El diseñador de interiores, decano de CDICV, pasó por Diálogos 2013. Reflexionó sobre la realidad de la profesión a través de un proyecto de su estudio, Sánchez Delgado.
El actual decano del Colegio de Diseñadores de Interior de la Comunidad Valenciana (CDICV), Miguel Sánchez, comenzó su disertación en Diálogos2013, aludiendo a la escasa participación de alumnado de escuelas de diseño como la EASD en concursos remunerados en los que ha sido jurado, caso de Cevisama Lab, Valencia Crea o el convocado por el propio CDICV. Sánchez Delgado incidió también en la intención de conectar de una manera más eficiente el CDICV con la EASD, al tiempo que reflexionó sobre la situación actual de los estudios de Diseño, ligados a la incorporación del alumnado al mundo profesional.
Según Sánchez Delgado, un primer paso indispensable es “conectar con la realidad actual”, por lo que su conferencia estuvo ligada a la presentación del proceso de trabajo de un proyecto llegado a su estudio de arquitectura de interior. Sánchez Delgado manifestó que cualquier proyecto que entra en su despacho es tratado como si de un proyecto de concurso se tratara, ya que de manera inconsciente, “las rutinas de trabajo a veces te llevan a dejar de lado esto en algunos de los proyectos que inicialmente tienen un interés, a priori, más limitado”
En este caso, el proyecto era una vivienda de 156 m2 en un edificio de 8 plantas, sin una complejidad inicial especial. En un principio, se podía haber optado por satisfacer simplemente las necesidades del ciente (actuar sobre baños y cocina). Analizando el uso de la vivienda, Sánchez Delgado llegó a la conclusión que de la vivienda, los propietarios apenas utilizaban de una manera habitual 51,5 m2, lo que suponía el 33% del total (salón/comedor, dormitorio principal y despacho/biblioteca). El estudio valenciano optó por escoger como piedra angular del proyecto las vistas de una habitación casi sin uso, y orientar la nueva distribución hacia ese enfoque. Por tanto, el cambio más importante fue situar la zona de noche en la zona más “desprotegida” de la casa, de modo que la zona de día se beneficiara del enfoque inicial antes comentado.
En esta zona de día se sitúa un gran armario que esconde una cocina completa, integrada en el salón/comedor. Las diagonales empleadas en planta ayudan a remarcar este espacio. Estéticamente, el espacio denota cierto clasicismo, con espacios abiertos y mobiliario en tonos blancos que realza la luz natural. En cambio, la biblioteca, que en caso de necesidad puede hacer funciones de comedor (está separada mediante un cerramiento acristalado) remite a un uso de maderas nobles, con la intención de proporcionar un ambiente acogedor y de cierta intimidad. La zona de noche, antes mencionada, cuenta, gracias a la nueva distribución, con una suite principal de 24 m2 y una habitación multifuncional adyacente de 20 m2, que sumado a la zona de día sitúa el porcentaje de espacio usado por los propietarios en la nueva vivienda por encima de un 70% del espacio total, doblando, de este modo, el porcentaje comentado en el párrafo anterior.