El trabajo realizado por el estudio valenciano incluye el diseño de la identidad global del local.
El proyecto del restaurante Trece (que incluye naming, la construcción de la marca y las piezas de identidad corporativa, incluída la página web: trece.co), realizado por Fourmi Rose Estudio de Diseño (Directora creativa: Victoria A. del Hoyo) comenzó con una renovación de todo el espacio interior combinando materiales como maderas cálidas, baldosas hidráulicas, cemento fratasado, enrejados y ventanales originales, etc. Se partía de la premisa de crear un ambiente inusual, entre decadente y sofisticado, disponiendo de manera cuidada los distintos elementos decorativos empleados.
En el proyecto destaca el uso de pavimento de baldosas hidráulicas de 20×20 dispuesto en el reservado Trece, en el perímetro de la barra y en la trasera del escenario, con dibujo de mosaico que rompe la longitudinalidad del local y dibuja los diferentes espacios, acompañado de madera de bambú carbonizado, un revestimiento muy cálido y natural, de tonalidad oscura.
La barra se ha revestido de antiguos paneles de hojalata prensada de la época Victoriana y se ha flanqueado por taburetes con reposapies, estructura de hierro y asiento en madera. El espacio Trece está presidido por un sobrio sofá chester en piel, una estantería restaurada y un baúl de madera serigrafiada que usamos de mesa.
En la trasera de la barra se ha dispuesto una estantería de hierro fundido para almacenar las bebidas, oxidada posteriormente por reacción química. La vajilla combina platos con mosaico de cerámica árabe de Fez, siguiendo la estética del dibujo geométrico de las baldosas hidráulicas, salvamanteles de papel sulfatado de carnicería antigua con el mismo dibujo, vasos, cubiteras y jarras en cristal y plata.
El mobiliario de la sala se compone de mesas rectangulares en madera de mango con bandejas de zinc en el centro y mesas con el sobre cuadrado en madera de mango y pata en hierro fundido. Estas mesas están acompañadas por sillas en rattan trenzado de color marrón y sillas robustas con estructura metálica y asiento en madera.
La iluminación ha combinado lámparas colgantes de estilo industrial, apliques Jieldé y lámparas de techo en cristal y metal. Todas con bombillas decorativas de filamento de carbono, que aúnan pasado y tendencia para crear un ambiente cálido y agradable. En la fachada, una placa de hierro oxidado por reacción y cortada a láser con las letras de la marca, preside la entrada al restaurante.
Toda el interiorismo se completa con elementos de decoración antiguos, tales como una báscula de la marca DINA que consta de dos bandejas rectangulares en cerámica esmaltada en blanco, de mediados del siglo XX, una refresquera alemana de 1921, una cortadora de quesos de 1940, un fonógrafo antiguo suizo de los años 40, periódicos valencianos de 1920, cajas de latón antiguas, hormas de madera, interruptores vintage, letras metálicas en chapa, relojes antiguos, etc.
