, no para que se queden en un cajón. Pero yo creo que la gente joven va a cambiar sí o sí, porque va con ellos. Yo tengo 51 años y a lo mejor me podría costar más, aunque soy bastante adaptable. Cambiar la mentalidad es dificilísimo cuando llevas más de media vida funcionando de una manera determinada, por eso digo que el cambio tiene que venir de los jóvenes también, porque ya sabéis cómo va el sistema y qué hay que cambiar. Por eso mucha gente se va fuera, porque fuera hay posibilidades, y aquí no. Las oportunidades que salgan vendrán, no solo de una televisión pública, fundamental por otra parte para la información y la industria audiovisual, también de la necesidad y de la capacidad de crear productos de todo tipo que sean exportables y vendibles. El ciudadano tiene derecho a estar informado de manera independiente y a tener voz en una televisión de todos, y creo que no está en desacuerdo en pagar una cantidad asumible por ello; lo que demanda es una correcta gestión que equilibre el servicio que se da con lo que cuesta. Y no estamos hablando solo de equilibrio económico. Así que definamos la necesidad de una televisión pública con contenidos propios y en nuestra lengua, y el derecho a contar con un sector afianzado en todo el mundo, como es el audiovisual, que también genere riqueza. ¿Quién en su sano juicio se plantea un futuro a espaldas de este sector?
Álex Serrano: ¿No habrá retorno para la televisión pública en Valencia?
Ricardo Macián: No lo sé. Con la caída de la televisión pública ha habido una ruptura. No saben lo que han hecho. Fíjate en la Ciudad de la Luz, lo que podría haber sido y lo que es. Humo. El miedo es la muerte del periodista y el miedo ha sido la muerte de Canal 9. El amo hace y deshace, y en este caso como no interesaba, se cerró. Y la clave está en la palabra amo, sujeto que no verbo. No se puede ser amo de lo público ni de la cultura, y aquí han demostrado de sobra que les importa un bledo lo público y la cultura valenciana. Han sido capaces de matar un sector por no se sabe qué motivo. Quizá porque no podían poseerlo.
Álex Serrano: Y para concluir, ¿hacia dónde se dirige Ortifus?
Ortifus: Pues la verdad, yo quería retirarme ya. Pero como en el periódico me dejan total libertad, voy a seguir dibujando hasta que mi salud me lo permita. Aunque ya ha empezado a darme toquecitos. También evito las apariciones en público. Estos últimos años me he negado a recoger algún premio. Lo público no me gusta nada, es un coñazo, siempre lo he rehuido. Quiero descansar. Si en un momento dado vuelven a reunirse las condiciones para montar otra falla, lo haré. Pero ahora me gustaría descansar un poco. No voy a dejar de trabajar completamente, pero sí que quiero descansar de hacer cosas que me comprometan demasiado profesionalmente, porque tengo un sustento económico suficiente. Así que, qué menos que reírme de todos los que nos putean, mientras tanto, con alguna viñetita.
Y luego, por otra parte, voy a seguir tocando la guitarra. Es mi cigarro. Tengo siete guitarras en diferentes puntos geográficos. En el chalet, en casa de mi hermano… Las dejo ahí para no ir siempre cargado con ellas. Me relaja mucho. Toco la guitarra entre una o dos horas al día. Y la verdad es que me encantaría volver a tocar con algún grupo. Al cabo de los años te das cuenta de lo difícil que es encontrar un grupo que tenga las mismas aficiones que tú.
Álex Serrano: ¿Algo que añadir para concluir?
Ricardo Macián: Este tipo de producciones no se podrían hacer sin la colaboración de los miembros de un equipo que está por la labor y que ha trabajado duro, más allá de lo remunerado; por “amor al arte”, a pesar de todos los palos que les han dado. Porque esto no se hace por dinero. Se hace por la creatividad, por la necesidad e contar, por las ganas que aún llevamos dentro, y por una figura tan admirable como es la de Ortifus.