Antonio Sánchez (EASD Valencia): «La presencia del alumno en la empresa es enriquecedora para ambas partes»

Álex Serrano entrevista al nuevo subdirector de la Escuela de Arte y Superior de Diseño de Valencia.

Fotografía de Rebeca Fernández

Álex Serrano: Has pasado de ser docente a subdirector de la EASD de València. ¿Cómo te encuentras en este nuevo papel?

Antonio Sánchez: Me encuentro cómodo, pero un poco sobrepasado. Me está costando aterrizar.

Álex Serrano: ¿Cuáles son las funciones de la Subdirección?

Antonio Sánchez: Las funciones básicas de Subdirección tienen que ver con la representación y la comunicación de la Escuela. Sin embargo, pronto me he dado cuenta de la enorme cantidad de pequeñas tareas cotidianas que consiguen desbordar cualquier previsión. No hay que olvidar, además, el papel que juega Subdirección en la organización y montaje de exposiciones en la sala Velluters, y el interés que tenemos en ampliar esta oferta a la sede de Vivers. Es, también, tarea de Subdirección la programación de conferencias, una actividad en la que están implicadas las distintas especialidades de la Escuela. El esfuerzo que hace la Escuela en este ámbito se ve, en parte, limitado por la carga horaria que soporta el alumnado. Los horarios son densos y compactos, con poco espacio para el desarrollo del trabajo autónomo que aconseja Bolonia. Sabemos que en otros centros los alumnos tienen liberada una franja horaria que se dedica a actividades culturales. En nuestro caso, y dadas las características de nuestro plan de estudios, esta opción resulta, por el momento, inviable.

Álex Serrano: Aparte de exposiciones y conferencias, ¿qué otros proyectos desarrolla Subdirección?

Antonio Sánchez: Cada año, y desde 2002, la Escuela organiza Diálogos, unas jornadas multidisciplinares sobre diseño que han logrado consolidarse gracias, sobre todo, a la labor de los anteriores equipos de Subdirección. La calidad que se ofrece en Diálogos desde sus inicios constituye todo un reto para mi equipo, encargado este año, por primera vez, de organizar la próxima edición, que se celebrará a finales de enero de 2017. Estamos nerviosos porque pretendemos definir una propuesta que sea interesante y satisfactoria para el alumnado, para el claustro de profesores y, también, para todos aquellos interesados en el mundo de la cultura del diseño que deseen acercarse a nuestra Escuela en esas fechas. La entrada es libre. Por otra parte, no quiero dejar de citar la bienal Melting Point. Joieria Contemporània València, otra de las ofertas singulares y de mayor proyección nacional e internacional de nuestro centro organizada, en este caso, por el Departament de Joieria.

Al margen de todo lo anterior, la Escuela, en la medida de sus posibilidades, impulsa la firma de acuerdos de colaboración con entidades públicas y privadas, con el fin de desarrollar proyectos que favorezcan la formación y proyección social de nuestros alumnos y alumnas. Es el caso, por ejemplo, de Expojove, que se realiza en colaboración con el Ayuntamiento de Valencia; del proyecto que estamos desarrollando con la marca de automóviles Smart, integrada en el grupo de empresas Mercedes-Benz; del concurso de diseño de vidrio para la empresa Veralia; de los montajes para ópera y ballet junto a la Universitat de València, etc.

Álex Serrano: Entonces pretendéis potenciar más la relación con empresas y marcas fuertes.

Antonio Sánchez: Sí; es necesario conectar al alumno con el mundo de la empresa y, en sentido inverso, demostrar a las empresas el incentivo que supone para ellas contratar a diseñadores en sus equipos.

Álex Serrano: Uno de los problemas que ha tenido esta escuela ha sido su aparente indefinición en el marco educativo: en ella se imparten enseñanzas superiores, pero no es una universidad. ¿Crees que le espera un futuro más prometedor y visible, públicamente?

Antonio Sánchez: En primer lugar, quiero puntualizar que, desde hace ya un tiempo en España y, todavía antes en otros países de Europa, las enseñanzas superiores no se imparten exclusivamente en las universidades. En segundo lugar, ¡claro  que confío plenamente en nuestro futuro! La Escuela es conocida, ha alcanzado una visibilidad que va mucho más allá de la Comunitat Valenciana, y tiene un prestigio que empieza a ser valorado positivamente por la Administración autonómica. Ahora, lo que debemos hacer es proyectar, mediáticamente, el trabajo que realizamos desde hace años dentro de las aulas y talleres de nuestro centro. Un trabajo que, como cualquier otro, tiene sus luces y sus sombras, pero del que, en su conjunto, podemos estar en muy buena medida orgullosos. Sé que, quizá con frecuencia, el alumno no percibe esta realidad, absorto como está en el día a día del aula y en las exigencias concretas que se le plantean en ella. Sin embargo, me consta que ese mismo alumno, cuando deja la Escuela, advierte que en ella ha podido seguir una formación seria, comparable a la que ofrecen otras instituciones o, incluso, superior a ellas.

Álex Serrano: ¿Qué clase de título superior ofrece esta escuela?

Antonio Sánchez: Título Superior en Diseño, incluido en el Marco Español de Cualificaciones para la Educación Superior en el nivel 2 de las enseñanzas de grado, como cualquier otro título universitario. ¡Ah!, y no debemos olvidar que la Escuela imparte, igualmente, tres másteres oficiales, cuyo rango les garantiza un reconocimiento mayor al que poseen aquellos ofertados como títulos propios por muchas universidades.

Álex Serrano: Sin embargo, no sois una universidad pública.

Antonio Sánchez: No somos una universidad, sino una escuela superior. Y, además, estamos orgullosos de mantener el nombre de escuela porque forma parte de un campo semántico rico y cercano al alumno, en donde se enmarca muy bien el concepto de proyecto. No hay que olvidar que el eje vertebrador de nuestras enseñanzas es el proyecto y que nuestro objetivo, trabajando en base a proyectos, es poner en la calle a profesionales del diseño dentro de cualquiera de los sectores en que esta actividad está organizada. Es cierto, no obstante, que por ahora no tenemos la capacidad de maniobra que tiene una universidad, pero, ahí estamos, luchando por conseguirlo y tratando siempre de dar visibilidad al trabajo real y efectivo que se desarrolla dentro de la Escuela y que nuestros alumnos difunden cuando ingresan en el mercado de trabajo.

Álex Serrano: ¿Crees que son buenos tiempos para el diseño?

Antonio Sánchez: Creo que todos los tiempos ofrecen posibilidades si se saben aprovechar. La construcción en España lleva años en crisis. ¿Eso significa que hay que dejar de formar a arquitectos? No me lo parece. Nuestra papel como Escuela es servir de enlace entre la industria y el diseño, sobre todo en un momento en el que el tejido económico del país ha sufrido de manera notable los efectos de la crisis. La deslocalización de la producción y la apuesta política hacia sectores productivos no industriales han influido negativamente en un sector donde el diseño ha de ser siempre un valor añadido de referencia. Hay que recuperar, de alguna manera, el espíritu de instituciones como el IMPIVA que, en las décadas de 1980 y 1990, contribuyeron de manera decisiva a definir una actividad crucial para nuestra comunidad.

Álex Serrano: ¿Tenéis vocación de escuela local o más bien global?

Antonio Sánchez: Nunca hemos tenido vocación de escuela local porque, entre otras razones, siempre hemos contado con alumnos procedentes de toda España y, naturalmente, con los alumnos Erasmus que llevamos años recibiendo y enviando. Conviene recordar que la EASD de València fue pionera en este tipo de intercambios.

Álex Serrano: ¿Por qué diseño y comunicación no siempre se han dado la mano en la Comunitat Valenciana?

Antonio Sánchez: El diseño es, como ya he dicho antes, un valor añadido, pero también es comunicación. Y aún hay mucho por hacer en la puesta en valor de ambas cualidades. En el ámbito de la joyería comercial, por ejemplo, la producción del sector fue fuerte hace aproximadamente veinte años, pero desde entonces ha ido perdiendo potencia y no ha sabido definir productos diferenciados de aquellos otros, más baratos, que proceden de países donde la mano de obra no cuenta con unas condiciones laborales dignas.

Álex Serrano: ¿Por qué a veces se tiene la impresión de que se da la espalda a las empresas locales?

Antonio Sánchez: No sabemos si el desconocimiento es tanto de nosotros hacia las empresas o de las empresas hacia el mundo del diseño. Lo importante es que nuestro plan de estudios contempla la figura del alumno en prácticas, y esto es un logro magnífico, porque sitúa al estudiante directamente en el tejido profesional. Otra cosa es si sabemos entre todos valorar las posibilidades que esto ofrece. Hay empresas que se muestran refractarias a la presencia de alumnos en prácticas. Nuestra obligación es demostrar que esa presencia siempre es enriquecedora para ambas partes.

Álex Serrano: ¿Cómo valoras la precarización laboral en el sector?

Antonio Sánchez: Me parece lamentable la situación que plantea tu pregunta. Por eso creo que, en el campo del diseño, cada vez resultan más interesantes las iniciativas que surgen del propio alumnado. El trabajo cooperativo es una forma de no estar a merced de los vaivenes de terceros, y permite, además, la autogestión y un reparto de beneficios -cuando los hay- más democrático. Además, en el trabajo cooperativo se complementan y equilibran mejor las tareas.

Álex Serrano: La infraestructura de esta escuela tiene problemas, y uno de ellos es el espacio. ¿Qué pensáis hacer al respecto?

Antonio Sánchez: Es cierto que nuestra escuela tiene problemas de espacio y que, por si fuera poco, está dividida en dos sedes. No son, además, dos sedes que funcionen de forma estrictamente autónoma, sino que están estrechamente relacionadas entre sí por razones de horario y de ubicación de talleres y aulas. Esta circunstancia complica la vida de la Escuela. Lo razonable sería superar la división con el fin de rentabilizar mejor las infraestructuras y las ofertas educativa y cultural. En este sentido, estamos reclamando a Conselleria nuevos espacios para satisfacer las necesidades que exige la puesta en marcha de las enseñanzas de grado en Joyería y Objeto y Fotografía y Creación Audiovisual, ambas titulaciones pioneras en España. Una buena solución sería incorporar a la EASD de València el edificio que Culturarts utiliza en la plaza Viriato y recuperar la tercera planta de la sede de Vivers, ocupada desde hace unos años por el IVACOR.

Álex Serrano: ¿A qué otros problemas se enfrenta actualmente la escuela?

Antonio Sánchez: Nuestra Escuela lleva más de veinte años luchando por el reconocimiento de los estudios de diseño y, para nosotros, fue una gran satisfacción que, primero la LOE, y más tarde, la LOMCE, reconocieran su carácter de enseñanzas superiores. Resuelto ese reto, queda ahora pendiente el consolidar los itinerarios experimentales de Joyería y Objeto y de Fotografía y Creación Audiovisual, que han incrementado los estudios previamente existentes de Diseño Gráfico, Diseño de Moda, Diseño de Interiores y Diseño de Producto. Queremos, por otra parte, lograr que los talleres sean algo vivo y dinámico y que estén abiertos y a disposición de los alumnos el mayor número posible de horas, con el objetivo de aprovechar al máximo sus instalaciones y posibilidades de trabajo.

Álex Serrano: ¿Cuáles serán las consecuencias del acuerdo entre la Escola d’Art i Superior de Disseny de València y la Universitat de València?

Antonio Sánchez: Se acaba de firmar un convenio entre la Universitat de València y el Instituto Superior de Enseñanzas Artísticas de la Comunitat Valenciana (ISEACV) para la implantación de un doctorado en diseño cuyo programa se desarrollará, conjuntamente, entre el Departamento de Historia del Arte de la Universitat de València y la EASD València. Con la firma de este convenio hemos alcanzado unas expectativas que eran impensables hace sólo diez años. Hay que valorar, además, que es el primer doctorado en diseño que se pone en marcha en nuestro país. Por otra parte, la dirección actual del ISEA anima a estrechar las relaciones de nuestras enseñanzas con las universidades de la Comunitat y a adscribir nuestros títulos a alguna de ellas. En este contexto se sitúa, igualmente, la línea de trabajo que la EASD València mantiene con la Universitat de València.

Álex Serrano: ¿Qué te han aportado los años que llevas en esta Escuela, y qué crees que puede aportar Antonio Sánchez a ella?

Antonio Sánchez: El año pasado se me ofreció la posibilidad de formar parte del nuevo equipo directivo y me resultó gratificante que Rosa Esteban contara conmigo. Me he planteado esta nueva actividad como un reto personal porque reconozco que le tengo un enorme cariño a la institución. Vengo de una familia de maestros, y aprecio mucho la enseñanza. Siempre he disfrutado dando clase. Creo que lo mejor que tienen estas escuelas son sus alumnos. Es cierto que plantean muchos problemas porque son exigentes y hacen muy bien en serlo. Pero, en el fondo, saben que estamos en el mismo barco. En cuanto a lo que yo pueda aportar a la Escuela, obviamente aún está por ver. Sea como sea, ganas, espíritu de lucha y entrega no me faltan.

Álex Serrano: ¿Qué tipo de problemas plantean los alumnos?

Antonio Sánchez: Los problemas que plantean siempre tienen que ver con el día a día en el aula, la calidad de la enseñanza, el proyecto, las carencias en infraestructuras, la ausencia de accesos para discapacitados en una de nuestras sedes, etc. Nuestros alumnos, en general, responden muy bien. Hace unos años cursé un máster en la Universidad y me sorprendió que los estudiantes no intervinieran o plantearan sus dudas al profesor. En cambio, nuestro alumnado interviene y pregunta, y eso es algo que valoramos mucho porque permite estructurar las ideas y ayuda a defenderlas adecuadamente en público.

Álex Serrano: ¿Cómo te tomas esta nueva dirección en la escuela?

Antonio Sánchez: Es un reto personal y profesional. Yo siempre he sido una persona muy implicada en la escuela y considero que cuando te ofrecen una oportunidad así has de aceptarla y no limitarte a continuar criticando, positiva o negativamente, lo que hacen otros. Desde el punto de vista profesional mi deseo es aportar algún elemento de interés a la parcela de la que me encargo de manera directa. Ojalá lo consiga.