Hablamos con el manager de esta firma valenciana de mobiliario sobre diseño, creatividad y mercado, entre otros muchos temas.
Texto: Paco Ballester
Lo primero que admite Ronan Risselin, Manager de la firma de mobiliario Axthor, es la ausencia de unos primeros estudios, en su etapa formativa, relativos al diseño. “Mi formación es propia de marketing. Llegué al diseño a través de las empresas para las que trabajé. Desde que estoy en España, he estado relacionado con el diseño web y multimedia. Es un mundo que siempre me ha gustado, porque siempre he sentido afinidad por la creatividad”. Risselin comenzó su andadura profesional en distintos estudios de diseño y pronto se dio cuenta del atractivo del diseño industrial. Pero con el paso del tiempo, se percató de la necesidad de estudios reglados. “Poco a poco me he ido formando a escala teórica. Después, por supuesto, aprendes del día a día, del contacto con proveedores, del trabajo continuo, las visitas a ferias, etc.”
Tras la creación de Axthor, Risselin admite también la autoedición como una de las mayores complicaciones relacionadas con los primeros contactos con el diseño industrial. “Al principio, no sabes donde te metes, vas aprendiendo sobre la marcha y te das cuenta de que el factor empresa, dar salida a tus productos, es muy importante. Es ahí donde entra mi formación en marketing. Hay dos vías: puedes hacer el diseño y tratar de venderlo, o en la que yo entro, que trata de analizar el mercado y producir acorde al mismo. De todos modos, es muy complicado, porque el diseño de producto está saturado, y es un mercado muy competitivo”.
Risselin señala como uno de sus errores iniciales, el haberse fijado en ciertas marcas y tratar de competir con ellas. “Perdí tiempo, dinero y energía. Cuando se contrata a una empresa joven como nosotros, se corre un riesgo, y ese es el reto al que debemos responder. El mueble de exterior, el sector específico en el que comenzó Axthor, no es simplemente un concepto. Un concepto de marca, una filosofía, es algo mucho más amplio y detallado. Una vez tienes eso claro, todo es más coherente”.
Respecto a la situación actual en el mundo del diseño, Risselin señala que “hay gente que no encuentra trabajo en los estudios y entra en la autoedición como salida, pero hay que tener en cuenta detalles como el coste de embalar y enviar muebles de exterior de 2 m. de largo. ¿Mi consejo? Trabajar en piezas pequeñas y no usar materiales muy caros, porque -y este es otro detalle- los aranceles, cobran, por ejemplo, por el material empleado, así que imagínate que cuesta enviar un mueble de acero a Estados Unidos.
Risselin llevó los últimos diseños de Axthor hasta el pasado salón del Mueble de Milán, en la zona creada para la ocasión en Zona Tortona, pero las sensaciones tras la feria son agridulces. “No se hasta qué punto vale la pena estar allí, no por el Salón en si, ni por el apoyo de los milaneses, que es espectacular”, señala Risselin, “sino a que no ha habido en una muestra que aglutinara a diseñadores o empresas de la Comunidad Valenciana o en un sentido más amplio, españoles, salvo los de la Comunidad de Madrid, amparados por el Instituto Cervantes”. Risselin reclama apoyo de las Administraciones no a escala económica, sino “de consejo, de guía. Necesitamos información de calidad y unos contactos adecuados que ayuden a la internacionalización de tu empresa”.
Continúa en «De visita: Ronan Risselin, Axthor (II)».