El resultado final es un apartamento moderno con dos dormitorios dobles en 65 m2.
Localización: Barrio de Russafa, Valencia.
Año del proyecto: 2016.
Duración del proyecto: redacción 3 meses (septiembre 2015 – noviembre 2015), ejecución 4 meses (febrero 2016 – mayo 2016).
Superficie: 65 m2
Fotografía: Juan Francisco González
El arquitecto Carlos Gosende, en colaboración con David Sastre Mata, ha efectuado recientemente un proyecto de reforma en una antigua vivienda del barrio de Russafa de la ciudad de Valencia, destinada a convertirse en un apartamento contemporáneo destinado al mercado de alquiler. Entre los principal condicionantes, podemos citar la distribución original, con todas las bajantes en el patio trasero, lo que dificultó la zonificación (día/noche) del apartamento y el aspecto económico del proyecto, con un presupuesto de 400 €/m2.
Los objetivos del proyecto desarrollado por Gosende eran claros:
- Reordenar el espacio, llevando las zonas de descanso a la parte trasera y dejando la parte más social en contacto con la calle (calle de ruído, de bares, muy nocturna),
- Usar los núcleos húmedos como elementos de articulación entre zonas,
- Crear un elemento central que cosiese todas las partes del proyecto, distribuyendo el acceso al baño, dormitorios y guiase hasta el salón, el elemento de microcemento (que previamente pasó por varias versiones de panelados y rechapados) crea esa atmósfera diferente, nos integra las puertas, dándoles un aire muy minimal. Es el telón de fondo apropiado para dejar como protagonistas los elementos que nos interesa resaltar sin añadirles demasiado ruído (las contraventanas, el hierro y el suelo recuperado), símbolos de lo que fue y sigue siendo,
- Ampliar los huecos exteriores lo máximo en altura para conseguir más entrada de luz,
- Mantener la esencia de una construcción desplazada en el tiempo, cómo y dónde recuperar lo preexistente (el pilar de ladrillo visto, las contraventanas y el suelo hidráulico / madera, hierro y tierra).
Debemos hacer hincapié en cómo se sacó especial partido al espacio dónde antiguamente se ubicaba la cocina, creando un estudio con vistas a la Iglesia de San Valero, salvando el hándicap de tener un pilar en medio del dormitorio.
Entre las características que se han mantenido intactas encontramos el suelo laminado (algo que el cliente dejó bastante marcado desde el principio), algunos materiales preexistentes (el propietario es un apasionado de la moda del binomio antiguo vs contemporáneo). En opinión de Gosende, «se trata de una reforma de presupuesto ajustado y había que pensar mucho dónde invertir para conseguir darle a la reforma una atmósfera única y no hacer la típica reforma al uso de laminado, lavado de cara y muebles de Ikea. En ese sentido el uso del hierro, el microcemento y recuperar zonas de suelo era esencial».
Entre las principales acciones realizadas destaca el levantamiento de suelo y restauración del mismo, trasdosado, instalaciones nuevas, reconfiguración de la fachada trasera incluyendo ventanales para la entrada de luz. casi todo el mobiliario empleado en el proyecto procede de carpintería. En cuanto a la iluminación, se ha optado por por luces LED y luminarias de la firma valenciana Arkoslight. «No me gusta la poca calidez que los focos puntuales infieren en los espacios domésticos», añade Gosende sobre este punto.