Alejandro Serrano entrevista a la diseñadora de interior con motivo de su participación en Diálogos 2017.
Texto: Alejandro Serrano (Psychonauts Magazine)
Fotografías: Isabel López Vilalta & Asociados
Alejandro Serrano: Tu perspectiva del diseño es muy social, y al hilo del diseño entendido como una forma de potenciar los vínculos sociales, ¿piensas que el diseño imperante aísla más que conecta o pone en relación?
Isabel López Vilalta: Creo que el diseño en cuanto a espacios interiores, conecta, acoge. Lo que pasa es que quizá no acoge de una manera interesante o de una manera conceptual o profunda, sino de una forma más superficial, efímera y veloz. Pero también es verdad que el mundo de las nuevas tecnologías es nuevo y aún tenemos que aprender cómo usarlo bien, consiguiendo que esté a nuestro servicio y no al revés. Estamos en un momento muy interesante, de cambio importantísimo, que lo podemos encontrar en el avance de la inteligencia artificial, que está cambiando la vida de la sociedad.
Alejandro Serrano: En ese sentido, ¿crees que de un tiempo a esta parte ha cambiado la perspectiva y la metodología de abordar los proyectos de diseño?. Por ejemplo, ahora se tienen en cuenta aspectos que hace unas décadas no se le daban tanta relevancia, como el emocional.
Isabel López Vilalta: No sé si el aspecto emocional recibió ese peso, pero las nuevas tecnologías aplicadas a la construcción han hecho que se puedan abordar los proyectos de manera diferente, tanto los de vivienda como los de negocios, como restaurantes y tiendas. En ese sentido, creo que sí, y es una gran aportación para controlar el consumo y seguramente para interactuar con el usuario. Yo creo que en ese sentido, es interesante, y estamos ante un nuevo camino.
Alejandro Serrano: ¿Cuál es tu criterio a la hora de enfrentarte a tu proyecto? ¿Hay algo recurrente en cada proyecto que empiezas?
Isabel López Vilalta: El recurrente sería la honestidad con la cual me enfrento a un nuevo proyecto y cliente. Ese es el abecé de mi trabajo. Me gusta ser honesta con mi trabajo, el proyecto, el usuario y el empresario que me lo encarga. La honestidad es un valor que no está muy presente en la actitud de muchos diseñadores. Como profesional en mi campo, tengo que resolver problemas y dar forma a unos deseos. A mí me contratan para que les ayude a resolver algo que los clientes no pueden, o creen que yo puedo hacer mejor que ellos u otros profesionales, y eso es algo que me gusta hacer. Siempre desde mi perspectiva y conocimiento, sin ponerme a merced de nadie, y siendo muy consciente de lo que puedo aportar en tal o cual negocio o vivienda, para aportar soluciones y mejoras en su vida personal y profesional.
Alejandro Serrano: ¿Crees que falta pragmatismo en muchas de estas soluciones que abordan los diseñadores?
Isabel López Vilalta: Más que pragmatismo lo que creo que hace falta es oficio. Cada vez la arquitectura de interior, el interiorismo, está más alejado del mundo de la construcción y se están acercando más al de la decoración. O al menos, lo que yo tengo entendido que es la arquitectura de interior, que es una disciplina ligada a la construcción y la rehabilitación, ligadas a sistemas constructivos. Creo que hay que saber detectar las patologías a las que uno se enfrenta a la hora de abordar un nuevo proyecto, y resolverlas, dando una respuesta formal y lo más bella posible.
Alejandro Serrano: La concepción popular que se tiene del diseño es de mero atrezzo. Supongo que esta idea la tendrán arraigada muchos clientes.
Isabel López Vilalta: Sí, por eso a muchos les sorprende que nuestras respuestas sean más técnicas y profesionales, sin perder de vista la parte estética, que es fundamental. Porque en el confort está la estética, y creo que las cosas deben ser bonitas. Lo decían ya los griegos, que la belleza hacía más inteligentes a los hombres. Pues bien, si puedo ayudar a que los hombres sean más inteligentes, ¿por qué no hacerlo?
Alejandro Serrano: ¿Qué es lo esencial en el encargo de una vivienda?
Isabel López Vilalta: Cuando ayudo a resolver una casa, para mí lo más importante es conocer a la gente que la habitará, es decir: qué tipo de familia es, si es monoparental, cuántos miembros hay en la familia, cómo se relacionan entre ellos, cómo se produce la vida o cómo les gustaría que se produjera la vida, a quién le gusta cocinar en la casa, si comen fast food, quién se ocupa de los hijos, si se turnan, qué edad tienen los hijos si es que tienen… En definitiva, trato de escuchar al interlocutor que tengo, para después observar el lugar en el que tengo que actuar. Y una vez obtenidos estos datos, empiezo el proceso proyectual para dar soluciones creativas después.
Alejando Serrano: ¿Es la vivienda uno de los trabajos que exigen más responsabilidad?
Isabel López Vilalta: Sí, porque creo que en un local público ocurre todo lo contrario que en una vivienda, donde ahí uno no puede asentar cátedra. Cada vivienda es un mundo particular. Frente a otros encargos, en el de la vivienda tengo que escuchar más y hacer un esfuerzo para meterme más en la vida de cada uno de los usuarios que la habitarán.
Alejandro Serrano: ¿Cómo abordar una vivienda en una época que tiende al nomadismo?
Isabel López Vilalta: Si realmente se tiende al nomadismo, hay que actuar en consecuencia. Por lo tanto, hay que tomar determinadas decisiones de elegir un piso para sólo amueblarlo. En definitiva, se trata de saber qué es lo que quieren que transmita, si paz, serenidad, alegría o jolgorio. Depende de lo que quieras en la vida. Porque la vida es muy larga y hay momentos para todo. Uno no quiere lo mismo a los veinte años que a los cuarenta. Así que, si se tiende al nomadismo, recomendaría casas pequeñas y poco comprometidas en barrios donde gustase vivir y donde se cociera más el mundo local.
Alejandro Serrano: ¿Cuáles son los deseos más comunes de tus clientes en el caso de la vivienda?
Isabel López Vilalta: Cuando un cliente se pone en manos de un interiorista es porque pretenden hacer las cosas bien, o al menos, mejor de lo que podrían hacerlo ellos mismos.
Alejandro Serrano: ¿Qué has querido transmitir a los alumnos de la EASD Valencia en tu jornada de Diálogos 2017?
Isabel López Vilalta: Lo que he querido ha sido coger varios ejemplos, a modo de excusa, para explicar algunas experiencias, y poder explicarles cómo me enfrento a la profesión, para así generar algunas preguntas y establecer un diálogo, ya que estaba invitada a eso: a dialogar. Y creo que se ha mantenido un buen diálogo. Es muy placentero sentirse útil.
Alejandro Serrano: ¿Cuáles son tus proyectos actuales?
Isabel López Vilalta: Acabamos de terminar un proyecto interesante por poco habitual en Madrid, que ha sido para la empresa Frigicoll, que es una empresa que tiene marcas representadas y son expertos en el mejor frío, cocción y extracción. Y han invertido en Madrid en un local estupendo para poder darlo a conocer al público en general, y en este caso, al público doméstico. Este es un proyecto que también estamos haciendo en Barcelona, que se encuentra más ligado a la sede central, y que es mucho más ambicioso, puesto que hay una zona de exposición, no sólo en el ámbito doméstico sino también en el profesional, porque Frigicoll están especializados, por ejemplo, en el frío de automoción, en proyectos de refrigeración, cocinas industriales o instalaciones de aire acondicionado como la T1 del aeropuerto de Madrid… Acabamos de terminar un centro médico en Barcelona destinado a un público de habla inglesa. También estamos haciendo en Marbella un chiringuito en la playa para el Hotel El Fuerte y rehabilitando un hotel en Mallorca para el grupo Inturotel. En fin, estamos en diferentes proyectos por todo el territorio español con un equipo estupendo de arquitectos, aparejadores e interioristas. Así que estamos muy contentos.
Alejandro Serrano: Para terminar, ¿qué te ha dado la experiencia de los años?
Isabel López Vilalta: Me ha dado un poco más de paciencia y de generosidad. Pero eso forma parte de la vida, porque cuando eres joven tienes más ímpetu, pero menos experiencia. Y como comentaba en la conferencia, uno tiende a ser más individualista, porque tampoco tiene mucho que compartir. Pero cuando empiezas a intuir quién eres, y tienes más seguridad en ti mismo, puedes ser más generoso. Escuchas más a los demás, porque te das cuenta de que te aportan mucho. La edad te brinda también el poder disfrutar más de las pequeñas cosas.