Nuestra revista digital se toma un descanso hasta septiembre proponiendo un listado de propuestas en torno al mundo del diseño en Valencia.
Por Paco Ballester y Tomás Gorria.
Ponemos punto y aparte hasta el próximo mes de septiembre con una pequeña reflexión sobre los retos que aguardan a las industrias creativas y culturales de Valencia, en especial a los colectivos ligados al diseño, de cara al próximo otoño. Cada uno de estos colectivos, ya sea CDICV, ADCV o APIV, por ejemplo, es seguro que tendrá sus propias prioridades, aunque en este artículo hemos tratado de reflejar aquellas que más nos preocupan y que creemos pueden tener un mayor reflejo de cara a la opinión pública.
– Creación de un protocolo transparente para la contratación de las diversas campañas gráficas del Ayuntamiento de Valencia. Pese a que en el pasado ADCV ha mantenido distintas reuniones con concejales responsables, es evidente que no han surtido efecto alguno. Es necesario (es más, resulta indispensable de cara a la imagen pública de nuestra ciudad) tratar de llegar a un acuerdo de mínimos. Una recomendación extensible a los ayuntamientos valencianos más importantes.
– Aumentar la visibilidad pública de los colectivos de diseño. Alejarse de posiciones endogámicas y abrirse a la sociedad a través de actividades que atraigan a otros sectores y colectivos. Del mismo modo, es necesario acercarse a los medios de comunicación para explicar quiénes son estos colectivos, cuál es su labor y repercusión en la sociedad. El diseño es (en parte) imagen y cuenta con un atractivo innegable para los medios. La celebración de las próximas ediciones de los Premios ADCV y Premios CDICV puede ser un botón de muestra para comenzar a trabajar en esta dirección.
– Integrar a los colectivos de diseño en las conversaciones con la Conselleria de Cultura. El Conseller de Educación y Cultura, Vicent Marzà, ha mantenido una ronda de contactos con colectivos culturales de la Comunitat Valenciana, en la que hasta el momento no han participado ADCV, CDICV o APIV, por ejemplo. Sería muy positivo que tras el verano esta ronda de contactos se reanudara contando con estas asociaciones y más aún, que esta comunicación fuera fluida y continua.
– Reclamar un espacio propio dedicado al diseño en Valencia. Las Naves apuesta a lo largo del año de manera clara por un calendario en el que el diseño cuenta con un papel importante, pero a pesar de esta interesante labor, una de sus mayores desventajas es su situación de relativo aislamiento. Sería interesante valorar la posibilidad de ligar el futuro de la antigua Harinera del Grao (en estos momentos, en rehabilitación) al ámbito del diseño. En principio, el anterior consistorio valoró la posibilidad de crear allí un vivero de nuevas empresas, pero otro destino, con más sentido en nuestra opinión, sería dedicar este edificio a un Museo del Diseño de Valencia. De este modo se podría generar una interesante ruta de actividades y exposiciones entre Las Naves, la Harinera y las Atarazanas, otro espacio expositivo a corta distancia de los dos anteriores.
– Acercar el diseño a los barrios de Valencia. A través de los distintos espacios que posee el Ayuntamiento mediante mini-exposiciones itinerantes o talleres participativos. Aprovechar la red de locales de IVAJ y otros entes satélites del Ayuntamiento para acercar el diseño a los vecinos de Valencia empleando como vehículo exposiciones de carácter temporal en las que se apoyara, por ejemplo, a los jóvenes valores del diseño. De este modo se podría dar una segunda vida a las muestras presentadas en salón NUDE, las incluidas en Ilustrafic o los proyectos presentados en la primera edición de Altavoz.
– Valorar el diseño como factor clave económico. Las empresas deben ser conscientes de la valía de implementar el diseño en sus procesos creativos e industriales. Apostar por el diseño redunda en mejores productos, con un beneficio en última instancia tanto para el consumidor como para la empresa. Los colectivos en torno al diseño deben buscar fórmulas de acercamiento a asociaciones empresariales como Cámara de Comercio, Asociación Valenciana de Empresarios, CEV, CIERVAL o PYMEV. Por otro lado, es necesario saber cuál va a ser la política del nuevo Consell en referencia al Instituto Valenciano de Competitividad Empresarial (IVACE), sucesor del antiguo IMPIVA.
– Convertir Valencia en un verdadero espacio de diseño durante Nos Vemos en Valencia. La progresiva desaparición de actividades celebradas en las anteriores ediciones de Valencia Disseny Week, como las Design Walks, ha dejado la ciudad de Valencia un tanto huérfana de actos en torno al diseño durante la celebración de Nos Vemos en Valencia. Sería deseable, pese a las estrecheces actuales, recuperar el pulso del diseño en la ciudad, promoviendo un mayor número de actividades en el que se involucrara de nuevo a estudios, escuelas y comercios dedicados al diseño.
– Promoción de unas Jornadas Internacionales de Diseño. Comenzando a pequeña escala y con objetivo modestos, supondría una gran oportunidad de atraer talento, experiencia y conocimiento a Valencia. A escala distinta, Besign Fest es un buen ejemplo de cómo formar y divertir al mismo tiempo, mientras que el Congreso Internacional de Tipografía demuestra que es factible organizar, promover y difundir un acto masivo de este tipo desde Valencia. Esta nueva propuesta aglutinaría diseño de interior, arquitectura, diseño gráfico y diseño industrial, y para ello ADCV, CDICV y CTAV debería unir sus intereses. La última edición del Congreso Iberoamericano de Arquitectura interior (CIPAI), organizado por CDICV en 2010, es un referente en el que basar la nueva propuesta.
– Puesta en marcha del Consell del Disseny. El Consell del Disseny fue una institución creada a finales de los años noventa que se difuminó en los años posteriores, sin llegar a tener unas funciones definidas. Se trataría de una plataforma con rango institucional pero no remunerada, que recogiera las inquietudes del sector para trasladarlas a la Administración.
– Promover la candidatura de Valencia como Capital del Diseño (World Design Capital). Recientemente se ha anunciado a Curitiba y Ciudad de México como finalistas para suceder a Taipei como Capital del Diseño, una iniciativa del International Council of Societies of Industrial Design (ICSID). La historia de Valencia como ciudad en España relacionada con el diseño es amplia y exitosa, y una futurible elección supondría un empuje evidente y muy deseable para el sector del diseño tanto en un ámbito local, como nacional e internacional. Para ello, evidentemente, se debe trabajar una candidatura seria y con los suficientes recursos económicos para poder competir en condiciones en las ediciones de 2018, 2020 y sucesivas.