#eldissenyqueve: Jaime Sebastián

Diseñador, editor, quiosquero. Jaime Sebastián es el 50% de Handshake, estudio promotor de la feria RECREO.
Texto: Paco Ballester. Fotos Kike Taberner

P: ¿Quién es Jaime Sebastián?

R: Simplemente un joven de València con formación en diseño. Parte diseñador, parte editor y parte quiosquero.

P: La de quiosquero es una profesión en peligro de extinción…

R: Lo considero un trabajo extra. Me puedes encontrar de vez en cuando en el News&Coffee de la Plaza del Doctor Collado con mi compañera Bea Bascuñán. Es un trabajo muy tranquilo, casi como unas vacaciones. Casi.

P: Te formaste en la Escuela de Arte y Diseño (EASD) de València. ¿Cómo has vivido el paso al mundo profesional?

R: A trompicones. Nada más terminar mis estudios pasé a formar parte de una agencia de publicidad, We are you. Entendí que la publicidad no era mi sitio, así que volví a las aulas para cursar el Master en Diseño Editorial. Tras ello pasé por varios estudios. Trabajé con Yinsen, Mut Design o Dídac Ballester, pero siempre compaginando estas colaboraciones con el proyecto de Handshake.

P: Handshake es un proyecto que ha crecido pasito a pasito.

R: Comenzamos hace cuatro años confeccionando fanzines. Ahora creo que ya se podría denominar editorial independiente o microeditorial. Llegó un momento en que iniciamos también un camino como estudio de diseño gráfico, así que compatibilizamos esas dos facetas. Handshake es lo que me roba gran parte del tiempo.

P: ¿Otro estudio de diseño?

R: Es que no podemos olvidar que comenzamos haciendo fanzines. Tanto Rubén Montesinos -el otro 50% de Handshake- como yo teníamos experiencia previa en el mundo de los fanzines. Y ambos habíamos cursado el Máster en Diseño Editorial. Creo que siempre te motivas más trabajando al lado de otra persona.

El Máster como aprendizaje es genial pero la inserción laboral en el Diseño Editorial es muy complicada. Por eso intentamos hacerlo por nuestra cuenta. El desarrollo de Handshake fue progresivo. Primero, Rubén y yo quedábamos de vez en cuando. Después lo compaginas con otros trabajos y ahora mismo se ha convertido en nuestro trabajo principal. El emprendimiento es un aspecto muy duro de la vida profesional -lo hemos aprendido sobre la marcha- pero por otro lado hemos podido dedicar nuestros esfuerzos al ámbito cultural, que es el área de trabajo en la que estoy interesado.

P: Enfocar vuestro trabajo al sector cultural, ¿es una ventaja o un inconveniente?

R: Creo que ambas cosas. Bueno… un inconveniente. Es un sector pequeño, devaluado y con poca demanda.

P: ¿Qué aporta Jaime Sebastián a Handshake y qué aporta Handshake a Jaime Sebastián?

R: Handshake me aporta organización de mi tiempo, saber gestionar un negocio. Me plantea un reto.  Significa casi el aprender una nueva profesión. A lo largo de estos años he ejercido como diseñador y gracias a Handshake he aprendido a ser editor, impresor, distribuidor.

Por otro lado, desde siempre he estado interesado por el arte contemporáneo y pienso que en Handshake aporto esa visión o bagaje artístico y cierta conciencia de contemporaneidad: qué propuestas artísticas realizadas por jóvenes profesionales se están desarrollando a nuestro alrededor, desde València, dirigidas a un ámbito internacional.

P: ¿Nunca has pensado en mudarte?

R: Me siento identificado 100% con esta ciudad. Es cierto que en otros lugares lo hubiéramos tenido mucho más fácil. En València llevamos cuatro años construyendo una escena, una comunidad, un público. Podría marcharme fuera de València y pasar menos dificultades, pero estoy bastante seguro de que acabaría regresando y estaría obligado a empezar de cero. Estoy muy contento con lo que mi generación está desarrollando en la ciudad a escala cultural.

P: ¿Tienes sentimiento de pertenencia a una generación?

R: Si, completamente.

P: ¿Cómo calificarías la relación con Rubén Montesinos?

R: El punto de partida fue el interés común por la autoedición. Nuestra relación es simbiótica. Compartimos espacio durante muchas horas. Viajamos muy a menudo porque uno de los principales cometidos como editorial es visitar ferias internacionales. Durante cuatro años hemos sido compañeros de trabajo, de viaje, de edición. Nos entendemos muy bien.

P: ¿Consideráis cada proyecto un proyecto de aprendizaje o un proyecto de exploración?

R: Siempre hay un componente tanto de aprendizaje como de exploración incluido en cada nuevo proyecto. Si no existiera esa posibilidad de exploración seguramente no nos consideraríamos una editorial. Nos limitaríamos a ser un estudio de diseño gráfico.

La parte del aprendizaje siempre es algo más inesperada. En estos momentos valoramos iniciar un proyecto determinado por la oportunidad de exploración creativa que nos ofrece, y si en el camino aprendemos cosas, mejor que mejor. Por otro lado, existen proyectos que comenzamos por el mero placer de aprender a trabajar con una técnica diferente o con un contenido al que todavía no nos hemos enfrentado.

P: ¿Podrías vivir sin papel?

R: Estoy rodeado de papel las 24 horas del día. Creo que no.

P: ¿Qué te aporta el papel?

R: Al final, mi interés reside en los tiempos de trabajo y el público al que va dirigido. También, por supuesto, en toda la gente que rodea el mundo del papel. Me siento cómodo tanto con los creadores como con el público. También hay un punto interesante: el trabajo con el papel y su proceso de investigación te permite ir hacia adelante y hacia atrás. Si te limitas a lo digital exploras el presente y el futuro. Es muy difícil que tus referentes o fuentes de investigación sean anteriores. En el papel queda mucho por hacer, pero dispones de siglos de referentes que explorar.

P: ¿Te sientes más diseñador o editor?

R: Esa duda no la tengo aún resuelta. Estoy en un momento en que podría ir hacia cualquier lado. El diseño es una herramienta, una cartera de habilidades que hemos adquirido con el paso de los años. Y a la hora de competir en el mundo editorial es un plus que tenemos tanto Rubén como yo.

P: Los trabajos editados por Handshake, ¿responden a una afinidad por el autor o por el proyecto?

R: Depende del proyecto, pero en gran parte es indisoluble. Hay proyectos en la propuesta guarda más relación con nosotros, y en otros, se trata del autor. Pero si me obligaran a escoger, diría que nos inclinamos por el autor.

P: Habéis colaborado con músicos, fotógrafos… ¿Hay un peso más vital que profesional a la hora de elegir estas colaboraciones?

R: Si. Al final es un reflejo de nuestra vida personal, la esfera en la que vivimos, la gente con la que nos relacionamos, el lenguaje que usamos.

P: ¿Podrías trabajar sin pasártelo bien?

R: Si, lo hago. No voy a idealizar nuestro trabajo. Es bonito, pero es duro y es precario. Pero por otra parte creo que hoy en día no podría trabajar en algo que no estuviera relacionado con el arte.

P: ¿Qué te sugiere el Centre del Carme?

R: Me parece una institución muy accesible e intergeneracional. Cualquiera puede sentirse interesado por alguna propuesta. Es un espacio que permite encontrarte con gente de otras generaciones, de otras esferas, y eso siempre es positivo.

P: ¿Cómo surge RECREO -feria de libros de arte y autoedición-?

R: Es un proyecto de cuarentena, nacido en la pandemia. Es una idea que nos venía rondando desde hacía un par de años, pero el contexto de la pandemia posibilitó que nos marcáramos una fecha límite. Surge de visitar ferias internacionales y eventos como el festival Tenderete. Cuando ya teníamos explorada la escena de València empezamos a viajar a otras ciudades españolas o de la escena internacional: Viena, Amsterdam, Hamburgo, Berlín, Manchester… Extraemos aquel aspecto que más nos interesa de cada una de las ferias y al cabo de un tiempo pensamos que disponíamos del suficiente bagaje para montar una feria a nuestro gusto. Para ello fue indispensable unir nuestro trabajo al de Aythami Castellano e Iván Santana.

Las ferias como RECREO son muy importantes a escala de escena, de público y también por su papel divulgador. Son un altavoz. Hablando con editores de otros países nos dimos cuenta de que allí donde había una feria que tuviera recorrido, el público terminaba por generarse.

Por el lado de Handshake, nuestro público es muy reducido y en muchas ocasiones nacional e internacional. Teníamos ganas de que el público local conociera nuestras propuestas. RECREO también tiene la intención de que con el paso de las ediciones se cree nuestro propio público, motivar a la gente para que se apunte a la autoedición. Que es precisamente lo que nos sucedió a nosotros con Tenderete.

P: El propio nombre de RECREO, ¿define la actitud de esta propuesta?

R: Si, porque el objetivo es dar a la gente es un espacio de interacción. Un espacio donde presentar sus juegos -propuestas-, donde relacionarse y donde aprender. Es increíble lo que se puede aprender en una feria viendo y tocando libros.