Una gran pieza de madera organiza los usos y marca recorridos en la vivienda.
Un proyecto desarrollado en el marco de un barrio
Esta rehabilitación realizada por estudio Nastenka en un edificio de 1890, en el histórico barrio valenciano de Velluters, exigía sensibilidad y contención, teniendo en cuenta el proceso de recuperación que se lleva a cabo en el barrio desde hace una década, así como la presencia de numerosos elementos constructivos que dotaban al espacio de una jerarquía propia. Del estado original de la vivienda, fuertemente compartimentada, se había pasado durante la década de los 60 a un espacio habilitado como peluquería, para finalmente resultar deshabitada durante los últimos años. Las piezas de mosaico hidráulico recuperado dan buena muestra del pavimento original, apenas modificado desde su primera instalación.
La madera como distribuidora
La jácena principal divide la vivienda de forma natural en dos crujías; una eminentemente exterior, donde se situaba la habitación principal junto al salón y la cocina, y otra interior, más pequeña, que albergaba dos habitaciones secundarias y el pequeño aseo.
Esta disposición de los pilares es aprovechada para condicionar la distribución y materialización del volumen principal y protagonista de la intervención: una gran pieza de madera de pino contrachapada que organiza los usos y subordina los recorridos. La madera abraza y mimetiza los pilares de fábrica, al mismo tiempo que sirve como gran librería, almacenamiento primario y cocina. Del mismo modo, su carácter divisorio genera los espacios destinados a la actividad diurna/nocturna.
El estado de las viguetas del forjado, sin flecha aparente, permitió descubrir su volumen y el de los revoltones. En la crujía interior, la instalación de falso techo deja distribuir de una forma coherente el sistema de climatización, así como naturalizar la escala de la altura útil respecto a la superficie que ocupa la habitación.
Dentro de ésta, la carpintería de pino contrachapado de 2,5 cm encuentra continuidad en un escritorio y cabecera integrados. La armariada principal se camufla como un volumen encajado entre los machones del cerramiento interior. En el aseo, una única pieza cerámica de 10 x 10 cm proporciona el grado justo de tradición y sobriedad.
Coherencia a partir de elementos originales
El interés de las texturas y elementos constructivos originales es aprovechado para dotar de coherencia la reintegración del pavimento hidráulico original, recién restaurado, así como las carpinterías originales, respetadas en su tipología y materia prima, actuaciones estas, claves en una rehabilitación de este perfil.