Primera parte de la entrevista al diseñador valenciano José González, que en la actualidad trabaja en Japón para Yamaha.
Por Tomás Gorria.
José Gonzalez es un diseñador valenciano nacido en Valencia, segundo de tres hermanos. Pasó su infancia en la localidad de Manises, donde su padre, José González Martín-Consuegra, ubica su taller de escultura. Allí crece en un ambiente artístico. Cursó estudios secundarios en la Escuela de Artesanos (Valencia), donde descubre sus inquietudes creativas y donde decide estudiar Ingeniería en Diseño Industrial obteniendo el título de Ingeniería Técnica en Diseño Industrial en 2008. En su último año de universidad realiza prácticas en departamentos de diseño y arquitectura. Expone sus proyectos personales en el espacio para los nuevos diseñadores «NUDE» en las ediciones de 2007 y 2008 y sus diseños son publicados en revistas internacionales como SURFACE e ID Magazine, ambas de Nueva York. Ese mismo año comienza a trabajar para Eve Design Group donde han trabajado diseñadores de la talla de Tresserra. Desde 2011 vive en japón trabajando como «senior designer» para Yamaha Corp., desde donde nos ha respondido a la siguiente entrevista.
DissenyCV (DCV): Porque decidiste salir de España?.
José González (JG): La verdad es que no fue algo que meditara o planificara con antelación. A mediados del 2011 me encontraba trabajando en Valencia y un día recibí un email que me proponía un proyecto de colaboración con una multinacional japonesa. Ellos supieron de mi existencia tras haber expuesto en Saint-Étienne (Francia), en el pabellón español. Tuvimos una primera entrevista por Skype donde me explicaron con más detalle en qué consistía tal proyecto, el cual terminó en el proceso de selección para trabajar en Yamaha Music en Japón. Les envié mi portfolio para entrar en el proceso y lo seleccionaron para hacer la entrevista personal. Finalmente me seleccionaron y a los dos meses me mudaba a Hamamatsu para empezar una nueva vida con nueva casa, gente, cultura etc. En fin toda una experiencia.
DCV: ¿Que diferencias encuentras entre la valoración del diseñador en el pais en el que vives y en España?
JG: Me parece que en España hoy en día seguimos debatiendo y tratando de explicar la importancia del diseño, el valor de un buen diseño y por qué tan es necesario. En Japón, creo que ese periodo quedó atrás. Está más asumido por la industria que el diseño es necesario para generar buenos productos, que hay que dedicar un tiempo a la conceptualización de los mismos y para ello son necesarios profesionales especializados. De todas maneras en esta área se ha avanzado mucho en los últimos años en España. Por otra parte la cultura japonesa es muy respetuosa con el prójimo, por ello a la hora de criticar un diseño suelen ir más allá del “a mí eso no me gusta” .
DCV: ¿Es conocido en el país en el que vives el diseño español? ¿Y el producido en la Comunidad Valenciana de manera específica?
JG: Creo que algo si pero no mucho. No si hablamos como país, ya que es muy fácil encontrar diseñadores españoles en revistas, especialmente a Jaime Hayón o Patricia Urquiola, tenemos buenos embajadores del diseño. Yo diría que es buena su valoración hacia el diseño español pero por delante se encuentra el diseño alemán, francés o italiano. En mi caso, cuando Yamaha estaba buscando diseñadores extranjeros, de tres vacantes me comentaron que querían contratar al menos un español, claro que ya habían tenido franceses, alemanes e italianos. Lo único que se conoce por aquí de Valencia son las naranjas. Siempre que puedo trato de poner Valencia en el mapa y explicar que es una ciudad clave del diseño en España, pero bueno, si no localizan Valencia, es difícil que el mensaje cale.
DCV: ¿Que le dirias a un diseñador que se encuentre sin trabajo en España?
JG: Es difícil aconsejar en esas situaciones, no puedo decir que cojan la maleta y salgan a buscarse la vida fuera, de hecho en mi caso no fue así y vivir lejos de casa no es siempre fácil. Pero creo que limitarse a una región territorial como es el país de origen es un hándicap. Hay que abrir horizontes, Si surge la oportunidad yo recomiendo intentarlo, y claro, por lo general, para que surja hay que moverse. Al que decida salir al extranjero yo le recomendaría irse con algo sólido ya en la mano, como un contrato laboral por ejemplo. En el caso de los más jóvenes, los que están acabando o han acabado recientemente sus estudios les diría que traten de engordar el portfolio para ganar la confianza de clientes o empresas. Para ello una es concursar, otra realizar proyectos propios y presentarlo a exposiciones, revistas o blogs de diseño como el vuestro. Otra posibilidad es prácticas en empresas importantes o estudios reconocidos, esto mejorara tu currículo.
DCV: ¿Que horarios de trabajo tienes?
JG: Bueno los horarios en Japón es un caso bastante particular, pero hoy por hoy no es algo exagerado. En mi caso la jornada suele rondar una media de 9 o 10 horas diarias, sobre 9,15h más o menos es mi ratio. Antes del 2008 tengo entendido que se trabajaban más horas, pero con la crisis la cosa se ha moderado a algo más razonable. En mi empresa tenemos flexibilidad de hacer más o menos horas extra dependiendo de la carga de trabajo, eso sí con un límite de 40 horas extra mensuales (unas 2h por día) y como mínimo 7h 45m diarios es nuestra jornada básica, y se pueden compensar unos días por otros. Respecto al horario es flexible, esto significa que puedo entrar y salir a cualquier hora del día con la restricción de estar en la oficina entre unas horas centrales del mediodía. Y si, las horas extra son pagadas.
DCV: ¿Es el idioma una gran dificultad?
JG: No es una gran dificultad, utilizamos el inglés en la oficina, mi inglés no es muy bueno y ellos tampoco son nativos que se diga. Esto aunque parezca mentira nos facilita la comunicación ya que usamos un nivel de idioma similar y una vez te familiarizas con el acento japonés es bastante sencillo. Yo diría que cuando hay interés en comunicarse por ambos lados el idioma no es un impedimento. El problema viene fuera de la empresa, en el día a día, donde el inglés es de poca ayuda y hay que usar el japonés, del cual no hablo nada. Por suerte en mi empresa me ayudan con todos los temas de documentación oficial, facturas, banco etc. A pesar de ser analfabeto en Japón, esto no es un impedimento y muchas veces hasta una ventaja. Ahora mi mujer, que es valenciana también, está estudiando japonés y se va defendiendo con el idioma, lo cual es genial.
DCV: ¿Piensas en volver?
JG: ¿Si me gustaría volver? Sí. Si volveré pronto? No lo sé. Regresar seguro, bien en unos pocos años o bien para la jubilación, eso no lo sé a día de hoy. Por el momento las vacaciones son siempre en Valencia. Lo que si me imagino en unos años por Europa, donde surja una oportunidad interesante. Vivir en Japón es una gran experiencia, me he enamorado de este país pero no me veo viviendo para siempre aquí. Quien sabe!
DCV: ¿Aparte de la comida y el solecito, que echas en falta?
JG: La comida es un factor muy importante como para omitirlo! (risas) El clima de Hamamatsu es muy parecido a Valencia, de hecho hay un lago donde se filtra el agua del mar y crece la anguila, igual que en la Albufera. Otra similitud es que cultivan naranjas, pero no mejores. Echo en falta mi familia y mis amigos, o cosas incluso más básicas como comprar de vez en cuando el periódico los domingos o ir al cine. Pero hoy en día gracias a internet a pesar de estar lejos uno se puede mantener conectado e informado de lo que pasa en tu país.
Continúa en El món per un forat: José González (II).