«Bartolí Lab», de Carlos Salazar, nominado a Building of the Year

La revista Archdaily selecciona Bartolí Lab como uno de los proyectos candidatos a Building of the Year.

Building of the Year

La innovación en el diseño y arquitectura con el que Carlos Salazar construye y diseña la cocina que imaginó Ferran Adrià para Vicent Todolí entre naranjos, ha sido nominada por la prestigiosa revista digital Arhdaily, que otorga el premio a “Obra del año 2022 (Building of the Year)” por votación popular, en la categoría arquitectónica de hostelería y entretenimiento.

Todolí Citrus Fundació

En la localidad de Palmera –entre Gandía y Oliva– en un enclave rodeado de huertos de naranjos encontramos la Todolí Citrus Fundació, en donde se desarrolla un proyecto complejo y ambicioso que engloba cultura, gastronomía, investigación y conservación paisajística en un espacio que nació de la inquietud de preservar el entorno medioambiental del hogar familiar de Vicent Todolí, amenazado por la vorágine urbanizadora de hace algunas décadas y frente a la que respondió creando una Fundación en forma de colección citrícola, la más grande del mundo a cielo abierto, con cerca de 400 especies diferentes adquiridas durante los últimos años.

Bartolí Lab

El Bartolí-Lab es un edificio pensado como cocina y centro creativo para la Fundación Todolí Citrus. Recibe el nombre de la partida rural de la localidad de Palmera donde el comisario artístico Vicent Todolí ha ubicado su proyecto. En su epicentro, la antigua casita de aperos ha dado paso a un liviano edificio, una “probeta” del paisaje cítrico valenciano concebida como espacio de investigación gastronómico. Un Proyecto del Estudio de Carlos Salazar que ha contado con la colaboración del gran chef Ferrán Adrià.

Laboratorio-cocina

En los exteriores e interiores del laboratorio-cocina se perciben detalles como la liviana estructura que sostiene el ensamblaje de los dos cuerpos de la cubierta en voladizo, así como la permeabilidad lumínica que se consigue con las ventanas-lucernarios y los grandes vanos de las paredes. El equipamiento culinario, por lo demás, está preparado para obtener una gran movilidad.

Cocina móvil

La particularidad del proyecto surgió a la hora de abordar el diseño de una cocina absolutamente móvil que fuera a la vez laboratorio y comedor en donde los elementos de esa cocina en un momento dado pueden desaparecer – ser guardados para hacer un acto–, o incluso sacarse para cocinar en el exterior. El resultado es un espacio cuyos requerimientos son poder trabajar, cocinar, elaborar productos relacionados con los cítricos, realizar eventos, charlas y que fuera tanto un comedor interior como exterior. Un aspecto muy importante que se ha tenido en cuenta en la fuerza de la luz natural del lugar. El edificio del laboratorio cuenta con unos grandes voladizos que suavizan el ambiente lumínico interior y que en una lateral genera un porche donde se realizan comidas al exterior junto a uno de los huertos de cítricos.

La construcción tiene un indisimulado aire californiano, Este laboratorio asume todas esas cualidades artísticas y además muestra con sutileza la eficacia de una estructura de finos pilares, cerchas, ventanales y cerramientos que nos señalan los valores de una arquitectura culta y recuerdan los californianos balloon frame –armazones de bastidores– con los grandes voladizos de la arquitectura de  los pabellones japoneses que proporcionan una necesaria sombra en el exterior y una amable luz en su interior.