Entrevista con Nacho Lavernia, Premio Nacional de Diseño

Nacho Lavernia. Foto: Lavernia&Cienfuegos
Por Tomás Gorria (DissenyCV)
El pasado 30 de mayo le fue concedido a Nacho Lavernia el Premio Nacional de Diseño. Pocas horas después de conocer este galardón nos pusimos en contacto con él para solicitarle una entrevista. Tres semanas después no imaginábamos que íbamos a ser el primer medio valenciano en publicar una entrevista en la que Nacho nos cuenta sus impresiones y recorre su trayectoria.  La cobertura informativa de este importante reconocimiento en los medios valencianos ha sido sorprendentemente exigua, lo que de algún modo justifica la existencia de un medio especializado como este, cuyo objetivo no es otro que difundir la realidad y el talento del diseño valenciano. Para nosotros, sin duda, es la noticia del año.

DissenyCV (en adelante, DSSNY): Contigo ya son dos Premios Nacionales salidos de La Nave. ¿Imaginabais cuando estabáis en La Nave el reconocimiento que habéis llegado a tener?
Nacho Lavernia (en adelante, NL): No. En el momento no se piensa en ese tipo de cosas. Ha sido con los años cuando nos hemos dado cuenta de la trascendencia que ha tenido La Nave, no sólo para nosotros, que esto ya lo sabíamos, sino como referente de una etapa y de un modo de abordar la profesión, en España y también fuera.

 

DSSNY: ¿Qué importancia otorgas al importante número de diseñadores y empresarios valencianos que han merecido este galardón?
NL: Bueno, tampoco son tantos. Si no me falla la memoria tres diseñadores y dos empresas. Creo, de verdad, que para el potencial de Valencia en el contexto español, son pocos. Pero estoy seguro que en poco tiempo habrá más valencianos con este premio.

DSSNY: La vuestra es la generación de los pioneros, ¿cómo ves el momento del diseño valenciano?
NL: Es un momento fantástico. Hay una generación de jóvenes profesionales realmente buena. Con muy buena formación y trabajando a nivel internacional, capaces de moverse muy bien en el mercado global. Pero no hay que olvidar que el diseño valenciano se ha desarrollado mucho en torno a la industria local del mueble, la iluminación, productos para el hogar.

No sé que va a quedar de estos sectores tras la crisis actual, y sin una infraestructura industrial local se cerrarán muchas puertas a los que empiezan. Espero que se salven suficientes industrias para que no se quiebre esta estupenda cosecha de profesionales de estos últimos 25 años.

 

 

Foto: Dani Carbonell

DSSNY: ¿En qué momento de tu carrera como diseñador recibes este premio?
NL: Cuando terminó la etapa de Gimeno&Lavernia y monté Nacho Lavernia y Asociados quería dedicar gran parte de la actividad del estudio al diseño de producto, que desde La Nave apenas había practicado, y pensé que sería una etapa más suave, más tranquila. Pero me encontré con dos elementos que hicieron cambiar mis planes.

Una es Alberto Cienfuegos, mi socio actual y entonces mi alumno en el CEU, que ha resultado ser un diseñador extraordinario que ha añadido una calidad y un estímulo enorme a todo lo que hacemos. Y la otra es que descubrimos el diseño de packaging, un campo para nosotros nuevo y en el que nos volcamos porque cubríamos sus dos facetas, la de diseño estructural, es decir el diseño 3D de los envases, y la del diseño gráfico. Nos sentíamos muy cómodos en este territorio y, además, supimos ver que era una actividad en alza. Con el tiempo me ha ocurrido algo que, de verdad, no esperaba que me volviera a suceder desde que se acabó La Nave, y es tener esa sensación tan estimulante de pertenecer a un equipo que no sabes dónde puede llegar, en el que cada proyecto es un reto, un desafío.

DSSNY: ¿Continúas teniendo interés por el diseño? ¿Qué parte del proceso te interesa más en este momento?
NL: Cada vez me interesan más los aspectos estratégicos y la consideración del diseño desde un punto de vista que no es el tradicional. Estoy de acuerdo con Renato de Fusco y su visión del diseño como la suma de cuatro factores, proyecto, producción, venta y consumo. Su famoso “quadrifoglio”. En “La cultura del diseño” , Guy Julier dice que la historia del diseño se ha construido en base a los autores, a las biografías de los diseñadores, pero se podría construir a partir de los objetos, las empresas y los sectores industriales que han hecho posible el desarrollo y la realidad del diseño, tanto gráfico como industrial.

Mi generación, y me parece que esto no ha cambiado mucho, tuvo como referente básico del diseño y como precedente indiscutible la Bauhaus y toda la linea del diseño moderno que surge de ahí. Sin embargo el diseño americano de entreguerra (Dreyfus, Tiggy, Loewy, Bel Gedes, etc.), tiene una visión del diseño y de la profesión mucho más cercana a la que impera actualmente. Son un referente más próximo desde el punto de vista profesional, en el que el mercado (producción, venta y consumo) está muy presente.

DSSNY: ¿Cómo valoras la casi nula repercusión mediática que ha tenido en los medios de comunicación valencianos el premio que te han concedido?
NL: Hoy los medios están preocupados por otros asuntos. Y es lógico. Hoy que te vaya bien no está bien visto, salvo para los amigos. De modo que no sé si lamentarlo, porque pone de manifiesto que el diseño sigue sin interesar y esto no es bueno para la profesión, o si alegrarme porque puede significar que el diseño deja de ser algo espectacular y noticiable para ser una actividad más, y este premio se queda en ese plano menos mediático y más profesional. Personalmente lo prefiero. No me siento cómodo en los medios y menos ahora.

DSSNY: El nivel de internacionalización de tu estudio se ha incrementado notablemente en los últimos años, ¿qué diferencias esenciales ves en la percepción sobre el diseño entre España y otros países?
NL: Desde hace unos cinco años estamos trabajando mucho fuera, pero para grandes empresas como Unilever, Delhaize, Philip Morris, Natura Cometics o Rosel. No son la representación de la empresa media en esos países. Las grandes multinacionales trabajan con diseño desde hace muchos años y tienen un buen conocimiento del mundo del diseño, siguen todo lo que se hace y sienten un gran respeto por nuestro trabajo. Por otro lado sus procesos son largos y complejos y el hecho de que se dirijan a un número gigantesco de consumidores hace que innovar requiera de un talento y un esfuerzo extra.

DSSNY: ¿Crees que la inversión en I+D puede ayudar a la sociedad a salir de la crisis económica?

NL: El problema no es salir de la crisis, sino cómo salimos de ella. Si lo que nos queda es el turismo y la oferta de servicios sin mucho valor añadido, mal asunto. La única salida con futuro, yo creo, es que seamos capaces de desarrollar actividades ligadas a la Investigación, a la Innovación y al Diseño.

DSSNY: Philippe Starck declaró hace poco que no sabía lo que era la estética. ¿Qué importancia concedes a «lo estético» en tu trabajo?
NL: Esto que dijo Starck no es ninguna tontería. Nuestra civilización no ha parado de escribir y discutir sobre qué es la estética y no creo que pare. La cuestión es que en diseño, desde el principio, se ha querido enfrentar la estética a la función. Y en esta dicotomía la estética era la parte frívola, la superficial. La realidad es que hoy en día no hay una línea que separe los valores funcionales de los valores estéticos. Creo que lo que en diseño llamamos estética no es tanto la belleza sino la capacidad comunicativa del objeto. El pop art y la publicidad han cambiado nuestra forma de mirar. Hoy en día la funcionalidad del objeto va más allá de lo material. Ese dilema entre forma y función creo que ha quedado en un segundo plano.

DSSNY: Si tuvieras que elegir entre tus trabajos, dos o tres piezas, ¿cual elegirías?
NL: Elegiría más de tres. Y no tanto por su diseño sino por lo que significan. La señalización de la autopista, porque fue un trabajo hecho en La Nave con dos personas que han sido decisivas en mi trayectoria, Daniel Nebot y Paco Bascuñán. El Aigua de València porque fue el primer trabajo que Alberto y yo hicimos de packaging y nuestro primer Laus. La web Impivadisseny porque me dio la oportunidad de trabajar en la teoría de la gestión del diseño, que es algo que siempre me ha interesado.

Comotú, la línea de fragancias diseñada para RNB, porque fue el inicio de una colaboración y una metodología de trabajo que nos ha marcado de manera decisiva. Y el programa de señalización Pictos, que diseñamos Alberto y yo, porque es una muestra de las más de 100 piezas de baño diseñadas para Sanico a lo largo de casi 15 años y, además, nos valió un Delta de Plata en el que Gillo Dorfles estaba en el jurado y eso me emocionó porque Dorfles fue una de las personas que a través de sus ensayos sobre arquitectura, arte y diseño más influyó en mi formación.

DSSNY: Viviste un momento en el que el diseño era valorado por las instituciones. ¿No crees que en este momento es un error que las instituciones desdeñen el diseño como una herramienta de transformación y de progreso social?
NL: De entonces a aquí la situación del diseño ha variado mucho. Aquella era un época en la que las instituciones debían marcar el camino. Todo estaba por hacer. Ni la sociedad ni el tejido empresarial sabía qué era el diseño, para qué servía. Y creo que al menos aquí se hizo muy bien. Ahora ya no es así. En parte desde luego por el esfuerzo que se hizo entonces. Hoy en día las empresas y la sociedad conocen nuestra profesión y la valoran mucho más que hace años, aunque aún haya mucho que mejorar en este sentido.

Pero, es cierto, creo que las instituciones cada año van a peor. Una de las primeras cosas que desapareció cuando empezó la crisis fue el DDI (la Sociedad Estatal para el Desarrollo de la Innovación y el Diseño). Fue todo un síntoma. Tengo la sensación también de que la sensibilidad hacia el diseño de la administraciones públicas en general, como clientes, ha ido a menos. También a las empresas les cuesta confiar en el diseño como una herramienta para ser más competitivas y, sin embargo, ahora más que nunca deberían hacerlo.

Imagenes extraídas  de Lavernia&Cienfuegos.