El espacio público como escenario de arte y transformación urbana

Salva Mascarell, investigador de la Universitat Politècnica de València

El espacio público ha sido históricamente un lugar de encuentro, intercambio y expresión. Desde las plazas medievales hasta los parques modernos, estos entornos se han concebido como zonas donde las relaciones humanas se materializan y donde las actividades culturales y artísticas desempeñan un papel crucial en la apropiación y resignificación de dicho espacio. En palabras de Salvia Ferrer, directora de Intramurs: “En las últimas décadas, su concepto ha evolucionado, consolidándose como un escenario privilegiado para el arte. Más allá de las instituciones tradicionales como los museos o las galerías privadas —que acogen solo al 8% de los artistas en España—, existe una gran mayoría de creadores (92%) que carecen de espacios propios donde mostrar su trabajo. En este contexto, la ocupación del espacio público emerge como una herramienta esencial para democratizar el acceso al arte y fomentar el diálogo ciudadano”.

El filósofo y sociólogo francés Henri Lefebvre, concibe el espacio público como una construcción social, un lugar donde las dinámicas sociales, culturales y económicas de una ciudad se hacen visibles. En este sentido, proyectos como los impulsados por Intramurs en Valencia son ejemplos claros de cómo el arte puede revitalizar zonas urbanas, involucrar a la comunidad y desafiar las jerarquías tradicionales de acceso al arte. Estas iniciativas no solo abren el arte a un público más amplio, sino que también crean espacios de participación activa, transformando el espacio público en un lienzo abierto donde convergen creatividad, identidad local y aspiraciones contemporáneas.

En definitiva, el espacio público se reafirma como el corazón palpitante de nuestras ciudades, un lugar no solo para habitar, sino para crear, compartir y reconstruir los lazos sociales. Iniciativas como Intramurs y el análisis académico sobre las periferias urbanas consolidan la idea de que el arte, al ocupar el espacio público, no solo tiene el poder de transformar los entornos, sino también de reconfigurar las relaciones sociales, devolviendo a las ciudades su humanidad esencial.

Intramurs y el Solar de la Botja: Arte como motor de revitalización urbana

En este contexto, iniciativas como Intramurs en Valencia han demostrado cómo el arte puede transformar radicalmente la percepción y el uso del espacio público. Este festival interdisciplinar ha encontrado en lugares en desuso, como el solar de la Botja en el barrio de Velluters, una oportunidad única para revitalizar zonas urbanas marginadas, fomentando la participación comunitaria y el diálogo entre arte y ciudadanía. Este solar fue la propuesta que Intramurs lanzó a los alumnos de la Escuela de Diseño de Valencia en el marco del “laboratorio de ideas de Intramurs”. Los estudiantes de las diferentes especialidades de diseño, como el interiorismo, la moda o el diseño de producto, desarrollaron una serie de propuestas concretas para hacer del solar de Botja, un espacio público en el que interactuaban artistas y vecinos. Los proyectos se han mostrado en la galería de arte LouVit, situada en el edificio de la Gallera, en pleno centro histórico de Valencia. El espacio no solo ofreció una plataforma para nuevas voces creativas, sino que también sirvió como catalizador para reactivar un barrio históricamente olvidado, combinando innovación artística y tejido social.

En palabras de Ricardo Moreno, profesor de diseño de producto en la Escola Superior de Disseny de València, este tipo de propuesta representa; «un reto de un proyecto social y real que permite al alumnado entrar en contacto con otras realidades». Este enfoque trasciende la mera enseñanza técnica, abriendo un espacio donde el diseño se posiciona como una herramienta para abordar problemas sociales y fomentar la inclusión. La perspectiva de Moreno resuena con las ideas de John Thackara, quien subraya el diseño como un vehículo para la transformación social, y de Ezio Manzini, quien promueve el diseño para la sostenibilidad y la colaboración en contextos comunitarios. Ambos teóricos enfatizan la capacidad del diseño para generar impacto positivo al interactuar directamente con los retos y las necesidades reales de las comunidades. Así, este enfoque pedagógico no solo enriquece la formación académica de los estudiantes, sino que también contribuye a su desarrollo como agentes de cambio, capaces de integrar sensibilidad social y responsabilidad ética en su práctica profesional.

Vacíos Urbanos como Contenedores Culturales y Vectores de Cambio Social

Las propuestas de intervención en el solar de la Botja ponen de manifiesto la importancia de aprovechar los “vacíos urbanos” —espacios en desuso o en limbo administrativo— como contenedores culturales. Este modelo de gestión temporal no solo optimiza recursos infrautilizados, sino que también estimula la creatividad y genera un impacto positivo en la comunidad local. Según Henri Lefebvre, el espacio público es una construcción social que adquiere significado a través de las relaciones humanas y las actividades que en él se desarrollan. Desde esta perspectiva, el trabajo de Intramurs resignifica el espacio urbano al dotarlo de un nuevo propósito, conectando el arte con la cotidianidad de la vida en la ciudad.

Paralelamente, estas dinámicas de transformación urbana son objeto de estudio en el proyecto de investigación I+D titulado: “Espacios culturales y prácticas artísticas contemporáneas: estrategias y dinámicas alternativas de renovación en periferias urbanas”, financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación (referencia PID2022-140361NB-I00). Este proyecto, que se desarrollará entre 2023 y 2026, busca analizar cómo el arte y la cultura actúan como ejes centrales en la regeneración de las periferias urbanas, adoptando un enfoque multidisciplinar que integra historia del arte, arquitectura, urbanismo, diseño y comunicación.

Entre sus objetivos se destacan el estudio de modelos urbanos, la cartografía de casos en ciudades como Madrid, Zaragoza y Valencia, así como la investigación del impacto del arte contemporáneo en la cohesión social y el desarrollo local. Además, el proyecto aspira a consolidar redes internacionales de investigación y visibilizar el papel crucial de las mujeres artistas en estos procesos. Como resultado, se desarrollarán herramientas prácticas como una base de datos y una plataforma web que permitan divulgar los hallazgos y extrapolar modelos a otras realidades urbanas.

El equipo ha obtenido resultados previos significativos en la temática de la propuesta, como proyectos I+D relacionados con Barrios Artísticos, Distritos Culturales y Revitalización Urbana. Asimismo, se destacan publicaciones académicas, la organización de seminarios y congresos internacionales, así como la participación activa en redes de colaboración a nivel global. Un ejemplo reciente de estas actividades es el Taller sobre Paisaje Entrópico, promovido por el Departamento de Dibujo de la Universitat Politècnica de València (UPV) y liderado por su investigadora dentro del proyecto, Chele Esteve, con el apoyo de la Fundación de La Posta, dirigida por Guillem Cervera. Ambos han señalado que:«Este tipo de iniciativas, como el Taller sobre Paisaje Entrópico, representan una oportunidad única para explorar nuevas formas de interacción entre arte, diseño y territorio, al mismo tiempo que fortalecen las redes de colaboración académica y cultural a nivel global».

Este taller tuvo como objetivo formar a artistas, arquitectos, ingenieros agrónomos y botánicos en el análisis y valorización del paisaje, así como en la gestión y proyección de intervenciones paisajísticas específicas en paisajes culturales y sitios históricos. A través de este curso se abordaron conceptos clave relacionados con la intervención en Lugares Históricos y Paisajes Culturales Simbólicos, fomentando la elaboración de documentos necesarios para la obtención de declaraciones oficiales y la organización de procesos de participación pública. Esta acción formativa promueve los valores presentes en estos espacios, buscando contribuir al desarrollo de una unidad paisajística cultural internacional, que reúna valores equiparables en contextos diversos. Además, los participantes generaron resultados prácticos que fueron presentados a través de dos exposiciones que tuvieron lugar en la Fundación La Posta y en el Espacio expositivo de Publicaciones de la UPV este bajo título; Paisatges entròpics. Exposició. Procés de participació pública con la participación de: Mar Machado, Martina Palomino, Lucía Firbas, Inma Peiró, Rocío Ll. Herrera, Guillem Cervera, Chele Esteve, Matilde Igual y Pablo Ávila. Se publicó un fanzine que recoge el desarrollo en el ámbito del asesoramiento y la gestión de paisajes culturales y sitios históricos, resultado de las rutas realizadas en la periferia de la ciudad de Valencia. Debido al éxito de la propuesta, ahora está disponible el Taller sobre Paisaje Entrópic, en su tercera edición. 


Cartel de laxposición Paisatges Entròpics en la UPV e imagen muestra, interior fanzine y cartel de la tercera edición del Taller sobre Paisaje Entrópic.

Este proyecto responde a la creciente dispersión y fragmentación urbana del siglo XXI, abordando la transformación de las periferias a través de sinergias culturales y artísticas que fomentan nuevas centralidades. Estrategias como las de Intramurs en Valencia son ejemplos claros de cómo la revitalización de espacios en desuso, combinada con la innovación cultural y la gestión comunitaria, contribuye a la creación de ciudades más inclusivas y sostenibles. Las universidades participantes en este proyecto son la Universidad Complutense de Madrid (UCM), la Universidad Nebrija, la Universidad de Zaragoza y la Universitat Politècnica de València (UPV), entre otras.

Imágenes tomadas en las rutas periféricas de Valencia durante el Taller de Paisaje Entrópico, evocando los trabajos fundamentales de Robert Smithson, como “Un recorrido por los monumentos de Passaic, New Jersey” y “Frederick Law Olmsted y el paisaje dialéctico”, así como la influencia de Gordon Matta-Clark en “Reality Properties: Fake Estates”. Fotos: Chele Esteve, 2024.

En el caso de Valencia, los esfuerzos de Intramurs en Velluters encajan perfectamente con las líneas de investigación del proyecto I+D, que enfatiza la importancia de involucrar a diversos agentes sociales —instituciones, colectivos ciudadanos, artistas y gestores culturales— para garantizar la sostenibilidad y el impacto positivo de las intervenciones culturales. Esta conexión entre práctica e investigación refuerza la idea de que el arte es un motor de cambio, no solo en términos estéticos, sino también como herramienta de cohesión social y revitalización económica.

El barrio de Velluters y la lucha contra la gentrificación a través del arte y la participación ciudadana

El barrio de Velluters, como tantas otras zonas céntricas marginalizadas, enfrenta el desafío de la gentrificación, un fenómeno que a menudo desplaza a las comunidades originales en favor de intereses turísticos o inmobiliarios. Sin embargo, iniciativas como Intramurs, en colaboración con el Laboratorio de Ideas Intramurs de la Escuela de Diseño de Valencia (ESAD), buscan contrarrestar estos efectos al crear un espacio inclusivo y participativo que conecta a los habitantes con su entorno urbano. 

Inauguración de la propuesta. En colaboración con el Laboratorio de Ideas Intramurs de la Escuela de Diseño de Valencia (EADD), las propuestas para el solar de la Botja en Velluters se mostraron en la antigua sala la Gallera, rebautizada como la galería de arte Louvit. Fotos: Alberto Pla, 2024.

La ocupación de espacios públicos para actividades artísticas está estrechamente vinculada a estrategias de revitalización urbana. Siguiendo las ideas de Jane Jacobs en su influyente obra Muerte y vida de las grandes ciudades, se ha demostrado que las actividades culturales son cruciales para la regeneración de los barrios. El barrio de Velluters, históricamente marginalizado y afectado por la gentrificación, se convierte, a través de iniciativas como Intramurs, en un escenario donde la creatividad y la participación ciudadana se convierten en herramientas para recuperar la autenticidad del lugar. En este proceso, se genera un espacio de relación y conexión cultural que no solo revitaliza el área, sino que también fortalece el tejido social y fomenta una mayor integración de la comunidad.

El artículo «Artistas contra la gentrificación del turismo: análisis de prácticas creativas de resistencia en Oporto» explora cómo las intervenciones artísticas en el espacio público pueden contrarrestar los efectos negativos del turismo masivo y la gentrificación. A través de entrevistas con seis artistas de diversas disciplinas, se analizan sus prácticas y discursos en relación con las transformaciones urbanas de la ciudad. Los hallazgos destacan la capacidad del arte para visibilizar problemáticas sociales, fomentar la participación ciudadana y promover la reflexión crítica sobre el derecho a la ciudad. Como afirma el texto: «El arte en el espacio público no solo transforma el paisaje urbano, sino que genera espacios de diálogo donde los ciudadanos pueden reflexionar sobre los impactos de los modelos turísticos actuales y reclamar su derecho a habitar la ciudad». Sin embargo, también se señalan dilemas y contradicciones, como la tensión entre celebrar la identidad local y evitar la turismofobia, y los riesgos de que el arte sea instrumentalizado con fines económicos o políticos.

A nivel nacional e internacional, el proyecto I+D, que se ha comentado, explora cómo estas dinámicas de ocupación del espacio público pueden ser replicadas en otras ciudades, desarrollando modelos que integren las prácticas artísticas en la planificación urbana. En este contexto, el arte se presenta no como un elemento decorativo, sino como un motor de cambio estructural que puede transformar las periferias urbanas en espacios de oportunidad. La integración de estas prácticas en la ciudad refuerza la necesidad de priorizar la participación ciudadana y el respeto por las identidades locales, evitando los impactos negativos del desarrollo urbano.

A través de proyectos como Intramurs y el solar de la Botja, el arte demuestra su capacidad para conectar pasado y futuro, transformando el espacio público en un lugar donde las historias urbanas se encuentran con las aspiraciones contemporáneas. La reutilización de este antiguo espacio en desuso no solo resignifica el entorno, sino que también recupera la memoria colectiva del barrio, devolviendo a los ciudadanos un sentido de pertenencia y continuidad. Estos esfuerzos, al integrar la creatividad y la colaboración en el desarrollo urbano, abren el camino hacia un futuro más inclusivo, innovador y sostenible para las ciudades.

Conclusión: El arte como motor de transformación social y urbana

En conclusión, el arte emerge como una poderosa herramienta de regeneración urbana y cohesión social, capaz de transformar tanto el espacio físico como las dinámicas comunitarias. El arte, en su esencia, trasciende lo meramente estético para convertirse en un lenguaje universal, un metalenguaje que, más allá de su forma, tiene el poder de inspirar, transformar y unir. Iniciativas como Intramurs y el proyecto I+D sobre espacios culturales en las periferias urbanas evidencian cómo la ocupación del espacio público para actividades artísticas no solo beneficia a los creadores, sino también a las comunidades. Estos esfuerzos nos invitan a repensar nuestras ciudades como lugares vivos, donde la cultura y la creatividad desempeñan un papel central en la construcción de un futuro más inclusivo, innovador y sostenible.

Al considerar el arte como un motor de cambio estructural, estos proyectos consolidan la idea de que el arte no solo tiene el poder de transformar los espacios, sino también de reconstruir los lazos sociales, devolviendo a las ciudades su humanidad esencial. El espacio público se reafirma como el corazón palpitante de nuestras ciudades, un lugar donde habitar, crear y compartir.

Siguiendo los principios de Henri Lefebvre, la transformación de un espacio en un lugar significativo pasa por involucrar a la comunidad y fomentar la participación activa. Intramurs ha demostrado que la ocupación del espacio público no solo beneficia a los artistas, sino también a los ciudadanos, al devolverles un sentido de pertenencia y apropiación del entorno urbano. En este proceso, el arte se convierte en una herramienta clave para conectar el pasado con el futuro, creando espacios en los que las historias urbanas se encuentran con las aspiraciones contemporáneas y la nueva concepción del arte actual.

La ocupación del espacio público para actividades artísticas también responde a la necesidad de democratizar el arte y hacer frente a las limitaciones impuestas por las estructuras tradicionales. Iniciativas como estas son ejemplos concretos de cómo el arte puede actuar como catalizador de cambios sociales, culturales y urbanos. Frente a los desafíos de la gestión del espacio urbano, estas propuestas abren nuevas posibilidades para la inclusión, la innovación y la sostenibilidad cultural, reafirmando el arte como un motor de transformación y cohesión social en nuestras ciudades.

Notas


“Intramurs es una asociación cultural declarada de utilidad pública desde enero de 2018. Somos el festival de referencia para el arte público, donde el marco para las obras es la calle y el público asistente quien acaba para completar las propuestas artísticas”. https://www.intramurs.org/es/sobre-nosotros (Consulta 28-112-2024)

2 El solar de la Botja representa una oportunidad clave para revitalizar Velluters mediante iniciativas artísticas y comunitarias. Su transformación en un espacio público multifuncional mejoraría la calidad de vida, fortalecería el tejido social y combatiría la degradación urbana. Es crucial que el Ayuntamiento facilite colaboraciones y reduzca barreras administrativas para aprovechar este potencial. https://www.valencia.es/es/-/hort-urba-al-solar-de-la-botja (Consulta 28-112-2024) Losada, F. (2001, febrero). El espacio vivido: Una aproximación semiótica. Cuadernos (17), 271-294. Solà-Morales, I. de (2002). Territorios. Barcelona, España: Gustavo Gili.

3. Gerring, J., & Thacker, S. C. (2008). Centripetal theory of democratic governance. Cambridge University Press.  Thackara, J. (2009). Diseñando para un mundo complejo. Designio.

 4. Manzini, E., (2020). Habitar la proximidad. Experimenta.

 5 El vacío urbano se refiere al fenómeno del deterioro y abandono de áreas específicas dentro de una ciudad, comúnmente en zonas centrales, como resultado de procesos de desvalorización inducidos por dinámicas económicas y sociales. Estas áreas quedan en desuso cuando los cambios en las localizaciones comerciales, habitacionales y de servicios desplazan actividades hacia nuevas zonas. Este abandono genera una subutilización de la infraestructura y los equipamientos existentes, lo que refleja los impactos de las transformaciones económicas, como el cierre de negocios y la reconfiguración del entorno urbano. Castells, M. (1978). La cuestión urbana. Madrid, España: Siglo XXI. Clichevsky, Nora. (ed.). (2002). Tierra vacante en ciudades latinoamericanas. Cambridge, MA: Lincoln Institute of Land Policy. Etulain, J. C. (2008). ¿Gestión promocional o privatización de la gestión urbanística? Proyecto Urbano Puerto Madero, Buenos Aires-Argentina. Bitácora Urbano Territorial, 1 (12), 171-184 Troitiño Vinuesa, M. Á. (2003). La protección, recuperación y revitalización funcional de los centros históricos.  Mediterráneo Económico (3), 131-160.

 6 Más info sobre la nueva edición: http://fundacionlaposta.org/actividades/taller-sobre-paisatge-entropic-3a-edicio-microcredencial-universitaria/ (Consulta 28-112-2024)

7.  Moreira, I., & Pinto, M. (2021). Artistas contra la gentrificación del turismo: Análisis de prácticas creativas de resistencia en Oporto. Revista Morfológica, 15(3), 123–145. Universidade do Porto. https://repositorio-aberto.up.pt/bitstream/10216/153560/3/647134.1.pdf